Estaba frustrado, intentaba ser racional y maduro pero su exnovia lo estaba hostigando muchísimo. Todo comenzó como algo que podía sobrellevar, ignorar un par de mensajes, era fácil, sin embargo, Laila comenzó a atosigarlo de notificaciones por toda red social que utilizara había mínimo diez notificaciones de su exnovia. Elián terminó por optar en bloquearle los mensajes instantáneos y llamadas por medio de dichas aplicaciones, no obstante, la chica decidió no parar, comenzando a mandar SMS, aunque Elián los ignorará, en su mensajería aparecían mínimo cinco cada día y para ese momento su expareja decidió hacer una llamada telefónica.
— Laila, detente, deja de buscarme por favor. — Contestó la llamada por fin. Estuvo a punto de mandar el numero a lista negra pero debía zanjar todo.
— Ah. Yo... Lo siento, es que... — Su voz sonaba totalmente apagada, logrando ser capaz de escuchar un ligero llanto o la respiración agitada. — Te extraño. — Dijo después de unos segundos en silencio. La voz afligida del otro lado le creo una herida en el corazón, era leve, pero ahí estaba.
— Laila, tú me terminaste, tú decidiste acabar todo. — Intentó mentalizarse y a su exnovia, su relación había acabado ya. Ahora tenía una novia perfecta para él que lo adoraba tanto con él a ella.
— Sí, lo sé, pero... Te sigo amando, Elián y ¡Sé que tú a mi también! Lo sé, no puedes simplemente pasar y dejar todo lo que tuvimos-
— ¡Basta! Déjame en paz, ¡Por fin logré superar lo nuestro! Soy feliz con Arleth. — Laila no respondió de inmediato, Elián pensó en cortar la llamada en ese momento.
— ¡Ella no es lo que pinta ser! — El grito que soltó Laila después de unos segundos más lo hizo alterarse. — Es una fácil... Es una completa-
— No continúes, quise hacerlo por las buenas, pero, hasta acá llegó mi amabilidad, Laila. — Y colgó, se sentía completamente tenso. Dejó su celular sobre la mesa del escritorio. Su corazón estaba acelerado, y sin poder evitarlo, un pinchazo de nuevo apareció en su corazón. No dudaba de Arleth, pero ¿Por qué se sentía intranquilo? Leth no era como Laila, ella no era como su ex. — Maldita sea. — Vociferó levantándose de la silla.
— Elián baja a cenar. — La voz de su madre tras la puerta de su habitación lo hizo reaccionar, el muchacho suspiró y tomó de nuevo su celular. Buscó el contacto de Laila y antes de eliminarlo lo mando a lista negra.
— Quiero ver a Arleth. — Dijo en un suspiro, saliendo de su habitación dejando de nuevo el celular sobre la mesa.
╭☀╮
Olivia Vitali era una chica determinada, siempre estuvo segura de lo que quería y de qué hacer para que todo lo que deseara conseguirlo. Desde artículos simples como ropa, de más joven juguetes, libros, maquillaje, bolsas, es decir, recompensas por sus calificaciones, la muchacha entendió desde muy joven que era así como debía comportarse para hacer que sus padres no objetaran en darle o comprarle alguna cosa que deseara en el momento.
Con las relaciones era bastante igual, debía actuar como los demás esperaban que actuara y no era específicamente para tener amigos, sino, para hacer que ellos actuaran como quería y quizás pensaran como ella lo pedía. En otras palabras, Olivia Vitali siempre fue una manipuladora.
Cuando conoció a Trevor Facelli fue diferente, sí, quería tener al chico cerca, quería hablar y estar con él, en un inicio fue justo como esperaba que llegara a ser, actuando linda y de acorde a los estándares de "chica agradable y dulce" sin embargo, Trevor era un poco complicado, no se dejaba llevar tan fácil como los demás, a pesar de que ella le regalara una sonrisa, Trevor no lucía encandilado a su buen trato y belleza, de una u otra forma, Olivia había terminado como se supondría que Trevor debería quedar ante ella, la chica se había enganchado por completo al jovencito, y eso la abrumaba, porque era la primera vez que sucedía un efecto diferente.
Sin embargo, había conseguido más allá de lo que esperaba. Trevor no quería una relación y ella se lo dio, algo pasajero, algo no serio para adolescentes y si Trevor esperaba que Olivia tomará esa actitud liberal de jugar a ser amigos con beneficios, pues lo hizo. Y no podía negar que la muchacha se llegó a sentir especial y diferente, aunque Trevor había declarado un "no formalidad" le daba cierta preferencia a Olivia que la hacía sentirse todavía mejor. Importante.
Trevor llegó a ser todo lo que ella quería, era un muchacho agradable, de buen ver, caballeroso y seductor, para ser un adolescente, claro. No era el chico más codiciado de todos, pero era el chico que había traído atención por llegar en segundo y ser extranjero.
Antes de la llegada de Arleth Bennett, Olivia se sentía importante e irremplazable para Trevor, y es que de alguna forma el muchacho le daba entender eso, la hacía sentir la única chica que compartía con él algo más allá de amistad, tenían algo exclusivo de ambos, en el ámbito sexual, descubrirse y explorar al mismo tiempo. Trevor no hacía eso con otras chicas, era solo ella. Para ella era cuestión de tiempo para que Trevor le pidiera ser su pareja. No obstante, ese deseo se terminó cuando una pequeña figura se paseaba junto a Trevor. Cuando la conoció algo en Olivia le dijo que Arleth podía ser, por primera vez, una rival en Trevor.