Dangerous Love

CAPÍTULO III

—Y ¿Qué dices?
—No lo sé...
—No es mala idea, anda.
Me mordí el labio inferior pensando. No quiero ser grosera pero no creo sentirme a gusto con esa idea.
—Necesito pensarlo...—respondí finalmente.
Sonrió de oreja a oreja y me atrapó en un abrazo, juntó sus labios a los míos. Cuando se despegó noté un destello en sus ojos, uno de ilusión, me sentí mal.
—Vamos, tenemos que celebrar.
—¿Celebrar qué?
—¡Pues que te vienes a vivir conmigo!
—Pero si te he dicho que necesito pensarlo, Jace.
Resoplo y se acercó a mí tomándome de la cintura. 
—Yo sé que vas a aceptar—dijo demasiado confiado—además me sirve de excusa para invitarte a salir. 
—No tienes... Sabes, olvídalo. Vamos. 
—Esa es mi chica. 
Me dijo que pasaría por mí a las ocho. No he recibido ni una llamada sobre el trabajo por lo que debo empezar a buscar más opciones de empleo. No quiero que mi papá hable con sus colegas y mueva el terreno para mí. Necesito saber que lo logré por mi cuenta. 
Ahora iba a ir a la casa de Megan, quedamos en vernos en el café. A pesar de que no nos veamos muy seguido, cuando nos vemos es como si no hubiese pasado nada de tiempo. 
—¡Blaaaaakeeee! 
A la master.
Casi me caigo de la cama por el grito. Salí de mi habitación y fui a la de mi hermana quien estaba en la cama con su celular en el pecho cubriéndose el rostro con las manos. 
—¡Pero que te ha pasado! 
Se levantó de golpe y me miró con las mejillas coloradas. Me senté a un lado de ella y agarró su celular como si valiera oro puro. 
—¡Ya sé dónde vamos a vivir! 
—¿Qué? 
—Me voy a vivir contigo. ¡Encontré el lugar perfecto! 
Puse cara de wtf y me le quedé viendo como si me acabase de pedir que nos fuguemos de casa. 
—¿Conmigo? 
—Es qué... No me quiero quedar con papá... Y mamá apenas se va a poder mantener sola, no quiero ser una carga. 
Mamá va a tener parte del dinero de papá, pero es cierto que no es mucho. Casi podría decir que es un tacaño pero mamá estuvo de acuerdo. Y entiendo por qué no quiere quedarse con papá... 
—Mhm... 
—Y mira, encontré este apartamento en venta—me mostró la pantalla de su celular. 
Era un apartamento de un piso pero era de buen tamaño para dos. Incluía un baño y medio con tres recámaras, una sala de estar, la cocina y espacio para un comedor pequeño. Incluso tenía un pequeño patio trasero. 
—Es... Genial—confesé pero después entorné los ojos hacia ella—¿Por eso soltaste ese gritito? 
Agachó la mirada y se puso colorada de nuevo—En realidad este chico Daniel... 
—No. Charlotte te he dicho que ese chico... 
—Lo sé... Pero es que en verdad me gusta, Blake... 
—Char... Lo entiendo pero no es lo que... Escucha, solo quiero que estés bien, ¿sí? Ese chico me da mala espina—admití relajando el tono. 
—Es que es distinto conmigo, me ha invitado a salir. 
No supe qué decir al respecto. Ese chico es al menos dos años mayor que ella y no es el chico que te gustaría para tu hermana. Es rebelde e irresponsable. Se mete en peleas constantemente. 
—Solo te pido que te cuides. Cualquier cosa fuera de lo normal por favor aléjate y dímelo, ¿entiendes? 
Asintió y suspiré. No puedo obligarla pero puedo advertirle y hacerle notar que no está sola. No quiero que le pase nada malo. 
Le pedí los datos del dueño del apartamento para ver si me decidía por ese. Definitivamente ahora le debo decir que no a Jace. Es buena excusa y sé que lo entenderá, además, no quiero mudarme con él.
***
Llegué al café y aún no estaba ella ahí por lo que tomé una mesa al aire libre, pedí un café. En lo que esperaba escuché que alguien entraba a la tienda, creí que era Megan. Me llevé una gran decepción cuando vi que solo eran dos chicos, aunque no se les veía nada mal. 
