—Yo...
—Es que, Blake, en serio no sé qué hice mal—sollozó—creí que lo habíamos arreglado pero me mandó mensaje diciendo que ya no le hablara.
—Si pero...
—Fue super horrible porque justo acabábamos de tener sexo—susurró—es que ella en verdad me gustaba...
—Lo sé Gwen pero...
—Es que ya no sé qué está mal conmigo-se sonó los mocos dramáticamente—¿Tan fea estoy?
La miré con todo el entendimiento del mundo y le regalé una sonrisa triste.
—No, tú no eres el problema, el problema es que aún no llega la indicada.
—¿Crees?
Asentí—Sí, ahora deja de llorar por una cuando puedes tener a la que quieras, semejante diosa—le animé
Me regaló una gran sonrisa—¡Ay eres la mejor amiga del mundo entero!
Me abrazó por sobre del escritorio. Cuando se separó ya tenía de nuevo ese porte alegre que la caracteriza.
—Ahora, ¿puedes hacer lo que te pedí? —puse ojos de cachorro para que no se negara.
—No lo sé... Ellos son como de los más importantes aquí. No será fácil.
—Lo sé, por eso quiero que les des esto—le entregué un pequeño sobre.
Lo tomó confundida—¿Qué tramas?
—¿Yo? Nada... Pff solo son... Bromas entre nosotros—mentí.
Lo consideró un rato y asintió. Me fui feliz a mi escritorio y comencé a actuar normal.
Unas horas más tarde Gwen pasó discretamente por mi zona y me hizo un gesto de "todo listo" a lo que yo asentí. Me levanté de mi escritorio y fui al mismo cuarto de limpieza cuidando que no me viera nadie y rezando porque no me lograse ver en las cámaras desde este ángulo.
Cuando abrí la puertita cabía perfectamente una persona por ahí, había unas escaleras pegadas así que bajé por ahí disimuladamente. Woah. Cuando bajé, vi un cuarto como esos del FBI, con la pizarra de fotos y estambres uniéndolos. Había una mesa en medio con unos cuantos papeles en ella.
Me acerqué a la pizarra y había demasiadas fotos pero la que me sorprendió fue la del centro. Bueno me sorprendió sino más bien fue inesperado. La foto de mi padre con su nombre debajo. Estaba conectada a distintas fotos de personas con rostros familiares, si no que diría muy familiares.
Es que literalmente son mis familiares.
Bro wtf.
Lo sé. Qué rayos hace mi árbol genealógico aquí. Lo aún más raro, es que, en la esquina están mi madre y mi hermana. No están conectadas a ninguna otra foto, solo están ahí.
Después de escanear bien todo, encontré mi foto. Yo estaba en otra esquina pero había algo raro, estaba simplemente conectada a mi padre. Lo analicé lo mejor que pude pero no encontré ninguna explicación.
¿Por qué mi hermana y madre están fuera mientras yo estoy unida al idiota de mi padre?
Me acerqué a la mesa y tomé el papel de más arriba. Este tenía mi nombre ahí escrito, había demasiada información de mí. Fotos de mi saliendo de mi casa y del trabajo, incluso de la casa de Megan.
¿Pero qué mierda?
Revisé los demás papeles y literalmente solo había de mi padre. El de arriba era el único mío, lo acababan de revisar.
Escuché algo, me giré para ver qué pasaba. Atrás de mi había una puerta, me acerqué a esta, la abrí lenta y cuidadosamente asomando solo un cuarto de mi rostro y vi a demasiada gente ahí, con guantes y máscaras, estaban los camiones de productos.
Madre mía en qué me he metido...
Subí las escaleras tratando de dejar todo como estaba antes y me puse a revisar todo para ver que no hubiera algo que me incriminara de haber bajado ahí. Cuando salí, casi corrí por mi vida hasta mi escritorio. En uno de los documentos venía la historia de un incendio en una casa, no entiendo que relevancia tiene eso pero debo tenerlo en cuenta.
Después de casi media hora sobre analizando, todo vi que llegaban los tres chicos con caras muy serias. Deben estar molestos por algo... ¿Qué será?
