Damons

CAPÍTULO 20

― ¿Debo empezar a preocuparme? ―Bufó Ari mientras se sentaba junto a mí en la mesa que ocupábamos con Lori. Por suerte ella estaba en el baño.

Sorprendentemente Landon se había comportado en las últimas horas en el insti. Su aura de energía se había sentido inquieta y dispersa al principio ―pero rodeado de tantos mortales como había estado―, me sentía orgullosa de que no hubiese sucumbido a la adrenalina inminente.

Tratar de que redujera los roces conmigo fue un caso aparte. Landon insistía en el contacto de nuestra energía a cada instante; cada roce, cada caricia y respiración cerca se sentía como electricidad dispersa en el aire que inhalaba ―como un escalofrío desde el interior.

No sabíamos qué lo provocaba, o por qué se sentía diferente en nosotros y se suponía que debíamos averiguarlo primero; pero Landon tenía una idea diferente de las cosas que nos sucedían.

―Se está comportando, dale tiempo ―resoplé, antes de beber de mi malteada.

Lo cierto era que en verdad lo estaba haciendo. Aunque su aura llamase a cada mortal que lo rodeara e hipnotizara de manera inconsciente a mis compañeras, Landon se había mantenido estable a mi lado.

Su energía estaba concentrada en la mía y por primera vez, esperaba que continuara de ese modo. Era un demonio peligroso y demandante, si yo no lo llevaba en control, las cosas podían complicarse para los demás.

―Estás dándole demasiado crédito ―Ariadna no estaba de acuerdo―, pero no me refería a eso ―resopló mirando en la dirección de su mesa con Logan―. Estoy preocupada por ti, Sel, ¿podemos confiar en él? Parece tan...

―Está bien.

―Confío en ti, no en él ―repuso ella y acomodó su cabello moreno hacia un lado―. ¿Dónde está ahora?

―Fue a buscar chocolate.

― ¿Chocolate? ―Ella alzó las cejas. Sí, los demonios amaban el chocolate―. De todas formas, creo que deberías mantener un ojo abierto en él, sobre todo porque está aquí en el instituto y todos están en peligro con él aquí.

―Lisa, Seth y Viola también vienen a este instituto y nunca ha parecido que te preocupes por eso.

―Ellos no tienen otras intenciones más que alimentarse. Landon parece tenerlas contigo además y no me gusta en lo absoluto. Ni siquiera me habías hablado de ese tipo de relación que había entre ustedes ―medió con dureza. Un nudo se tensó en mi estómago y apreté la mandíbula.

―Con Landon a mi lado no corro el riesgo de morir decapitada por traición o porque drenen mi energía; así que debería ser el menor de tus problemas ―espeté con rudeza. Ariadna frunció el ceño―. Y tú nunca me dijiste que podías hacer esa... luz asesina que casi me mata esta mañana.

―Apenas hemos hablado desde que supiste lo que era, ¿cómo podría habértelo dicho?

―Lo mismo digo.

Ella me miro enfadada por algunos segundos antes romper su rictus con una sonrisa torpe entre sus labios.

―Eres un maldito grano en el culo a veces, Sel ―rió Ari; había extrañado esa risa.

―Es bueno que volvamos a coincidir en las cosas ―me burlé. Aparté mi bebida de la mesa y tomé su mano mientras ella sonreía―. Te extrañé, todo este tiempo fue un asco.

―Lo sé ―ella apretó mi mano―, también yo.

― ¿Interrumpo un bonito momento? ―Axel apareció detrás con una radiante y esbelta sonrisa en su bronceado rostro californiano. La miel de sus ojos era un profundo color nacarado de seguridad―. Me pregunto si será bueno que vuelvan a estar juntas ustedes dos. Después de todo, ¿quién era la mala influencia en la relación?

Cruzamos una mirada de complicidad entre las dos antes de volver a reírnos, esta vez, con Axel uniéndose a nosotras. Había echado de menos que las cosas se sintieran tan bien, que hubiese risas de por medio y es que sólo Ari podía devolverme todo eso.

Ella me acompañaba siempre, en todo. Definitivamente era una buena influencia en mí, si me hacía reír en medio de las cosas que estaban sucediendo. Inclusive me había ayudado a seguir a Seth cuando se suponía que debía cuidarme de todos ellos.

Entonces detuve mi diversión. Ari me sonreía aún con esa mirada de entendimiento plasmada y yo no supe cómo responder; porque si ella siempre había querido protegerme de los demonios, ¿por qué me había ayudado a seguir a Seth todas esas noches en que dudé de él?

Ella inclinó la cabeza hacia Axel que hablaba sobre un chico nuevo en el instituto del que le habían llegado rumores ―suponía que se trataba de Landon. Pero no estaba escuchando, mi mente vagaba en esos recuerdos de la cantidad de veces que me expuse al peligro y ella ―en realidad― nunca me detuvo.

¿Cómo podía ser mi acompañante y protectora si me sugería seguirle la pista a un demonio insaciable y arisco como lo era Seth? Si fuese el caso al revés, yo estaba segura de que la ataría a la cama para separarla de algo que pudiese lastimarla. Lo peor de todo fue que cada vez que nos exponíamos al peligro, ella me dejaba por una llamada de Logan.

No tenía sentido; las acciones que ella había tomado no tenían razón. Alcé la vista hacia Axel que me miraba con expectación.

―Creo que tu amigo ha estado dándose un festín ―habló él. Fruncí el ceño en el momento en que Axel se incorporaba de mi lado―. Será mejor que hables tú porque yo lo haré pedazos públicamente.

Mi mente estaba en blanco, no comprendía nada.

― ¡Sel, ve ahora! ―Apremió Ariadna con sorpresa en sus ojos. De repente la veía de manera diferente.

Me volví hacia la cafetería y noté que apenas quedaban estudiantes reunidos allí, y muchos corrían dispersos hacia los pasillos. Vislumbré sorpresa y temor en sus expresiones y una joven que gritó me dio el empujón que necesitaba para incorporarme.




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