Daelyn night: serie luminaristas

Secretos y cambios de amor

Un Secreto a Cambio de un Corazón

Amber no ha dicho ni una palabra desde que despertó con bigotes de gato dibujados en la cara.

Eso, en sí mismo, ya es preocupante.

Cuando Amber está en silencio, algo malo se avecina.

Y efectivamente, mientras Emily y yo estamos en mi habitación, fingiendo que todo está en calma, la puerta se abre de golpe y Amber entra con una expresión que grita: Prepárense, perras.

Emily y yo intercambiamos miradas.

—Dae —dice Amber con una sonrisa que no me gusta nada—, tenemos que hablar.

Me cruzo de brazos.

—Estoy ocupada.

—No, no lo estás.

Emily suspira.

—Si vas a hacer drama, avisa antes para traer palomitas.

Amber ignora el comentario y se cruza de brazos.

—Voy a ser directa —su tono es serio—. Ustedes tienen dos opciones: o terminan con Ethan y Kieran… o le cuento a todo el maldito mundo que son seres sobrenaturales.

Silencio.

Parpadeo.

Emily parpadea.

El cerebro me tarda unos segundos en procesar.

—Espera… ¿qué?

Amber se encoge de hombros con falsa inocencia.

—Lo que oyeron. Ustedes dos tienen a los chicos humanos demasiado cerca, y eso es un problema. Si siguen con ellos, los están poniendo en peligro, y nos están poniendo en peligro.

Mi mandíbula se aprieta.

—No puedes estar hablando en serio.

—Oh, créeme, sí lo estoy.

Emily, con su eterna calma, se apoya en la pared con una ceja levantada.

—¿Y exactamente cómo piensas convencer a la gente de que la magia es real?

Amber sonríe de una forma que me da escalofríos.

—Tengo pruebas.

Emily y yo nos tensamos al mismo tiempo.

—Videos, audios, cosas. —Su expresión es triunfante—. Así que hagan lo correcto y terminen con ellos.

Siento la rabia burbujeando dentro de mí.

—¿Y qué si no lo hacemos?

Amber sonríe.

—Entonces el mundo entero sabrá lo que son.

Silencio.

Emily y yo nos miramos, comunicándonos sin palabras.

Luego, Emily sonríe dulce.

—Dime, Amber… ¿hace cuánto que no duermes bien?

Amber frunce el ceño.

—¿Qué tiene que ver eso con—?

Emily chasquea los dedos.

Amber cae al suelo.

Suspiro y me paso una mano por el rostro.

—Vamos a tener que encerrarla, ¿cierto?

Emily asiente con total tranquilidad.

—Definitivamente.

Miro a Amber, inconsciente en el suelo, y suspiro otra vez.

—Esto se nos está saliendo de las manos.

El Precio del Silencio

Amber nos observa con una sonrisa de autosuficiencia, con los brazos cruzados y una postura de victoria anticipada.

Emily y yo estamos sentadas frente a ella, sin fuerzas para discutir más.

—Así que… —Amber tamborilea los dedos contra su brazo—, ¿cuál es su decisión?

Emily me mira. Yo la miro.

Al final, suspiro y levanto las manos en señal de rendición.

—Está bien, Amber. Ganaste.

Ella parpadea.

—¿En serio?

Emily asiente, encogiéndose de hombros.

—Sí, no tiene sentido luchar contra esto. Si lo que quieres es que terminemos con Ethan y Kieran, lo haremos.

Amber nos estudia, como si buscara alguna trampa.

—¿Así de fácil?

—Sí —respondo con cansancio—. No queremos problemas.

Emily asiente con una expresión de falsa resignación.

Amber sonríe, satisfecha.

—Bien. Saben que es lo correcto.

Se levanta con aires de reina y se marcha sin mirar atrás, dejándonos a Emily y a mí en silencio.

—¿Sabes? —dice Emily después de un momento—. Esto fue más fácil de lo que esperaba.

Me dejo caer en el sofá, cubriéndome el rostro con las manos.

—Sí, bueno… tal vez porque ni siquiera pensamos discutir.

Emily se ríe.

—¿Qué vamos a hacer ahora?

—No lo sé. Supongo que inventar una excusa para romper con Ethan y Kieran.

Emily hace una mueca.




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