Damons

CAPÍTULO 21

Sólo podía pensar en él después de lo que me había dicho Peter. Seth sería auditado y las cosas podían complicarse para él según Landon. En las últimas horas sólo había podido pensar en él y en lo que podría estar sucediendo dentro del Consejo en esos momentos. Era algo grave, al menos así podía pensarlo únicamente y me sentía torpe en ese maldito parque mientras esperaba a Lori con su nueva aliada en la resistencia de suicidios.

No es como si no me importara, pero en esos momentos mis pensamientos estaban dispersos en las cavidades de mi subconsciente. Quería salir de ahí y encontrar la manera de ayudar a Seth. ¿Él podría salir ileso de una auditoría con el Consejo de Infratierra? Ni siquiera podía pensar en algo positivo en esos momentos.

Landon aún no daba señales de vida desde esa mañana ―aunque al principio estuviese dispuesto a convertirse en mi sombra con tal de desaparecer en mí el aura luminosa que dejaban los ángeles que me rodeaban. La de Axel siempre se encargaba de desaparecerla Seth ―le gustaba provocar mi energía. Pero siempre se volvía demasiado intenso entre nosotros cuando eso ocurría.

Pasé saliva y volví a mirar mi móvil para corroborar la hora. Pasaban las dos cuando volví a revisar. Tenía que hallar la manera de sacar a Seth de esa auditoría.

― ¿Está algo mal? ―Inquirió con voz suave Layla. Desde que pude convencerla de no saltar en el insti había conocido su faceta de parsimonia idónea―. Te ves tensa.

―Estoy bien.

― ¿Tienes algo más qué hacer? ―Insistió Lety con brusquedad. Me volví hacia ella de hito―. Lo único que haces es mirar tu reloj, Selene, ni siquiera le has preguntado a Layla si ha estado bien o nos has dicho algo sobre lo que ocurre en el instituto. En serio, nadie está obligándote a hacer esto, pero tú nos dijiste que la ayudarías.

― ¿Crees que no estoy ayudándola? Vaya, ustedes ni siquiera saben... olvídalo ―masajeé mi sien con rudeza; estaba alterándome y no era el momento ni ellas las indicadas―. Siento comportarme así, tienes razón, estoy algo distraída hoy es que... ―mi mirada cayó sobre el bosque y resoplé―... nada.

―Puedes decirnos, Selene ―opinó Layla, sus ojos brillaron con intensidad. Sólo en esos momentos noté que la tenía a ella justo frente a mí, la nueva presa de Léon, su juguete por ahora.

―Layla, ¿qué clase de sueños tienes?

Ella abrió los ojos con sorpresa y contuvo el aire. Definitivamente no había esperado esa pregunta por mi parte; tal vez un cómo estás, o has continuado con los intentos de suicidio.

Aquello no me servía.

― ¿A qué viene esa pregunta?

―Necesito saber qué clase de sueños tiene ella.

― ¿Para qué quieres saber eso?

―Lety, espera ―cortó Layla y esbozó una mueca algo inquieta―, a veces sueño con el bosque... Pero la mayor parte de las veces se trata de un ángel. Sí, es extraño que lo diga pero... es así. Se trata de Léon pero tiene unas hermosas alas negras y enormes que tiran de él hacia los cielos y me lleva con él.

―Miren, allí vienen las demás ―anunció Lety. No seguí su instrucción, porque realmente estaba interesada en las alas de Léon. Pero cuando Lori estuvo lo suficientemente cerca, de nosotras, supe de quién se trataba la nueva aliada.

―Chicas, por si no la conocen, ella es Phoebe, hace poco ingresó al insti pero ya se encontró con... bueno, no hay hablar sobre eso, ¿verdad? Vive a una cuadra de aquí, y aún está débil por lo que pasó esta mañana, por eso les pedí que nos encontráramos aquí.

― ¿Por qué no nos encontramos en su casa? ―Se preocupó Layla por ella.

Oh maldita sea yo sólo podía pensar en el momento en que nos quedáramos a solas y comprobar si realmente estaba débil.

―No quería que mis padres nos escucharan ―explicó Phoebe con una voz dulce y femenina. Sus ojos se cruzaron con los míos y sólo pude vislumbrar un brillo peculiar en ellos.

Apuesto a que ni siquiera tenía padres, esa arpía. Y de igual forma, ¿qué demonios hacía ella en el instituto? ¿Acaso estaba buscando la oportunidad de entregarme al Consejo de nuevo?

―Oh, debes haber pasado por tanto para hacer algo como eso, Phoebe ―opinó Lety compasiva.

¿Qué demonios...? Ella era una maldita asesina. Pero ellas sólo podían ver su aura celestial e impoluta a través de su bonito y perfecto rostro. Malditos súcubos perfectos y manipuladores.

―Sí, ni siquiera pude imaginármelo yo ―una risita nerviosa por parte de Layla―, ¿estás bien?

―Ahora sí, gracias chicas, en serio a todas y... en especial a ti Lori porque tú en serio me ayudaste mucho hoy.

Suspiré cansada de aquella actuación porque, ¿en serio todas creían en su palabra? Ni siquiera podía pensar en alguien que perdiera tanta sangre y horas después caminara hasta un parque como si nada.

―La verdadera iniciadora de todo es Selene ―propinó Lori en una sonrisa nerviosa―, ella es quien está ayudándonos a todos en esto y la que lleva más tiempo investigando los suicidios del pueblo.

Los ojos de Phoebe me observaron con rudeza. Maldita sea la bocaza de Lori en esta situación.

―En realidad no es tan...

―Es cierto, ella impidió que yo... saltara antes del insti y fue quien intentó salvar a Nancy cuando nadie más se atrevió.

―Sí, además de su mejor amiga, Ariadna, ¿no es cierto, Sel? ―Arremetió Lori.

Apreté mi mandíbula y la presión comenzó a trepar por mi cabeza, mareándome. Hasta esos momentos nadie había hablado de involucrar a Ari en mis problemas, pero parecía que no tenía remedio ―yo realmente guiaba a todos a la perdición.




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