Querida Amelia,
Lamento si encuentras extraño recibir esta carta; pero debo admitir que, tras noches pensándolo, he llegado a la conclusión de que no deseo terminar con este intercambio.
Sé que podemos vernos y hablar en persona, pero siento que la pureza entre estas palabras no podrá hallarse en ningún otro lugar.
La pasé muy bien el otro día junto al lago, espero que podamos repetirlo otro momento.
Iris