Yo no lo sé, ¿lo sabes tú?
¿Yo? No, claro que no. Jeje.
Me di cuenta de que Kayla se le quedó viendo descaradamente a Wilson, aún no se si es su nombre o apellido... Bueno, se le quedó viendo.
—Ew aguanta, deja quito los papeles que los vas a babear—le dije bromeando.
—¿Eh? —se hizo la desentendida
—Nada...
Casi sentí que pasó en cámara lenta. Levanté la mirada y vi que los tres chicos buscaban algo pero cuando esos ojos esmeraldas se clavaron en mis ojos hazel creí que iba a morir.
Se acercó a mí con ese porte intimidante mientras me asesina a con la mirada.
—Blake—pronunció mi nombre y por alguna razón sonó distinto esta vez—Ven. Ahora.
—Pero...
—Ahora.
Suspiré y me levanté de mi asiento desganada. Los seguí a paso apresurado y pasamos por el escritorio de Gwen quien me miró con culpa. Mierda ahora que ha hecho.
Me llevaron a esa oficina donde me entrevistó aquel día y cerraron la puerta. Los tres se pusieron frente al escritorio mientras yo me quedé quieta del otro lado.
Diría que tengo miedo pero me da mucha risa la situación. Parecen los jueces queriendo condenar a una niña. Literalmente te por su tamaño parezco de diez años a su lado.
—¿Y luego? —rompí el silencio
—¿Y luego? —repitió Wilson en un tono incrédulo— ¿Qué es esto?
Me mostró el papel que le entregue a Gwen en la mañana. Ouh... Eso...
Me rasqué la nuca algo avergonzada. La verdad es que ni siquiera creí que se la creyeran tan fácil.
—Eh... ¿Un papel? ¿Qué no lo ves?
—No estoy de humor para tus bromitas Blake—apretó el dorso de su nariz estresado—¿Qué planeabas ganar con esto?
Tiempo.
—Nada... Solo quería ver cómo reaccionaban, es todo—me encogí de hombros.
Miré de nuevo el papel en el escritorio y reprimí una risita. Dios es que ¿en qué estaba pensando?
Son tan predecibles.
Señores Wilson, Asher y Louis. Tenemos asuntos pendientes...nos reuniremos en el cuarto de hotel de la gran Plaza habitación ###,
Atentamente, ustedes me conocen bien.
¡Es que eso no es nada creíble!
Yo planeaba hacerlo algo seductor y todo cachondo pero no creí que dejaran su trabajo por una cita clandestina. Así que pues me pareció divertido ponerle como algo de misterio.
Aunque se veían preocupados. Como si se hubiesen llevado un buen susto.
—Eso no explica por qué mierda lo hiciste—dijo Louis.
—A ver, no sé cuál es el problema. Mira, empieza con señores. Mal comienzo. Después los cita en un hotel. ¿Quién rayos te cita en una habitación de hotel? Exacto, una chica que necesita un buen rato. Debieron haberlo sospechado.
Se quedaron pensándolo un segundo y Asher soltó una risita. Mientras Louis cerró los ojos aclamando paciencia. Wilson no despegó la mirada de la mía un solo segundo.
—A ver... Espera—habló de repente Asher—¿Querías un buen rato con nosotros?
Dejó salir una sonrisita al igual que Louis y Wilson me mostró esa sonrisa torcida que ya conozco muy bien.
—¡Ja! —reí sarcásticamente—Antes muerta.
Asintieron como si no me creyesen y se quedaron ahí un minuto. Después se regalaron unas miradas entre los tres que no entendí y salieron dejándonos a Wilson y a mi solos.
—Bueno creo que debo regresar a...
—Siéntate.
—Okay.
Me senté y el me miró entornando los ojos. Me quedé viendo a todos lados menos a él, lo que menos necesito es cruzar esos ojos con los míos otra vez.
—¿Qué planeaba en realidad?
—¿Eh? —confundida lo miré.
Pero que ojazos se carga este hombre. Si no me dieran miedo diría que me... No.
Dilo.
Nop.
—¿Crees que me trago ese cuentito de un "buen rato? —oh vaya, miedo.
—Nop.
—¿Entonces?
