Y te encuentro,
en cada nota prominente de una canción de amor,
en el vacío de una distancia,
de una bestia que amenaza con devorarme.
Te encuentro en los pensamientos turbios,
suicidas de celos,
Te encuentro en la tortura dulce y cruel
de sentirte tan cerca,
y hallar solo oscuridad entre mis manos.
Te encuentro en el filo del insomnio,
cuando mi cuerpo, derrotado,
aún busca refugio en la memoria tibia del tuyo.
Te encuentro cuando la noche se inclina,
y el silencio muerde.
Te encuentro en las cadenas rotas de mis miedos,
en el temblor de un alma rota que ya no teme.
Y te encuentro,
porque quiero encontrarte,
una y otra vez.