-Elena levántate cariño-susurra mi madre con delicadeza
-Déjame -digo tapando mi car con las sabanas.
-Elena ¿me vas a decir que está sucediendo? Llevas una semana sin comer y no quieres ir a clases-dice mi madre acariciando mi cabello.
Me quito la sabana de la cara y veo sus hermosos ojos avellana.
-cuando conocí a tu padre era muy joven, tú padre siempre fue un hombre frió, sin sentimientos pero de igual forma yo lo amaba, y sé que él también me amaba solo que era difícil de demostrarlo, pero no todo es color de rosa-dice mi madre con su mirada agachada.
Me levanto de la cama y me siento.
-no te puedes echar a morir por un hombre que no vale la pena Elena-habla mi madre.
-no te voy a pregunta ¿qué te sucede? Pero si te diré que no sufras por quien no vale la pena-me dice para luego plantar un beso en mi frente se levanta de mi cama y se marcha.
Me quedo viendo fijamente el pecho y las palabras de mi madre entran en razón en mi mente.
Me levanto de golpe de mi cama y camino al baño y una vez echa mis necesidades busco en mi armario algo de ropa y opto por unos pantalones negros, una camisa de tiras y para verme un poco ruda me coloco una linda chaqueta de cuero.
Peino mi cabello en coleta alta y salgo de mi cuarto bajo las escalera y me encuentro a mi madre en la cocina, cuando me mira una enorme sonrisa se planta en sus labios.
Me siento en la mesa y busco en mi teléfono el número de Raven.
Y le mando un mensaje diciéndole que pase por mi.
La cual me responde a los segundos.
Mi madre me sirve mi desayuno y me da un beso en la frente.
Devoro mi delicioso desayuno y cuando escucho la bocina del auto de Raven corro a la puerta y antes de cerrar la puerta grito.
-te veo más tarde-digo para luego cerrar la puerta.
Volteo y miro el auto de Raven y una sonrisa se planta en mi rostro.
-hola muñeca-digo para luego entrar al auto de Raven.
Ella suelta una carcajada y antes de arrancar el auto me voltea.
-te extrañe-dice
Arranca el auto y cuando legamos al instituto suelto un gran suspiro.
Me adentro a la escuela junto a Raven y todas las miradas se posan en nosotras cuando íbamos a mitad de camino a los casilleros Raven me detiene.
-Elena ¿te importa si voy a saludar a unos amigo?-dice señalando con su cabeza a un grupo de chicos.
Yo suelto una carcajada y asiento con la cabeza.
Sigo mi camino a los casilleros y las miradas y murmullos de los estudiantes se hacen presentes.
Cuando estoy cerca de llegar a los casilleros mis nervios aumentan ya que Daimon, Víctor y los chicos de la vez pasada están al lado de mi casillero y sin olvidar a Camila y sus perras falderas.
Una sonrisa malvada se hace presente en mi rostro, tomo del ante brazo a Maicol, uno de los chicos más perros y populares de la escuela.
-Maicol ¿porque no me acompañas a mi casillero?-digo con mi cara de perrito y mi voz chillona.
Maicol traga fuerte.
-claro princesa-me hala coqueto.
Tomo a Maicol de la mano y la entrelazo, cuando estoy en mi casillero la mirada de todos los chicos se posan en mí y eso hace que sonría más.
Abro mi casillero saco mis cosas sierro mi casillero y sin pensarlo tomo la barbilla de Maicol y le planto un beso en sus labios, maicol corresponde el beso y de repente los Separo.
-gracias -digo guiñándole mi ojo derecho.
Paso al lado de los chicos con una gran sonrisa y mi cabeza en alto.
Miro de reojo a Daimon Y este mira al piso fijamente con su puño apretado y sus nudillos están totalmente apretados y blancos de la fuerza que ejerce.