Dangerous Desire

Capítulo 12

Cuando entré al aula para la clase de historia económica Santiago ya se encontraba en su asiento. En cuanto me vio lo saludé con la mano y el asintió con la cabeza a modo de saludo. Íbamos avanzando, al menos ahora no me ignoraba.

- Buenos días, alumnos –saludó el profesor al llegar al aula. - ¿Han estado leyendo? No se confíen porque después se les acumulan los exámenes y les va a ser complicado estudiar todo junto. Es por eso que he decidido darles para hacer un trabajo práctico que deberán entregar la semana que viene.

- ¿Individual? –preguntó un compañero.

- No, voy a dividirlos en parejas y les diré sobre qué tema deberán escribir. A ver, déjenme buscar la lista de alumnos y empezamos.

Una vez que encontró nuestra lista, fue llamando por orden alfabético a mis compañeros diciéndoles quién era su pareja y el tema que les tocaba.

Me daba igual quién fuera mi compañero porque yo no conocía a casi nadie de la clase, salvo a Santiago, pero no creo que justo de todas las personas vaya a tocarme con el...

- ¿Da Silva, Santiago? –leyó el profesor, Santiago levantó la mano y al ver que estaba presente continuó: - Te toca con Williams, Lucy. Deberán tratar el tema de la Gran Depresión de 1929 en Estados Unidos.

¿Era en serio? No había duda de que el destino quería vernos juntos. No encontraba alguna otra explicación coherente para toparme con él en todos lados. Le di una pequeña mirada, tenía el ceño fruncido y miraba sus manos.

Una vez terminada la clase me acerqué para arreglar los detalles del trabajo.

- Hola... Parece que somos compañeros –le dije. – Nos tocó un tema bastante interesante, ¿no crees?

- Ehh sí... Está bueno ese tema y no es muy difícil.

- ¿Cuándo quieres que nos juntemos a hacerlo?

- Podemos ir a la biblioteca después del almuerzo, si puedes claro.

- ¿Hoy? –él asintió. – Okay sí puedo, te veo allí entonces.

Después del almuerzo me dirigí a la biblioteca de la universidad, como habíamos acordado. Me gustaba la idea de tener que hacer un trabajo con Santi porque así tendría una excusa para hablarle, y él debería hablarme también, ya no podría evadirme. Quería saber más acerca de él, sobre quién era.

No estaba segura de si llegaríamos a terminar el trabajo hoy, debido a que teníamos dos horas hasta que la biblioteca cerrara y todavía no había llegado Santiago.

Quince minutos después llegó disculpándose por el retraso y nos pusimos a trabajar. Primero buscamos varios libros que tenían información sobre el tema y luego fuimos a la parte de computadoras para escribir. Luego decidimos que las partes que tendría el trabajo sería: la introducción; después en el cuerpo explicaríamos en detalle de qué se trató esta crisis, las causas y consecuencias; y finalmente la conclusión.

Estábamos en la mesa, leyendo los libros que habíamos encontrado, pero yo no lograba concentrarme. No podía dejar de mirar su perfil, ni cómo fruncía las cejas cuando se concentraba; su nariz era perfecta, su piel parecía bronceada y mi corazón se aceleraba cada vez que pasaba la lengua por los labios. Era muy hermoso y verlo con un libro en las manos lo hacía más interesante aún.

- No debemos olvidarnos de mencionar el crecimiento del desempleo y cómo afectó a las personas... –desvié la vista rápidamente cuando al levantar su mirada me descubrió mirándole. Una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. – Sé que soy muy atractivo, pero creo que deberías concentrarte en el libro.

Resoplé mirándolo con incredulidad mientras rezaba que me tragara la tierra en ese mismo instante.

- No te estaba mirando, baja tu ego. Solo estaba prestando atención a lo que decías –volví a mi libro, pero después de leer tres oraciones me distraje otra vez. - ¿Te puedo hacer una pregunta?

No obtuve respuesta, pero cerró el libro y se giró para mirarme de frente.

- En la fiesta estabas con otro chico, muy parecido a ti ¿era tu hermano? –seguía con sus ojos fijos en los míos y asintió con un movimiento de cabeza. - ¿Tienes más hermanos? ¿Cuántos años tienen?

- Solo tengo un hermano, James tiene 22 y yo 20.

- Oh, y no viene a la universidad, ¿verdad? Solo te he visto a ti.

- No

- ¿Cuántos tatuajes tienes? –pregunté mirando la parte de sus brazos al descubierto.

- Creí que era solo una pregunta... ¿A qué se debe el interrogatorio?

Bajé la mirada a mis manos, avergonzada. Sabía que a veces podía llegar a hablar mucho y no quería agobiarlo.

- Disculpa, yo solo pensé... que tal vez podíamos conocernos un poco mejor. No quería incomodarte, a veces me dejo llevar y hablo sin parar.

- Está bien, no te preocupes –me tranquilizó. – Sólo no me gusta hablar mucho sobre mí. Mejor regresemos a la crisis económica.

Nos quedamos en la biblioteca hasta que cerró. Avanzamos bastante pero no lo pudimos terminar; habíamos escrito toda la introducción y la descripción de la crisis, aun nos faltaba la mitad del trabajo. Guardé nuestro trabajo en un pendrive para continuarlo en otro momento.

- Mañana después de clases si quieres puedes venir a mi casa a terminar el trabajo –ofrecí al salir de la biblioteca.

- No sé si esa sea una buena idea, Lucy...

- ¿Por qué no? Mi padre estará trabajando y podremos trabajar tranquilos. Además, no nos falta mucho para terminar.

- De acuerdo –dijo después de un largo suspiro. Parecía como si sufriera o no le gustara la idea de estar solo conmigo. – Bueno... hasta mañana.

Lo vi subirse a su auto e irse. Todo en él me confundía. Quería entenderlo, quería conocer la razón que lo había llevado a ponerse esa pared que lo separaba de los demás. Sabía que detrás de esa imagen de "chico malo" había otra parte de él, y yo estaba dispuesta a descubrirla si él me dejaba.

 



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En el texto hay: deseo, secretos, trauma

Editado: 08.08.2021

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