Damons

CAPÍTULO 14

Cargábamos todos con las compras hacia el departamento. Peter había insistido en acompañarme, pero realmente no deseaba que ellos supieran dónde vivía, por cuestiones de seguridad y privacidad.

Luego del beso y la excitante escena en el supermercado las cosas estaban revueltas en mi estómago, casi como si un lazo me hiciese cosquillas desde el interior y no me dejara relajarme. Sentía mis terminaciones exaltadas, mi corazón apresurado y la calidez y electricidad del beso de Landon palpitando en mis labios.

La emoción de energía fluyendo entre nosotros era constante y alentadora, despertaba cada nervio existente en mi interior y le daba sacudidas a modo de órdenes.

― ¡Sel, esto me encanta! ―Gruñó Peter con el chocolate en su boca. Gimió de placer―. ¿Cómo es que he pasado siglos sin probar de esto? ¿Qué más debería saborear? Dime muñeca.

Me reí de su expresión y fingí pensar un poco.

― ¿Sabes? Si nunca has probado de la comida mortal, hay infinidad de cosas que te encantará probar, estoy segura.

― ¿Esa lista te incluye, muñeca? ―Peter se adelantó rozando su hombro con mi cuerpo―. No compartiste conmigo ese momento especial que tuvieron tú y Landon.

Repentinamente me sentía incómoda, mareada y con mis mejillas encendidas. Si bien estábamos divirtiéndonos, la realidad se volvía aplastante cuando lo pensaba con claridad.

―Creí que los demonios no podían relacionarse con los nephilim ―objeté.

―Hey, calma ―Landon me codeó también―. Es un modo divertido de entretenernos, Sel.

―Es cierto, no podemos mantener un sentimiento real con los de tu raza ―-advirtió Peter―, pero nos mantenemos entretenidos entre todos con este tipo de juegos.

―O sea que ustedes se comportan de este modo, ¿siempre?

―Somos seres sexuales, muñeca, la diversión se basa en despertar la energía para provocarnos, pero lleva práctica y tiempo. Hoy lo hicimos contigo porque Landon me dijo que llevas bien el control de tu energía, sino, no hubiese sucedido nada de lo de hoy.

― ¿Ah sí? ―Me volví hacia Landon―. ¿Esto fue una especie de clase particular?

Landon sonrió. Tenía sentido ahora el sentimiento de atracción, la sensación de sentirme lívida.

―Quería que probaras de esta parte del mundo y también quería pasar tiempo contigo. ¿Sabes? Es extraño que aún sigas teniendo amigos mortales, Sel, sobre todo porque estás aprendiendo a hipnotizar con Seth y noté que aún no lo has puesto en práctica en nadie más.

― ¿No has hipnotizado a nadie muñeca?

― ¿Tiene algo de malo? Aún no domino esa habilidad.

Me detuve frente al departamento y resoplé. Peter soltó las bolsas del supermercado y se volvió hacia mí precipitadamente. También solté las bolsas por la anticipación.

Sus ojos azules se volvieron de un líquido mar travieso.

―Déjame intentarlo contigo ―se animó. Me encogí de hombros mientras lo observaba prepararse―. Bien, tú primero.

―Realmente no he podido hacerlo antes.

―Vamos, muñeca, lo harás bien.

―Está bien pero... no esperes mucho.

Invoqué a la concentración en mi cuerpo e intenté visualizar algo simple que pudiese enviar a la mente de Peter. Un pájaro, una lluvia, viento... Pero me defraudaba a cada instante que intentaba armar algo en mi mente.

Me sentía defraudada y completamente inútil, ellos lo dominaban a la perfección y yo apenas y podía controlar mi energía.

― ¿Será para esta noche?

―Lo siento, no puedo hacerlo no puedo... no puedo concentrarme. Es demasiado frustrante, con razón Seth se enfada todo el tiempo.

―Oh, Seth pierde los estribos con facilidad, seguramente te tuvo presionada, ven ―Peter me tomó de las manos y apartó un mechón de cabello de mi rostro.

―Intenta no aprovecharte de ella demasiado ―se burló Landon detrás.

―Oh, no estés celoso, Landon, ella estará bien entre mis garras. Ahora, muñeca, cierra los ojos.

Obedecí y sentí la invasión de Peter entre mis pensamientos, halándome con él hacia la escenificación. Pero sólo estábamos él y yo frente a mi departamento.

― ¿Qué...? Creí que me hipnotizarías...

―Y lo hice ―él enarcó una ceja―, estamos en el mismo lugar pero estamos completamente solos.

Observé a mi alrededor para verificarlo y, efectivamente Landon no estaba. Recordé que Seth lo había hecho una vez frente al campus del instituto, desapareciéndolos a todos. Entendí en esos momentos qué había sucedido.

―Entonces... esto es más fácil que lo que Seth inventa en mí...

―Muñeca, este es mi trance, no tienes derecho a pensar en nadie más ―Peter dio un paso hacia mí―, que en mí. ¿Sabes que es lo divertido de esta situación? Que Landon afuera está muriendo por saber qué estamos haciendo aquí en tu cabecita...

― ¿Y qué le diremos cuando despierte? ―Me reí. Pero Peter sólo esbozó una sonrisa maliciosa mientras daba el último paso hacia mis labios.

―Puedes inventarle lo que quieras... ―sus ojos grandes y azules como el glacial más hermoso que hubiese visto jamás―... de aquí no saldrá nada, muñeca.

Peter pasó su mano por mi mejilla, enviándola hacia atrás y halando de mi nuca hacia él. Sus labios fueron receptivos con los míos y los acariciaron de forma salvaje y dominante. Su sabor tibio se sintió abrumador y embelesador; despertando esa conocida sensación en la boca de mi estómago, haciendo girones y nudos en mi interior.

Una de sus manos tomó mi cabello y tiró de él dominando mi cuello mientras su mano libre se paseaba conocedora por mi espalda, alcanzando un curioso lugar de descanso, mi espalda baja.




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