Se sentaron en la mesa detrás de mí, no había más que tres mesas ocupadas, decidieron usar esa justamente. Escuché que hablaban y me enderecé para escuchar. 
Lo chismosa nadie me lo quita. 
Metiéndote en donde no te llaman, como siempre. 
—Entonces, ¿Qué vamos a hacer? —preguntó uno. 
—No podemos hablar de eso aquí...—escuché responder al otro. 
—Es que Hans está demente...—musito el otro. 
—Es un psicópata—corrigió—ordena ya que tenemos que buscar a la chica. 
—¿Qué traerá Wilson con esa chica? No es sano mandar a espiar a una chica, es un tanto creepy. 
—No le gusta la chica, idiota. Por eso nunca te cuentan el plan completo.
—Ya bueno. ¿Cómo es? ¿Cabello café ondulado? —dijo el otro un tanto irritado. 
Madre mía aquí solo hay dos chicas a parte de mí, somos dos con el cabello café y ondulado. Gracias al cielo que me lo he alaciado el día de hoy.
—Al fin pones atención en algo. Ahora cállate...—se interrumpió a sí mismo cuando otra voz se hizo presente. 
Diablos, Megan justo se estaba poniendo interesante el asunto.
Concuerdo contigo por primera vez en la vida, querida conciencia. 
—¡Blake! Lo siento, se me hizo tarde...—Megan se sentó en frente de mí al mismo tiempo que me saludaba—es que George no se apuraba y me tuve que venir en taxi. 
Solté una risita—Y fíjate que es difícil tardarse más que tu...
—Ay bueno, ahora cuéntame que hay de nuevo. 
—Nada interesante, no me han llamado del empleo que solicité, el que me entrevistó es el chico de los ojos verdes... Ah y Jace me pidió que me mudara con él. 
—¿Espera qué? ¡Cómo lo dices así de simple! —se quejó—¡Que no ves que me tardó en procesar y tú me sueltas todo de un tirón! 
—No es para tanto... 
—El hombre guapo te entrevistó y tu novio de caca te pidió que te mudaras con él...—estuve a punto de quejarme pero habló de nuevo—Le dirás que no, ¿cierto? 
—Sí... No me sentiría cómoda y no creo que estemos ya en ese nivel de la relación... 
—¡Obvio no! George y yo llevamos seis años juntos y apenas nos mudamos hace dos... Aparte tu novio ojete no sería buena compañía. 
Ay, Megan, siempre tan directa.
—Megan... 
—Ya, lo sé no lo insultes así—imitó mi voz—no entiendo por qué sigues con él, es tan...él. 
—¿Qué se supone que significa eso? 
—Qué no es suficiente para ti, mensa. El imbécil no te deja hacer nada. 
—Eso no es verdad. 
—Lo es y lo sabes. ¿Hace cuánto que no nos vemos? —preguntó de la nada. 
—¿Dos semanas?
—¿Y por qué no nos habíamos visto? O mejor dicho, ¿por quién? —abrí la boca y la cerré de nuevo. 
Cada que quedábamos en vernos, yo le contaba a Jace que Megan me invitaba a algún lado, aunque siempre me decía que tenía planeado algo conmigo y tenía que cancelar. No le dije de hoy por lo que estoy aquí. Aunque no creo que sea así, son meras coincidencias. 
—¿Lo ves? No me gusta. 
Asentí. Es mejor no seguir discutiendo. Ya hemos tenido esta conversación varias veces. 
Sigo pensando en la conversación de esos chicos. Se veían unos años mayor que yo pero por alguna razón sé que estaban hablando de mi padre. 
Hans. 
Las cosas que he oído de él son increíbles mentiras. Dicen que es un hombre de familia, un ejemplar hombre de negocios que se preocupa por su familia, cuando en realidad está obsesionado con su trabajo todo el tiempo. 
El tiempo que no pasaba con nosotras los compensaba con algo material. Algún regalo, alguna reservación en un restaurante o simplemente dinero. Eso no es nada ejemplar. 
Hans Steele, es el hombre más repugnante que he conocido jamás pero sigue siendo mi padre. Lo quiera o no estoy atada a él de por vida. No entiendo su manía con el control o su desesperada necesidad de ser el mejor, pero eso mandó a la ruina nuestra relación padre e hija. 
