Daemon (orgullo Blanco 2)

Límite

[Capítulo 18]

Parte 2

 

{Daemon}

 

Un mes después de aquella fiesta, estaba a punto de llegar al límite. De nuevo el péndulo que era mi vida, amenazaba con dejarme caer hacia el fondo y sentía que esa vez no me sería fácil resurgir.

Tras haber follado a Inoha en aquel callejón, me senté en el suelo y a ella en mis piernas, creo que lloré mientras le decía todo lo que me dolió que solo hubiese sido su venganza, pero eran hechos que no tenía seguros, estaban borrosos en mi cabeza. Al parecer me quedé dormido tras eso y cuando desperté estaba en mi cama al día siguiente, no supe cómo llegué a ahí y los chicos creían que lo hice por mi propio pie, mas no pude aclararles nada porque eso significaba que debía contarles con quién estuve y no deseaba exponerla más, no valía la pena cuando solo buscó llegar hasta a mí sin dañar a mi familia.

Menos mal no olvidé todo y fui consiente de la cagada que cometí por volver a caer con ella, no me convenía, aunque eso solo lo entendía estando sobrio.

«Me encantó volver a verte, quiero que lo repitamos. Escápate, D…muero por verte».

Ese día al despertarme encontré en el bolsillo de mi pantaloncillo, un móvil que no era mío, pero al leer aquel mensaje recibido, intuí quién lo dejó ahí. Según lo que explicó, Inoha trató de comunicarse conmigo y no pudo, eso solo me daba a entender que mis padres tenían intervenido mi móvil, por lo mismo no supe nada de ella, aunque yo tampoco la busqué o traté de propiciar ningún contacto.

No respondí aquel mensaje y no pensaba en escaparme, lo que hice fue guiado por el alcohol y la debilidad que ella me provocaba, así que era mejor no volver a verla. Sin embargo, esa noche el móvil vibró con una llamada entrante que dudé en tomar, mas lo hice rato después.

Daemon, dime que te escaparás, que volveré a verte — sonaba suplicante, pero también muy falsa. Estando lucido reconocía ese tono y mi corazón se oprimió.

No me equivoqué borracho en eso, ella no cambiaría por mí.

 — No, Inoha. Lo que pasó anoche fue un error que no se repetirá. Como te lo dije el día que te fuiste con ese hijo de puta: podía estar enamorado de ti, no imbécil y eso lo sigo manteniendo. No dejaré que me jodas de nuevo solo porque buscas tu venganza — le dejé claro y la escuché bufar.

Ya decía yo que, aunque quisiera no podía estar contigo. Aborrezco tu sangre, pero traté de darte una oportunidad que mandas a la mierda por miedoso — escupió muy molesta, suspiré con fuerza y negué a pesar de que no me veía.  

— Yo sí me enamoré de ti, rubia tonta. Es una lástima que no puedas dejar tu venganza de lado porque, aunque no lo creas…si me demostraras que de verdad te importo, quemaría el mundo si es necesario, por tal de tenerte conmigo — confesé y tras escuchar su silencio decidí colgar.

No iba a esperar ningún ataque más de su parte, u otra ofensa para mis padres solo porque ella no entendía que buscaba una venganza para una basura que no la merecía. Además, si seguíamos solo nos ofenderíamos y ya no deseaba eso. No obstante, jamás dejé que aquel móvil se apagara y siempre lo mantuve conmigo, con la esperanza de que ella recapacitara y me dijera que dejaría sus intenciones de lado con tal de ser feliz a mi lado, porque yo quería hacerla feliz, deseaba demostrarle que así nuestras familias tuviesen un mal pasado, podíamos salir adelante.

Pero pasó un mes y no volví a saber de ella y de cierta manera eso me jodía demasiado.

Puedes ir a verme mañana, estaré en casa de Dominik muy temprano — dijo Fabio por el móvil, le había llamado porque necesitaba una salida antes de volver a caer.

— ¿Podemos hablar a solas allí? No quiero que mis padres sepan de esto — pedí.

Estaremos solos, te espero allí — aseguró y corté.

Al día siguiente tomé mi coche — el cual todavía estaba en Virginia Beach — arriesgándome a manejar en ese estado, mas no quería a Aiden al tanto de lo que pretendía hacer. Me detuve en todas las áreas de descanso que encontré y traté de no perderme antes de llegar a mi destino.

Tristeza comenzaba a hacer su aparición, en todo ese mes las voces en mi cabeza tomaron más fuerza y aunque aumentaron la dosis de mi medicamento, no estaba obteniendo los resultados esperados. Ser Esquizoafectivo y bipolar era más mierda que mi anterior condición y sentía que me iba a volver loco.

Mis padres estaban de viaje junto a Abby ese fin de semana, así que agradecí no encontrármelos en casa; casi salí disparado del coche y traté de respirar en cuanto sentí que el aire me hacía falta. Mi coche era demasiado pequeño en ese momento y no estaba para mantenerme en lugares reducidos. Fabio salió de casa de Dominik al verme llegar y notó lo que me estaba pasando, en seguida me llevó adentro y me inyectó algo en las venas para tratar de calmarme.

— En serio, Daemon, estás a punto de colapsar si sigues con ese ritmo. Necesito que te relajes, hombre. Deja ir lo que te agobia — lo miré incrédulo de que precisamente él, me dijera tal cosa.

— Gracias por el consejo, te aseguro que después de que lo has dicho, ha comenzado a irse eso que me agobia — ironicé y lo vi con ganas de reírse.




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