—Aquí entre nos, solo quería molestarte un poco. No soy de gracias y eso, así que tómalo como un gracias por lo de la otra noche—le sonreí—Además, súmale un plus porque no cualquiera se ve bien enojado y no soy de cumplidos tampoco.
Me miró con un aire ya más relajado y una pequeña curvatura en sus labios. Me levanté del asiento y me acerqué a la puerta antes de salir me giré hacia él y le guiñé el ojo.
Salí de ahí y cambié totalmente la expresión. No puedo creer que se molesten por pequeña cosa cuando tienen mi árbol genealógico tachado en un lugar secreto.
***
Mi pequeña investigación no me está llevando a ningún lado. Trato y trato de saber por qué tienen a mi padre en la mira pero no lo entiendo. Mi padre es un monstruo pero creí que al menos fuera lo ocultaba.
Claro que después de los años me enteré de que tenía enemigos... No quiero ni recordarlo.
Iba de salida del trabajo y me detuve al ver a la chica comiendo algo a escondidas.
—Tú—señalé a Gwen con el dedo acusador—Traicionera.
Levantó los brazos en son de paz casi aventando el plato de ensalada en sus manos—Lo siento. Es que me presionaron.
—¿Con qué?
—¡Dijeron que me iban a quitar el horario de comida! —se quejó
Puse los ojos en blanco y suspiré—No jodas...
—¡La comida es importante Blake! —gritó por lo bajo—Si no como bien no puedo cubrir mis horas de manera exitosa—agregó.
—Bien, te perdono solo si me haces otro favor—antes de que hablara volví a hablar—Y está vez mantén la boca cerrada que yo me encargo que no te quiten nada.
—Está bien...
—Necesito que me pases sus agendas. Se que no eres su secretaria pero sabes cómo conseguirlas.
—¿Por qué?
—Solo hazlo, porfa. —pedí con una sonrisa de ángel.
Terminó asintiendo y está vez me encargué de que no hablara. Salí del trabajo y me dirigí a mi casa.
Al llegar no me esperaba a la persona que estaba ahí recargada en la pared a un lado del garaje con un cigarrillo entre sus labios.
-—¿Qué haces aquí? —pregunté.
—Sabes, nadie ha tenido el descaro de guiñarme el ojo al salir de mi oficina, solo las mujeres que buscan algo más —dijo de la nada.
Lo miré confundida y me acerqué a él.
—¿A qué te refieres?
Tiró el cigarro aplastándolo con su pie y me miró—A qué no me haces bromitas y después me sonríes seductoramente sin pagar algo.
—Okay me perdiste... No entiendo
En un movimiento rápido terminé con la espalda pegada en la pared y el enfrente de mí acorralándome con sus brazos. Su rostro cerca del mío, su nariz casi rozando la mía pero sobre todo esos ojos clavados en los míos.
—Mira, esas mujeres terminan pidiendo más, ¿quieres eso?
Oh...
Madre de los Ángeles del Olimpo como que hace calor, ¿no crees?
No...
—Mhm...—fue lo único que pude decir.
—¿Quieres seguir jugando? —su respiración chocaba con la mía.
Tenerlo tan cerca me asusta. Es algo que me ha causado un miedo terrible pero con él, en este preciso momento no me siento así.
—¿Qué quieres tú? —susurré aun mirando fijamente esos ojos esmeralda.
—Lo que yo quiero ahorita es follarte como nunca.
La discreción ante todo señores.
Me quedé sin aire cuando esas palabras salieron de su boca. Mi mente comenzó a maquinar y solté una pequeña sonrisa de lado.
—¿Quieres saber lo que quiero yo? —le pregunté aún con el tono bajo—Quiero que te vayas y lo imagines hasta que te lo creas. Porque eso, no va a pasar.
Le di una palmadita en la mejilla y me agaché un poco para desenjaularme de sus brazos. Comencé a caminar a la puerta y me volteé a verlo, estaba ahí parado con la mandíbula tensa mirándome fijamente.
Sonreí maliciosamente y entré a mi apartamento triunfante.
Cuando entré no me esperaba eso.
Editado: 01.03.2022