Estoy muy preocupado, ya no sólo por mí o mi familia, sino por ella. La están acosando, nos estaban viendo y yo sabía exactamente de quién eran esos mensajes. Intenté alejarme de ella, de verdad que lo intenté, pero tenerla tan cerca... Compartiendo la historia de su vida conmigo, no pude contenerme. Era consciente de que había cometido un error y que ahora debería pagar las consecuencias de ello, pero no podía permitir que Lucy sea quien pague, no de nuevo.
Salí de su casa como si me persiguiera un fantasma, no podía soportar seguir viendo su cara y sus ojos llenos de lágrimas porque no podía darle las respuestas que me pedía. Lo último que quería era lastimarla.
Al llegar a mi casa, bajé del auto y me fui en busca de James, tenía que informarle lo que sabía. Lo encontré en la cocina, en cuanto me vio la preocupación pasó por sus ojos al ver lo alterado que estaba.
- Hey, ¿Estás bien? ¿Qué ocurrió?
- La he cagado; soy un imbécil –caminaba de un lado al otro con las manos tirándome del pelo. - No pude mantenerme lejos, la bese y ahora la han amenazado. Todo esto es mi culpa, no puedo seguir con esto ¡maldita sea!
- Para Santi, para. Tranquilízate... Explícame bien qué pasó. ¿Es Lucy verdad? –asentí con la mirada baja.
- Le han estado enviando unos mensajes anónimos, la están espiando... Tú y yo sabemos quién es, creo que ella también lo sospecha pero me dijo que no sabe quién se los manda. Recién estaba en su casa porque teníamos que hacer un trabajo práctico y las cosas se salieron de control y nos besamos... Ahí fue cuando le llegó otro mensaje y me contó todo. Decía que debía tener cuidado con lo que hacía o atenerse a las consecuencias.
- Yo te lo avise Santiago... Te dije que mantuvieras distancia. Entiende que lo de ustedes no puede pasar, todos correrían peligro –hizo una pausa, suspirando. – Nuestro mayor error además de meternos en todo esto fue creer que podríamos salir sin problemas.
- No puedo dejarla sola ahora que sé que la tienen en la mira, entiéndeme. Siento que se lo debo...
- ¿Estás seguro de que es solo eso? Yo te conozco hermano... Puedo ver en tu cara que sientes cosas por ella, y eso es un gran problema –se paró a mi lado, mirándome fijamente con una mano en mi hombro. – Eres consciente de que cuando ella se entere de todo te odiará, ¿verdad?
- Lo sé... Créeme, ni yo me lo perdonaré jamás.
Luego de darme una larga ducha para tratar de aclarar mi cabeza me tiré sobre la cama, mirando al techo, perdido en mis pensamientos. No iba a seguir negando que sentía cosas por Lucy. Estaba jugando con fuego y lo sabía, pero no podía alejarme y dejarla lidiar con todo sola, era mejor si estaba a su lado, protegiéndola. Al menos hasta que ella me dejara.
La vibración de mi celular me sacó de mis pensamientos. Al encenderlo vi que era un mensaje de un número anónimo. Me senté en la cama, todos los músculos de mi cuerpo se habían tensado, estaba más que seguro de que esto tenía que ver con los mensajes que le llegaban a Lucy. Abrí el mensaje y lo leí varias veces, apretaba con tanta fuerza el celular que temía que se partiera.
"Si te importa aléjate de ella... O lo lamentarás."