Estaba comenzando a desesperarme. No sabíamos qué hacer ni por dónde comenzar a buscar, ya que al parecer ninguna de las personas a las que les preguntamos la vieron salir del cine. Tampoco nos dejaron acceder a las cámaras pero luego la policía se encargaría de eso.
- Debemos avisarle a Damián –me dijo Nick y tenía toda la razón, debíamos hablar con el padre de Lucy.
- Vamos, estoy con el auto.
Nick había mandado a sus otras amigas a su casa en un taxi así que sólo nosotros nos dirigíamos a la casa de Lu. No voy a mentir y decir que no fue un poco incómodo estar los dos en un espacio tan reducido en un silencio tenso todo el trayecto, pero lo hacíamos por alguien que nos importaba más que nada.
Al llegar nos atendió Gabriela, quien se extrañó al no encontrar a Lucy con nosotros y nos dirigió al escritorio del padre de Lucy.
- ¡Nick! ¿Cómo estás muchacho? ¿Qué haces aquí, no salían con Lu hoy? –exclamó Damián con una sonrisa mientras le apretaba el hombro a Nick a modo de saludo cariñoso. Luego pareció notar mi presencia: - Oh, hola... ¿Tú también eres amigo de mi hija?
- Emm sí, algo así... –dijo Nick.
- Soy Santiago, el novio de Lucy –dije yo al mismo tiempo que habló Nick, extendiendo mi mano hacia Damián para presentarme.
- ¿Qué? ¿Novio?
- Lamento que tengamos que conocernos en estas circunstancias pero tenemos que decirle algo muy serio.
- ¿De qué hablan? ¿Qué está pasando y dónde está mi hija? –se notaba lo confuso que se encontraba y poco a poco estaba empezando a preocuparse, ya que dirigía la mirada de mi cara a la de Nick sucesivamente esperando una respuesta.
- Lo que pasa es que... Lucy desapareció, creemos que la secuestraron. Estábamos en el cine y cuando ella fue al baño ya no volvió y solo encontramos su celular en el suelo.
- ¡¿Qué?! Ay por Dios... No puede ser esta desgracia otra vez –se sentó muy lentamente en el escritorio, su rostro cada vez más pálido.
- Es muy probable que Marcos sea el culpable –dije sin dar mucha información, ya que no creía que estuviera al tanto de los mensajes.
- ¿Qué sabes tú de ese bastardo?
- Lucy me contó todo –mentí, pero no podía decirle la verdad y esperar que esté tranquilo cuando acababa de presentarme como el novio de su hija. Nick me dirigió una mala mirada pero se acercó hasta él preguntándole si se sentía bien.
- Estoy bien, solo hazme un favor y llama a la policía, tenemos que encontrarla cuanto antes.
Mientras Nick llamaba a la policía y les explicaba todo, empezó a sonar el celular de Damián, era un número desconocido.
- Ponga alta voz –le pedí. Hizo lo que le pedí y dejó el celular en el escritorio donde todos podíamos oír.
- ¿Hola? –dijo aclarándose la garganta para alejar los nervios.
- Hola suegrito, ¿Cómo estás?
- Marcos dime qué diablos has hecho con mi hija. Por favor no le hagas nada, te lo suplico, dime qué quieres.
- Tú sabes lo que quiero, viejo. Solo disfrutaré de mi chica mientras espero a que vengas.
- Como le toques un pelo te juro que te mato, imbécil –dije sin poder controlar la rabia.
- ¡Santiago! Que sorpresa, bienvenido a la fiesta. Admiro la valentía que tienes de estar ahí con su padre después de todo... –dijo riéndose con suficiencia.
- Cierra el pico y dinos lo que quieres.
- Eso es muy fácil. Sólo quiero el dinero que es mío, deberá traerlo Damián a la dirección que le enviaré como el buen padre valiente que es. Si llego a ver a alguien más por aquí, policía o no, la mato. ¿Está claro?
- Primero déjame hablar con mi hija, necesito saber si está bien –pidió Damián con voz dura, cuando en realidad yo podía ver que se estaba esforzando por contener las lágrimas.
Se escuchó un suspiro al otro lado de la línea, luego unos pasos y finalmente el ruido de una puerta abriéndose.
- Está bien –dijo Marcos. – Aquí la tienes, sólo un minuto.
- ¿Lucy? ¿Estás bien? –dije rápidamente, estaba desesperado por escuchar su voz, por saber si le habían hecho algo.
- Estoy bien –dijo con la voz rota. – Santi por favor sácame de aquí...
- Lo haremos Lucy, te lo prometo, no te pasará nada –le dijo su padre.
- Sólo has lo que te pide, papá... Ya has hecho suficiente daño –estaba muy confundido por sus palabras, no tenía idea de qué clase de daño había hecho su padre pero ya habría tiempo para hablar de ello.
- Suficiente. Te espero mañana a primera hora, no hagas nada estúpido Damián... No hagas que tu hija vuelva a cargar con tu egoísmo –dijo Marcos cortando antes de esperar una respuesta.
Todo este tiempo Nick había estado manteniendo la llamada con la policía, narrándoles todo lo que pasaba. A los pocos segundos cortó y nos dijo que estaban viniendo para la casa.
- ¿Qué vamos a hacer? –dijo Nick. – Si obedecemos y sólo te presentas tú sin la policía no tenemos manera de asegurar que suelte a Lucy o que no intente hacer nada.
- Por supuesto que no va a ir solo, pero necesitamos un plan... –dije justo cuando llegó el mensaje con la dirección en dónde estaban.