Dakota y Harriet

Prólogo

Me amas, lose.

Tratas de correr lejos, pero no puedes, me deseas tanto como yo a ti. Soy tuyo, eres mia.

De los pies a la cabeza me perteneces. Y todos lo saben.

Podría morir aferrándome a ti y no sentiría culpa alguna. Después de todo, tu amor es mi locura. Verte llorar, verte reír, gritar y pedir más o que simplemente me detenga, no importa, todo eso lo causo solo yo.

No encontraras a nadie que te ame con la misma intensidad que mi corazón.

Intentas reemplazarme, mantener tu cabeza ocupada para no pensar en mí, pero tu cuerpo me extraña y eso no lo puedes negar.

Te vas, vuelves y yo te amo cada maldita vez.

Esperándote cada noche con los brazos abiertos, siempre hay lugar para ti en mi cama, en mi vida, en mis pensamientos.

No soy capaz de soltarte porque sé que no soy capaz de amar a nadie más, dentro de mí no cabe otra alma que no sea la tuya.

Me digo a mí mismo que solo es cuestión de tiempo para que te des cuenta que no puedes vivir sin mí. No importa lo lejos que quieras tenerme, me necesitaras inevitablemente porque sabes que estaré ahí.




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