Lion.
Llegar al lugar al que Charlie nos ha enviado para encontrarnos con él y con ese amigo suyo, el cuál según se encargaría de ayudarle a rastrear a la a la amiga de Lilo, provoca que todo mi cuerpo se tense y que la ansiedad me invada de pies a cabeza. Todo de mí se estremece cómo si en mi interior hubiese un terremoto, mi corazón martillea dentro de mi pecho cómo si fuese a explotar en cualquier momento, me sorprende que, con todo lo que ha pasado, todavía no lo haya hecho. En mis adentros se ha desatado una guerra caótica, una en la cuál la calma está siendo torturada y consumida por el monstruo de la angustia. La ira crea otro tormento y domina la razón para convertirme en una masa temblorosa que apenas es capaz de controlarse.
Quiero destruir algo ahora, quiero, más que nunca, tener de frente a hijo de puta para hacerle pagar por todo lo que ha y sigue haciendo con nosotros. Él deseo de venganza crece y me reclama para ser saciado, para que ya no lo reprima cómo debí hacerlo hace tanto tiempo. Lo hago, es en estos momentos que al fin trato de buscar una fuerza sobrehumana para no dejarme llevar por mis demonios, pero estos ya amenazan con hacerme estallar en fragmentos diminutos. Es increíble que aún siga resistiendo, sin embargo es algo que también me estoy obligado a hacer, pues he hecho una promesa y esta vez... no pienso romperla.
No pienso... arruinarla.
Se lo debo a ella, se lo debo a Jann, y también se lo debo a esos chicos que ahora se encuentran en peligro por mi culpa...
Ashton...
Ese maldito... se ha llevado a Ashton.
— Descuida, no demoraremos mucho.
— Eso espero. Con Lilo y el niño ahí solos... no puedo dejar de sentirme inquieto.
— Estarán bien, confía en Doug. — asiento para Frank, quién ahora se encuentra junto a mí en los asientos traseros del auto que ahora conduce Joseph hasta el Bronx. Douglas se quedó a cuidar el hogar de mi madre. Me siento alarmado por haberla dejado así a ella y a los demás, en especial temo ahora más que nunca por mi hijo, pero cuando salimos del complejo no nos percatamos de nada raro, además confío en que Douglas mantendrá todo en orden mientras tanto.
Aún así no pienso tardar mucho, no quiero estar tanto tiempo alejado de mi hijo, no ahora que ya he visto... que ese maldito se encuentra fuera de control.
Escucho suspirar a Frank después, eso devolviéndome al aquí.
— Entonces... ya está más que confirmado, ¿cierto?
Sé a lo que se refiere y un revoloteo dentro de mí despierta.
Me decido en hablar después de estar varios segundos hundido en el silencio.
— Lo sentí en cuanto lo ví... Es mío. Definitivamente mío. — Suelto, sintiendo un nudo dentro de mi garganta. El rostro de mi hijo aparece dentro de mi cabeza haciéndome sentir más impotente en este momento.
Antes de salir de la casa de mi madre... le conté a Frank un poco de lo que había pasado al encontrarme al fin con Lilo y con mi hijo. Aún siento algunas dudas de si él ya lo sabía, no he querido enfrentarle con lo que descubrí con esos mensajes que ví que le enviaba a Lilo, he hecho un gran esfuerzo para contenerme con eso porque ahora se ha presentado un asunto más grave. Sin embargo, cuando le hablé de Edward y de cómo me dí cuenta de que realmente era mi hijo... él de verdad reaccionó muy sorprendido. Por ahora y por eso es que he decidido darle el beneficio de la duda, y porque de todos modos ví su real intención en esos mensajes que él le mandaba a Lilo a escondidas de mí, pues lo único que le decía en ellos... eran solo advertencias para protegerla de mí y de mis estupideces...
Logro percibir cómo Frank se tensa a mi lado.
— Supongo... que aún estás en un proceso para asimilarlo.
— Me siento golpeado, extraño, pero con más coraje que nunca.
Lo siento apretarme del hombro después.
— Tu hijo debe significar un muy fuerte motivo para ti ahora.
— Significa todo ahora y créeme que ésta vez será por él que intentaré arreglarlo de verdad.
— Reconozco que siempre has sido aguerrido, pero con esto igual te pido que trates de ser un poco más cuidadoso.
Me agita una vez más y su mirada se desvía de mí después. Su expresión cambia al fijarse en la ventana. Ahora luce más serio. Él, al percatarse de la interrogante en mi rostro, me indica con un movimiento de cabeza hacia lo que él mira ahora.
— Este es el lugar. — me aclara y rápidamente guío mis ojos hacia el edificio que ahora se encuentra a nuestro costado.
Con los nervios alterados y con piernas aún temblorosas, me obligo a salir de inmediato del coche, azotando la puerta detrás de mí y, a paso apresurado, me dirijo junto a Frank y junto a Joseph hacia el complejo de oficinas en el que se supone Charlie y su amigo experto en tecnología o una mierda así, se encuentran.
El frío de la noche me envuelve hasta que entro por las puertas dobles, la iluminación que nos recibe en los adentros de la recepción apenas me posibilita el ver los rostros de las personas que se encuentran detrás de un mostrador. Joseph se adelanta para hablar con ellas y, luego de que una de las chicas hace una llamada por teléfono, nos indica finalmente a qué piso dirigirnos. Tomamos el elevador, Frank al colocarse junto a mí toma mi hombro y lo agita. Aprieto los labios y asiento para él para hacerle saber con ese gesto que me encuentro bien, pero la verdad es que ya no lo estoy soportando...
Después de lo que me dijo respecto a lo que había ocurrido con Ashton... me he quedado en shock, con la mente hecha un desastre y con el monstruo del miedo creciendo dentro de mí. No entiendo cómo demonios he logrado controlarme. En cuanto me dijo lo que Arthur había hecho para capturarlo en Detroit... quise estallar, quise destruirlo todo. No, nunca fuí muy cercano a ese maldito, nunca me cayó bien de hecho, pero para Lilo él se ha vuelto importante, para la Monstruito él es una de las personas más que más quiere ahora y, por todo lo que ella me ha explicado al respecto de lo que ha pasado con él y de cómo la ha ayudado con nuestro hijo... tengo que admitir que le debo mucho, porque si no fuera por él, según Lilo, ella no lo hubiese podido lograr.
Editado: 25.08.2024