Es cierto, esta demente. A veces siento que no conozco a mi propio padre y que solo puedo confiar en mi madre y hermana. 
Sin embargo he aprendido a no sacar su lado malo. Ese que me castigaba, ese que me quitaba mis mascotas, ese que me decía tantas cosas... Ahora solo es un terrible recuerdo del pasado que quiero mantener ahí. 
Ahora, ¿Wilson? ¿Quién será ese? ¿Buscar a un chica? Parece de telenovela. 
Volví a la conversación con Megan quien de pronto estaba viendo algo con gran fascinación. Después de entender lo que veía me puse roja y aparté la mirada. 
—¡Megan! Tengo novio... 
—¡Y a mi qué! No están casados, además no le vas a ser infiel solo estas contemplando la belleza de otros seres.
—Pero...
—¡Es que mírales el culo! —dijo por lo bajo—Saben que están buenos. 
Estaba viendo a los mismos chicos de hace rato que ahora están saliendo de la cafetería. Lamentablemente, les tocó pasar por la vergüenza de que Megan casi les diera una nalgada con la mirada. 
—Igual debería irme, en unas horas voy a salir con... 
—Y tenías que arruinar el momento con el rábano ese—puso los ojos en blanco—Bueno anda cenicienta que solo tienes hasta las doce querida. 
—¡No es verdad! 
—Si lo es porque lo digo yo y lo que digo yo no solo se escucha se cumple, ¿me entiendes? 
—Si señora. 
—¡¿Señora?! ¡Pero no estoy vieja! —se levantó de golpe y salí corriendo de la cafetería. 
—¡Adiós, mi vida! 
—¡Cuídate que te robo! —me reí con eso último y me fui. 
***
Al llegar a casa no esperaba encontrarme a mi padre ahí en la sala hablando por teléfono. Quise evitarlo pero colgó la llamada y me habló. 
—Blake. Necesitamos hablar. 
Suspiré y tragué saliva. Me acerqué a un distancia prudente esperando a que continuara. 
—Oí que no has conseguido empleo. Sabes que puedo... 
—No—respondí al instante—Es decir, yo sé que quieres ayudarme pero puedo hacer esto sola, padre. 
Asintió—Lo sé. Aun así, la oferta en mi empresa sigue en pie, ya que tu madre no está puedes pasar a ver. 
—¿Por qué mamá se negaba tanto? No lo entiendo. 
—Porque tu madre es...—buscó la palabra correcta—Testaruda. Ya sabes, quiere que seas mejor que yo y esas cosas. 
Asentí. No tiene ni una pizca de sentido eso pero es mejor no llevarle la contraria. 
—Ahora que estamos aquí, puedo preguntar, ¿En dónde buscaste empleo?
Me encogí de hombros—En distintos lugares—mentí. 
—¿Cómo cuáles? 
—No es importante. 
Se cruzó de brazos—Soy tu padre, lo es para mí. 
Respiré hondo—Ya debo irme. 
—Blake, ¿acaso me estás evadiendo? No te enseñé tal falta de respeto. 
Inconscientemente retrocedí un paso y agache la mirada—No, lo siento—hablé casi en un susurro—Fueron en empresas de comercialización principalmente. 
—Bien. —dijo, estuve a punto de irme cuando escuché su voz de nuevo—Y ese novio tuyo...Jace. Me parece buen chico para ti, que bueno que no seas como tu hermana y sus novios de porquería. 
Tensé la mandíbula. Papá ha hablado muy mal de Char toda su vida cuando ella no está y me hace sentir impotente no poder decirle nada. 
—Gracias. 
Subí rápidamente las escaleras a mi habitación y marqué el número del vendedor del apartamento. Me urge salir de aquí. 
Ya no quiero seguir en esta casa, no quiero seguir con él aquí, ya no puedo. No lo tolero. 
Debo largarme lo antes posible y llevarme a Charlotte conmigo. Se que no estaremos a miles de kilómetros de distancia pero saber que no estaremos tan cerca ni en la misma casa me dará paz. 
Es mi padre pero mi padre es lo único que me debilita y me mantiene vulnerable. 
Ese hombre me da miedo. 



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En el texto hay: mafia, romance, acción

Editado: 01.03.2022

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