Dangerous Fellows

4. Nos van a escuchar

  • ¿Qué necesitas de mi? -Me acomode bien en la colchoneta para que él pudiera sentarse a mi lado- 

Ethan: Estar contigo.

  • ¿Quieres dormir aquí?

 

Ethan: Si, pero quiero estar contigo... Más tiempo. Me gustaría conocerte mejor, suena raro yo lo sé, pero créeme que lo deseo. 

Me quedé sin palabras, no se me hizo extraño, solo me había sacado un poco de contexto.

  • Ethan, no se si sea lo más adecuado que estemos conociendonos en esta situación.

 

Ethan: ¿Por qué no?

  • Porque literalmente estamos luchando por nuestra vida, cada día, cada noche... Si en algún momento a alguno de nosotros nos pasará algo. ¿Crees que sería fácil para el otro querer sobrevivir?

Ethan: Pues si lo pones de esa forma claramente diría que no, pero confío en mi, confío plenamente en ti, y se que no vamos a dejarnos dañar por los zombies. 

Ethan tomó mis manos entre las suyas viéndome a los ojos con seriedad y determinación, sabía perfectamente que sus palabras iban enserio pero aún así dudaba en el futuro, ¿Qué si al final terminaba enamorada de este chico y me lo arrebataban?, ¿Qué sucedería con ambos, enamorados y separados por culpa de un virus mortal en cualquier descuido? 

Las preguntas llenaron mi cabeza, incapaz de darle una respuesta, bajé la mirada.

  • Déjame pensarlo.

 

Ethan: ¿Al menos volvernos más cercanos?, es un gran reto no poner sentimientos pero así al menos vamos a lograr una buena relación.

  • Esta bien... Siempre y cuando no intentes algo más.

Ethan: No sería capaz.

Vi la sonrisa maliciosa que sus labios formaron, efectivamente tarde en reaccionar cuando esté ya me tenía aprisionada entre la colchoneta y su cuerpo. Mis ojos se clavaron en los suyos segundos antes de cerrarlos al sentir sus labios fundirse con los míos, era un beso dulce, suave, pero también cargado de deseo y sinceridad.

Logré quitar mis manos de las suyas rodeando su cuello con mis brazos, era un beso interminable, perfectamente nuestros labios encajaban, mi corazón latía a la par del suyo con emoción. Si era un delito desear a un desconocido, en ese preciso momento debi ser arrestada.

Mis manos tocaron su abdomen, su pecho por encima de su playera, y lentamente bajaron para alzarla metiendo mis manos dentro, su abdomen tenso bajo las yemas de mis dedos me hizo sonreír. Esto no duro nada, pues sus manos ya estaban sobre mis muslos apretándolos. Tomé la iniciativa haciendo que se quitará la playera, mis ojos recorrieron su abdomen bien formado, esos hombros me incitaban a morderlos, por la posición no vi su espalda pero sabía perfectamente que sería igual de esculpida. 

Nada pasó de besos y toqueteos, nos quedamos acostados sobre la colchoneta, acaricié su pecho haciendo líneas imaginarias con mi dedo.

Ethan: Me quiero quedar contigo.

  • Entonces quédate...

Ethan: ¿No te molesta?

Negué con la cabeza viendo a sus ojos, hasta ese preciso momento me percaté que no eran de color negro... Un tono nuevo. 

Era un color verde pero azul ... Una mezcla de ambos.

Ethan: Son verde mar. 

Su voz me sacó de mis pensamientos, era un color poco inusual como los ojos grises, los verdes o azules los había visto pero de ese color... En realidad era la primera vez.

  • No había visto unos ojos, color verde mar antes.

Ethan: Es porque soy único tal vez. 

Rei suavemente dejando un corto beso en su mandíbula.

  • Tal vez... 

Ethan: La familia de mi padre tenían el mismo color de ojos, desde pequeños nos solían halagar mucho, decían mis tías que la descendencia debía tenerlos. 

  • ¿Y si no los tienen de ese color?

Ethan: Solo habría una manera de descubrir si la descendencia los tendría. 

Su mirada me causo escalofríos por todo el cuerpo, más cuando entendí sus palabras, mis mejillas se pusieron rojas lentamente y solo me acomodé al lado de la colchoneta bajando mis brazos de su pecho.

Ethan: ¿Pasa algo?

  • Con "solo hay una forma", ¿Te refieres a procrear, no?

Ethan: Exactamente, sería la única. 

  • ¿Con quién? -alcé la voz un poco-

Ethan: No lo se, si llego a sobrevivir más adelante lo sabré. Pero no alces la voz, nos van a escuchar.

Me apretó contra su pecho, sentí la calidez de su torso desnudo y lo abracé suavemente. En sus brazos me sentía cómoda, protegida, no quería separarme de él, mis pensamientos lentamente se fueron quedando en silencio y mis ojos se cerraron dejándome en un profundo sueño.

 

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Capitulo un poco corto, sin embargo el siguiente está en proceso.

No se olviden de dejar estrellita si les está gustando.

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