¿damos la vuelta?

¡Me voy a morir!

-Si, estoy bien.

-¿Dónde estás?, !no puede ser que desaparezcas por un mes, y no mandes noticias!

-Ma, ¿podrías tranquilizarte?

-Eso quiero, envejecer tranquila, me voy a morir, y ahí vas a lamentar no darle atención a tu pobre y vieja madre.

-Si seguís así te voy a cortar- derrepente la línea quedó en silencio. Entonces Luisa tomó un largo suspiro, para poder continuar, pero fue interrumpida al escuchar sollosos -Ma, no exageres, fueron solo 30 días, sabes que te amo, estoy bien, estoy sana, tengo comida y soy feliz. Además tengo 27 años, entendeme, crecí.

-Entendeme tu a mi, mi hija desapareció un día, dejó una carta, diciendo que iba a explorar el mundo y un montón de estupideces más. Dejó atrás a su familia, su trabajo, sus amigos ¿Cómo querés que esté? -hizo una pausa (que para Luiza fue demasiado dramatica)- Para colmo manda noticias cada 30 días, y ni siquiera dice en que país está, ni mucho menos en que ciudad, espero que al menos sigas en América. Ya tengo edad para ser abuela. Tenes que sentar cabeza, conocer algún chico, volver al mundo real! -Sabrina solo esperaba que su hija la escuchará de verdad, que entendiera lo desesperada que estaba por saber de ella, y asegurarle un buen futuro.

-¿te diste cuenta que llevamos 4 minutos discutiendo y no fuiste capas de decir una vez que me amas? - sabía que era un golpe bajo, pero debía terminar esta conversación.

-No me vengas...

-Ahora hablo yo. Hace 30 días que no hablamos, yo sé, pero ¿sabés porque no te llamo? Porque es siempre lo mismo -esa no era la realidad, en verdad que extrañaba a su madre, pero no podía darse el lujo de gastar tanto dinero en llamadas internacionales, y menos tan largas- Mira, te entiendo, te escucho, pero la que no puede ver lo que necesito, sos tu. Necesito que cuando llame a mi madre porque la extraño, ella me diga que me ama, y que me espera ansiosa, pero que respeta mi decisión, que me respeta, como a una igual. Porque aunque no quieras admitirlo soy una adulta, y estás discusiones no llevan a nada.

  • -Hija, no es así, te respeto. Pero tengo unos años a más. Y sé más cosas de la vida que tú. No estás viendo bien, pero en unos años, te vas a arrepentir -Luisa que ya se encontraba exasperada y algo angustiada, sabía que debía cortar esta conversación.

 

  • -Te aseguro que sé muchas cosas de la vida, y que viví un montón de cosas que tu no. Si, sabes mucho, tal vez más que yo, pero no sabes las cosas que sé. Y estás alturas creo que nisiquiera sabes quién soy. Te tengo que cortar, estoy por llegar.

 

  • - ¿Cuándo vas a volver a llamar?

 

-Chau, cuídate. Mandale un beso a todos, y que los amo -Fue lo más tajante posible, tenía que comenzar a plantarse, hacer frente a esta situación.

Un año era bastante tiempo para que su madre se diera cuenta que las cosas no iban a cambiar. Y si, tenía miedo de que fuera la última llamada, la última discusión, pero no podía siempre dejarle pasar estás actitudes, no podía vivir con el miedo de perder a su madre estando lejos. Porque ella ya se estaba acostumbrando que Luisa la perdonará constantemente sus palabras hirientes y vacías de cariño.

-Te amo hija mía, y espero ansiosa el día que te des cuenta que estás en un error.

No dejó que su madre continuará, cortó la llamada, y apagó el celular. Miró para fuera del autobús, faltaban aún 100 kilometros, y nadie la esperaba. Pero estaba ansiosa por llegar y darles una sorpresa. Guardó el celular. Abrazó su mochila, donde estaban sus últimos reales, y un misero dolar. Sabía que aunque no la esperarán, la recibirían con los brazos abiertos.

Sin darse cuenta se durmió, y al despertar nuevamente encontró un gran cartel que decía "Sao Miguel Do Oeste- SC"

 

 

 

 

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Hola lectores, si, es una nueva historia, si, comenzó con discusiones, y si, espero que les haya gustado (leo sus comentarios)

Ahora les dejo algunas informaciones sobre el capítulo:

Reales: moneda brasilera.

Sao Miguel Do Oeste SC: es una ciudad de Brasil (América del Sur) más especifícamente en Santa Catarina.



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En el texto hay: adopcion, amor maternal, familia adoptiva

Editado: 01.02.2020

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