Final.

Querida Iris,

Si está leyendo esto quiere decir que no ignoró el sobre bajo su puerta. También quiere decir que anhela llevarse una parte de mí a donde quiera que vaya.

Tal vez se esté preguntando por qué no abandono mi tono formal incluso en esta última carta. Verá, Iris, quiero que me recuerde como lo que fui para usted: algo positivo. Una flor. Una Dalia. Tal vez nuestra temporada haya acabado, pero los bulbos permanecerán intactos, esperando por una nueva primavera.

En una de las cartas anteriores, menciona sobre cómo estas cartas sobrevivirán el paso del tiempo hasta que alguien las encuentre y convierta nuestro amor en algo inmortal. Debo admitir que no estoy dispuesta a esperar tanto tiempo.

Le contaré sobre ti a cada persona que conozca. Les hablaré sobre este amor y les enseñaré lo feliz que he sido. Les mostraré los cientos de pinturas de Dalias como prueba de que existió. Se lo contaré a mis hijos y ellos a los suyos, y así hasta que nuestra historia se convierta en un folklore.

Le deseo una buena vida.

Por siempre suya,

Amelia