6.

"NUESTRA NATURALEZA ESTA EN MOVIMIENTO. EL REPOSO ABSOLUTO ES LA MUERTE"

                                       — BLAISE PASCAL.

Entré junto a Oliver y Nethan a la sala en donde estaban velando a Mikayla, su familia lloraba frente al ataúd viendo a su hija que parecía dormida. Casi todos los chicos del Instituto estaban aquí, muchos ramos de flores rodeban el lugar y una gran foto de Mika estaba pegada en la pared. Como siempre, el día estaba frío y una suave llovizna golpeaba las ventanas.

—Vaya, aún no me lo puedo creer.—Dijo Oliver mientras nos sentabamos en un mueble.—Ella no merecía eso.

—La muerte no piensa igual...solo lo hace y ya.—Le contestó Net.—Iré por café, no me demoro.

Oliver y yo mirabamos la foto de Mika, sonriente y felíz como era ella. El señor Lars se veía devastado mientras miraba a su hija, parecía que su mente estuviera en otro lugar, no se movía, no emitía ningún sonido.

La puerta de la funeraria se abrió, lo primero que pude ver fue un gran ramo de flores blancas y moradas y detrás de ellas venía nada más y nada menos que la familia Harrison, todos nos quedamos en un silencio incomodo.

Los sucesos vivídos el año pasado volvían a mi al ver al señor Marshall Harrison y su esposa, Rebbeca Harrison. Lucían impecables, él traía puesto un traje negro era algo tipíco en su vestimenta. Por otra parte ella venía con un vestido azul oscuro ceñido al cuerpo, su cabellera rubia suelta y una cartera. Pasaron de largo para ir a saludar a los Lars.

Controlé mi respiración e intenté estar calmada, pero tenía mucha ira contenida hacía ellos, hacia toda esa familia.

—No lo puedo creer.—Net llegó y me pasó un café.—Es raro ver al señor Marshall haciendo este tipo de cosas.

—Y peor aún, los hermanos del demonio que vienen entrando.—Susurró Oliver para luego dar un sorbo de café.

Me llevé el vaso a la boca cuando los vi entrar. Matt ni se esforzó en intentar ocultar que me estaba mirando, pasó por mi lado aún haciendo contacto visual conmigo, él venía de traje igual que Marshall y con el cabello bien peinado. Cerré los ojos y respiré hondo, no podía descontrolarme en medio de un funeral.

—¿Qué rayos fue eso?—Masculló Nethan sorprendido.—Casi te desviste con la mirada.

Me ahogué con el café al escuhar a Net, Oliver me dio golpecitos leves en la espalda ayudandome.

El ultimo en entrar fue Hunter quien venía vestido totalmente diferente al resto de su familia. Traía una camisa girs y una chaqueta negra con un Aguila atrás, unos pantalones anchos y botas. Fue imposible no mirarlo, me causaba curiosidad ver que el era como la oveja negra de su familia.

Cuando vi que iba pasando miré hacía otro lado, no quería ponerme tensa y menos en el funeral.

—Si Matt te desvistió con la mirada, este te embarazó.— Volvió Net a molestar.— Jules, te lo juro...se ha quedado mirandote muy extraño.

—¿Qué se puede esperar de esa familia? solo cosas raras.—Respondió Oliver por mí, agradecí internamente ya que no tenía ganas de hablar.

—Iré al baño.—Anuncié en voz baja para mis amigos.

—A veces pienso que no tienes vejiga, Jules.—Comentó Net mientras yo le sonreía sin gracia.

Caminé por la recepción del lugar y vi el letrero que decía donde estaban los baños, fui casi corriendo y me metí ahí, me sentí un poco más segura. Caminé varias veces por el pequeño espacio...recordando.

//FLASHBACK//

Tiré la puerta de esa maldita habitación con fuerza y me senté a llorar, no podía creer que él, de la persona que me enamoré, me hiciera esto. Matt gritaba y golpeaba la puerta desde afuera, no quería escucharlo nunca más. El dolor que sentía en aquel momento era indescriptible, me había roto el corazón, me había dejado sola y me había hecho sufrir como nunca en la vida.

—Jules, abre por favor.—Pidió ya cansado de tocar la puerta.— Pérdoname, yo no quería esto.

Era un ser despreciable, ¿Como fue que pasó toda esta mierda?

Me armé de valor, él seguía rogandome desde afuera...me enfermaba el solo hecho de oír su voz.

Me levanté del suelo y me limpié las lagrimas, agarré mi maleta y abrí la puerta. En el momento que me vio intentó cogerme las manos, pero no lo dejé. Simplemente lo miré decepcionada y harta de todo esto, yo no merecía esto.