Damons

CAPÍTULO 15

Había sido arrastrada a un profundo sueño luego de pasar toda la tarde con Landon y Peter. La energía que se había removido en mi interior, tensado y agitado tal vez había causado ese repentino cansancio. De cualquier forma cuando en mis pensamientos apareció Landon, la sensación veraniega se coló en mis extremidades y me obligó a despertar.

Un par de ojos miel brillantes estaban sobre los míos, su aura celestial también brillaba con un divino resplandor celeste.

Me tomó algunos minutos acostumbrarme a la luz hasta que finalmente aquel brillo disminuyó un poco.

―Buenos días, roja.

― ¿Qué haces aquí? ―Me cubrí un poco más con las sábanas apartando la cercanía de Axel, mientras él esbozaba una mueca.

―Qué amable eres por la mañana, ¿Ya te lo habían dicho?

Extrañamente, Seth ya lo había mencionado. Bajé mi atención a mis manos inquietas y sentí el calor emanando del cuerpo de Axel. Ahora sabía que ese poder era involuntario en él. Tal vez los ángeles emitían calor a su alrededor.

»Estuviste en entrenamiento ayer, ¿no? Seth nos dijo que saliste con un par de demonios al supermercado. ¿Qué aprendiste?

―Con Landon, salí con él y con Peter ―Axel asintió lentamente evitando mirarme y sentí algo disparándose desde mi pecho, una sensación extraña y helada―. Seth les habla de todo lo que hago al parecer.

―Es importante, nosotros deberíamos saber...

―Ari tal vez quiera saber, Logan lo sabría por ella y tú por él pero... ¿por qué?

― ¿Por qué...?

― ¿Por qué querrías saberlo, Axel? Si continúo entrenando o no con ellos, si me transformo o no en algo que no quieres que sea...

―Roja...

―No voy a cambiar, Axel ―lo corté y en mi interior algo se removió. Aquello me aterraba, pero no podía dejar de pensar que tal vez no había solución―, y ayer cuando salí con ellos yo sentí... es que pude sentir la energía...

Mis ojos se cristalizaron y sentí mi voz extraña mientras hablaba con él. Axel tomó una porción de mi espacio y la usó a su favor para acariciar mi mejilla. Su contacto desarmó ese nudo que se formaba en mi garganta pero las lágrimas no se disipaban. Cerré los ojos evitando llorar porque... demonios, no quería hacerlo frente a él. Pero convertirme en eso realmente estaba matándome, no quería ser lo que Seth buscaba, no quería ser como Landon esperaba, estaba aterrada de lastimar a mis amigos simplemente porque un deseo me guiara a hacerlo.

―No deberías estar llorando si sabes que no vas a cambiar, roja ―musitó él y sentí sus labios besar mi frente tan dulcemente―, a menos que sientas que no estás segura de lo que estás haciendo. Y si fuera así, me estarías dando la razón.

Busqué sus ojos y sentí la humedad propagarse por ellos. Sabía que no debía sentirme de esa forma, no quería abrirme con él porque estaba en peligro con él tan cerca y porque sabía que había estado manipulando nuestros momentos cada vez que podía.

Pero me sentí igual que siempre; collar o no las emociones estaban y se revolvían en mi interior cuando él se comportaba de esta forma.

― ¿En qué tendrías razón?

―Que tú no quieres hacer esto, roja ―su mano acarició mi cabello mientras dejaba que el tono miel de sus ojos se volviera oro brillante mirándome.

―No quiero ―mi voz se quebró y pasé saliva para recuperarme―, pero no tengo elección.

―Claro que la tienes, está aquí ―señaló mi pecho―, esto sólo te pertenece a ti no a un linaje, ni a ellos. Te responde a ti nada más.

Pasé saliva nuevamente intentando entender por qué llevaba el collar y todo se sentía igual que siempre. Tal vez la protección de Malphas sólo me ayudaba a distinguir a los seres celestiales, no a alejar los efectos que causaba.

―Genial, pero si despierto un día y esa energía cambia de parecer frente a todos ellos me decapitaran y seré finalmente libre, pero estaré muerta ―me mofé.

Axel esbozó una sonrisa y se recostó a mi lado como acostumbraba.

― ¿Lo ves? Sólo tienes que creer en ti misma, roja ―me reí con él―. Entonces, ¿qué aprendiste hasta ahora?

―Que no sólo asesinan personas por diversión si no que es de lo que se alimentan y que además los torturan psicológicamente ―me burlé. Axel también sonrió.

―Qué tiranos.

―Pero los ángeles también lo hacían antes, ¿no?

―Antes las cosas no eran como ahora.

―Sí, eso seguro tiene toda la lógica ―ironicé. Axel se giró hacia mí y sentí calidez acariciarme la piel.

― ¿Estás burlándote de la lógica de tu ángel guardián?

― ¿Aún lo eres? ¿Ere un... mi ángel guardián? ―Axel acarició mi cabello.

―Mientras continúes metiéndote en problemas, roja, lo seré por siempre.

―Pero si estás cerca...

―Si estoy cerca estamos bien ―terminó él y parpadeé quizás un poco perpleja de lo que había dicho. Axel acarició mi mejilla―. Hay que desayunar, vamos.

Y no importaba realmente lo que había sucedido antes, no importaban los collares de demonios malvados y la nueva compañía de Landon, Axel siempre acababa de hacerme sentir bien. Estaba acostumbrada a él tanto como acostumbraba discutir con Seth o divertirme con Landon.

Entonces, en el momento en que Axel se volvía hacia mí desde la puerta de mi habitación una última vez y sonreía abiertamente, formando ese maravilloso hoyuelo en un costado; comprendí que estaba realmente jodida con mis sentimientos por él, los mismos que extrañamente tenía por Seth y los que comenzaban a surgir con Landon.




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