Abro mis ojos lentamente, mi cabeza duele y noto que estoy en un lugar desconocido, es oscuro la única Luz que hay es una bombilla que parpadea.
Todo huele a moho.
Me remuevo en la silla trato de soltar mis manos y pies pero están muy bien amarradas.
- AYUDA, AYUDA- grito con todas mis fuerzas.
La puerta se abre de golpe y un hombre alto, tatuado, musculoso con cabello negro y ojos negros.
- ¿quién eres? ¿Qué es lo que quieres?-pregunto temblando del miedo
- ¿quién soy? - pregunta y suelta una risa que hace que me de escalofrío.
Se Acerca a pasos lentos me toma de la barbilla y la alza para que lo vea a los ojos.
Me mira unos segundos, para luego soltar me.
-ya vuelvo - dice y se va.
Me quedo hay pasmada del miedo.
A los minutos regresa con un vaso de agua y una pastilla.
- toma- dice poniendo bruscamente la pastilla en mi boca.
Pero yo la escupo rápidamente.
Veo como apretar su mandíbula y me lanza en vaso de agua encima, haciéndome mojar toda la cara.
El hombre sale, tirando con fuerza la puerta , lágrimas de frustración salen, pero rápidamente parpadeo varias veces.
.
No sé cuántas horas llevo aquí amarrada mis pies y manos duelen por la fuerza que hace la cuerda.
la puerta se abre de golpe y en eso adentran tres hombres incluyendo al imbécil de Steven.
-haci que ¿esta rubia oxigenada es la chica de Daimon?- habla un hombre moreno, el cual no les voy a detallar porque no lo vale.
- oxigenada tu madre- escupo con rabia.
El moreno suelta una risa sin nada de gracia, camina a pasos lentos de mí y me da una fuerte cachetada, haciendo que volteara mi cara.
- déjala- habla Steven
- ¿qué? ¿no quiere res vengarte de todo lo que te hizo el imbécil de Daimon?- dice el moreno
- sí, pero no con ella- dice Steven
El moreno suelta un suspiro.
el otro chico el cual tiene una cicatriz en su mejilla derecha solo se limitaba a mirar y habla al fin.
-es muy linda, deberíamos divertirnos con ella-dice viéndome con una sonrisa burlona.
- ni se te ocurra, ya sabes la orden del jefe- habla Steven
- aburiiidoooo- dice para salir el moreno y detrás de el camino el de la cicatriz
Steven se queda parado enfrente mío, mirándome fijamente.
- eres hermosa- dice
-VETE AL INFIERNO- grito
el suelta una risa , camina y saca una navaja al principio mi corazón late a mil , pero al notar que lo utiliza para cortar las cuerdas me relajo.
Primero suelta las cuerdas de mis mano y luego la de los pies .
No lo pienso dos veces y estampo mi puño en su cara.
Corro a la puerta pero esta tiene cerrojo.
Steven suelta una risa sin gracia alguna.
Me toma del cabello haciendo que suelte un gruñido de dolor me lanza con fuerza al suelo.
- se acurruca enfrente mío, y como las Barbie (sin pensarlo) le lanzo una patada dándole en la entre pierna.
Steven se tira al suelo del dolor, se retuerce.
Corro a la puerta, trato de zafarla y cuando estaba a punto de abrirla esta se abre.