Dangerous

5.

 

 

“A QUIEN NO LE CONTENTA LO PEQUEÑO, NADA LE CONTENTARÁ.”

                                                                             - EPICURO DE SAMOS

 

 

 

—Jules, levantate ya o vas a llegar tarde al Instituto.—Abrí los ojos con pereza mientras Mila me quitaba las cobijas.— Estos jovenes de ahora... de milagro no están anemicos de dormir tanto.

—¿Como fue que llegué anoche?—Pregunté, todo lo que había pasado lo estaba recordando.

Mila suspiró.

—Holland te encontró desmayada en la calle y te trajó aquí.—Explicó y no se veía tan contenta.—Arreglate y ve a desayunar, Arthur te necesita.

Sin más, ella salió de mi habitación y yo me fui a duchar. Miré mi abdomen y no había nada, aquella herida ya no estaba...era como si lo hubiera imaginado. Las imagenes agolpaban mi mente haciendome doler la cabeza, lo ultimo que recuerdo es a Hunter obligandome a ir con él y luego todo se volvió negro. Tal vez estaba alucinando y eso no era real, la herida no existió y todo fue producto del alcohol.

Pero tambien recuerdo la mirada de Hunter en esa herida y eso me hace pensar que si pudo ser cierto.

Salí del baño y me vestí apresuradamente, guardé algunos cuadernos en mi bolso y ni me peiné, solo salí así.

—Pensé que estabas muerta.—Drew pasó por mi lado con un tazón lleno de cereal y leche.—Lastima.

—Mejor estar muerta que tener que soportar tu presencia.—Me senté en el comedor mientras me tenía la cabeza, estaba demasiado pensativa y nerviosa. Las manos me temblaban levemente y no era capaz de dejarlas quietas.

—Basta.—Arthur estaba apoyado en la entrada del comedor.—Drew, tienes entrenamiento, vete ya.

Casi se me escapa una carcajada al escuchar eso, Drew odia los deportes o lo que implique hacer actividad fisíca, creo que sus musculos son puros esteroides.

—Gracias, papá.— Le sonrió sarcasticamente y se fue.

No eran ni las ocho de la mañana y mi genio ya estaba de la mierda, me sentía estresada, ahogada en este lugar. El se sentó en frente mío con su tabaco en la mano, su elegante traje y su maletín.

—¿Qué sucedió anoche?—Cuestionó seriamente mientras me miraba fijamente, no fui capaz de tragar el cereal.— Y espero que no me digas mentiras, Jules.

Solté la cuchara y torcí los ojos, él odiaba eso y a mi me gustaba molestarlo.

—Algo se escuchó en el bosque, no sé como explicarlo pero era un ruido como de un animal muy grande.—Empecé a contarle.—Todos salimos corriendo de ahí, la luz se había ido y tropecé con algo en el camino y me di un golpe en la cabeza.—Mentí sin dejar de verlo.—recibí tu llamada y no recuerdo más.

—La luz...—Rió él mientras fumaba.—Circuito electrico de porquería, lo cambiaré.

Arthur hundiría este pueblo en la miseria.

////

 

Estaba parada frente al Instituto, Nethan aún no llegaba y estaba comenzando a desesperarme. Sabía que no sería facil reincorporarme aquí debido a los problemas con Alice y Matt, por desgracia tambien con Hunter. Lo que me había dicho allá en el bosque me hizo sentir fatal, aunque no iba a reconocerselo.

—Hey, hola.— Frente a mí estaba Oliver observandome de manera extraña.—¿Por qué parece que no quieres entrar?

—Por que no quiero.—Dije obvia.—Estoy esperando a Net, ¿Lo has visto?

Oliver se acomodó su bolso.

—No.—Miró la hora en su reloj.— Se hace tarde, deberíamos entrar.

Me fui junto a Oliver quién me estuvo contando que anoche me buscaron por todos lados, hasta que Arthur le dijo a Net que ya estaba en casa. El parecía sorprendido con lo que habia pasado y no lo culpaba, todos estaban hablando de eso. A él tambien le tocaba en mi salón de clases, por lo que me alegré, no estaría sola.

El timbre sonó y todos empezaron a correr como cucarachas hacía sus salones, Oliver y yo ibamos a paso de tortuga ya que no estabamos muy lejos del aula. Entré sin mirar a nadie y me fui hasta los puestos de atrás con mi nuevo amigo.

—Buenos días.—La voz de la Srta. Parks resonó por el lugar, ella era muy amable y en mi opinión una de las mejores maestras.— Por favor saquen sus cuadernos para retomar el tema del día de ayer, mientras tanto iré tomando la lista.

Saqué mi cuaderno.

—Sarah.—Ella empezó a llamar en orden.— Louis.




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