Dangerous Love

CAPÍTULO VIII (PARTE 1)

—Gracias. 
Tomé la carpeta y salí del edificio. En mis manos justo ahora tengo algo que me va a ayudar un poco, al menos por ahora. 
Por lo que veo en este momento, hay cosas interesantes. 
Aarón sale siempre a la misma hora al mismo lugar, no dice dónde pero lo que sea puede ser malo. 
Asher tiende a quedarse unas horas más en la oficina y por lo que dice aquí tiene demasiadas conferencias. 
Louis es algo más reservado, casi no viene nada más que sus citas de trabajo. Todo lo demás seguro que lo mantiene privado. Bien por él, mal por mí. 
Mi horario de salida es a las cinco pero suelo irme a las seis y aun cuando me voy hay gente que se queda ahí. Así que es fácil saber a qué hora se irán estos chicos. 
A partir de las seis cancelaron toda reunión que tenían por lo que casualmente tienen la tarde libre. Así que a esa hora deberían salir de ahí para ir a ese "encuentro" que tienen. 
Por suerte hoy no fui necia y salí a las cinco. Aunque no tengo idea de a qué terreno me voy a meter así que debo informarme bien. 
—¡Char! Dime que ya estás en casa por favor. 
—¿Qué quieres? 
Salió de su habitación con el delineador en la mano, un ojo medio pintado y el otro normal. 
Llevaba puesto un largo vestido color vino, con una especie de cinturón dorado, de tirantes y una abertura en el costado derecho hasta su muslo con unos tacones negros. 
—¿Y a dónde vas tu? —pregunté enmarcando una ceja. 
—Una fiesta—dijo con obviedad. 
—¿De qué? Te ves muy elegante
—Jasmine me invitó a la fiesta de sus padres, no sé qué celebran pero es importante para los Russo...—oh si, que genial. 
—¿Russo? ¿Son sus papás? 
Asintió con la cabeza y me miró como si fuese una loca la que está frente a ella. 
—Se necesita invitación para eso o... 
—¿Quieres ir? —casi me ofendió su sorpresa. 
Me encogí de hombros—Es que unos amigos van a ir y me invitaron... 
Sonrió maliciosamente—¿Aarón? Debo decir que tienes malos gustos pero él... Me sorprendes. 
Fruncí el ceño—Gracias, cuanto amor. 
—No creo que necesites invitación, si vas con ellos seguramente te la darán ellos. 
Uy... 
Es qué ahí está el pequeño detalle. 
—Bueno... Es qué... ¿Te soy sincera? —sonreí nerviosa. 
—Continúa. 
—Bueno es que en realidad no me invitaron pero es que sabes como soy y ellos son raros... Necesito mantenerlos vigilados
Suspiró—Diablos ¿ahora en qué te metiste? 
—No es tan malo, solo necesito entrar a esa fiesta. 
—Bien, solo no me incluyas en tus macabros planes, tengo dos entradas, una iba a ser para Daniel pero pues... 
—¡Ves! Le darás un mejor uso a esa invitación. 
Finalmente me la entregó y me dijo que era un evento bastante elegante, como esos de las películas. Era de máscaras porque Jasmine ama que sea misterioso y elegante, a ella le tocó elegir el tema este año. 
Ni me acordaba que mis padres solían venir hasta acá a esta clase de reuniones. Yo nunca iba y seguramente no iba a ninguna fiesta en sí. 
Por lo que no tengo vestidos elegantes y todos fancy. 
Gracias al cielo tengo una hermana loca por lucir espectacular que tiene cientos de vestidos y más cosas. Debería ser al revés, yo debería prestarle ropa pero aquí la escasa en estilo soy yo. 
Tienes un estilo de mierda.
Gracias. 
Me prestó un vestido rojo que me probé pero no me gustó nada. Tenía casi toda la espalda descubierta y todavía unas aberturas en la parte de las cosillas que simplemente no me gustó. 
Finalmente me decidí por uno negro sin tirantes, ajustado de la parte superior y un poco caído de la parte posterior. Tenía una leve abertura en un costado, por alguna razón este diseño le encanta a Charlotte. 
Obviamente no se nota demasiado mi pierna a menos que haga un movimiento exagerado. De cualquier modo usé unas medias negras algo transparentes, que me hacían sentir más cómoda. 
A mí no me gusta el maquillaje aunque debo admitir que el labial vino que Charlotte me ha puesto a la fuerza no se me veía nada mal. En los ojos solo me puso un poco de máscara para pestañas porque no le deje hacer más. 
Al final, siendo honesta, me encanto como se me veía. Jamás me había arreglado así y no pienso hacerlo una costumbre pero... En verdad me queda bien. 
—¿Qué te parece? —me preguntó emocionada. 
Claro que esto le emocionaba. Jamás me había puesto una sola gota de maquillaje en mi vida y mucho menos un vestido como este. Hasta yo estoy sorprendida de que lo llevo puesto. 
—Me gusta... 
—¿Te gusta? ¿Solo eso? 
—Es que no lo sé... Es raro—admití. 
—Pues tu eres la que me dijo que lo normal es aburrido así que gózalo b*tch
Sonreí y tomé la máscara de la cama. Me la puse y juro que casi echo un grito porque pensé que había alguien más aquí. No me reconozco, apenas y me reconocía antes, ahora con la máscara soy completamente distinta. 
Me obligó a ponerme unos tacones negros, por los cuales protesté exageradamente, pero después de pensarlo con mi consciencia razonablemente, llegué a la conclusión de que debo ser totalmente irreconocible, los tenis me caracterizan así que no debo dejar que me ubiquen. 
Me los puse y tardé diez minutos en poder mantener el equilibrio. Para cuando salimos de la casa ya iban a ser las seis y media por lo que pedimos un Uber al lugar ese. 
No pienso manejar con un vestido así. Me voy a terminar ahorcando con la tela. 
A ver, sí, cuando me dijo de una fiesta de máscaras me imaginé algo elegante pero no me esperaba semejante mansión, parece el castillo de la bella y la bestia. Literalmente mi casa cabe como diez veces aquí si no es que más. Al menos mi apartamento.
Había demasiada gente aquí, a la mayoría los conocía por mi padre, seguramente trabajaban juntos o algo por el estilo. El resto eran más chicos que yo, como de la edad de Charlotte, seguro los amigos de Jasmine. Había pocos de mi edad o por ahí de los veinte, casi todos eran señores ya grandes.
Al pasar, unos guardias nos pidieron las invitaciones y nos dejaron entrar. Si afuera había demasiada gente adentro había mucha más. Claro, aquí podrían meter hasta a un elefante y le sobraría espacio.
Va a estar bastante complicado encontrar a estos chicos.
Hablas muy rápido, estúpida.
De repente, unos suspiros llamaron mi atención, había chicas a mi lado, amigas de Charlotte que veían a un punto fijo. Curiosa, miré a la misma dirección y vi a un hombre alto, con el cuerpo fornido, en un traje negro. Su máscara es color negra también pero esos ojos los conozco ya muy bien.
Aarón...
Madre mía...Si en la empresa se ve siempre elegante aquí se ve el triple de bueno... Elegante, quise decir elegante.
Claro, como son palabras igualitas.
—¿Ya vieron lo bueno que está? —soltó un suspiro de colegiala enamorada la chica a mi lado.
—¿De dónde lo conoces Jas? —preguntó la otra.
Charlotte ni siquiera le prestó atención a él, su completa atención estaba en el chico que estaba a un lado. Louis. Mi hermana acaba de tener un flechazo con ese y no sé si sentirme aliviada porque no sea Daniel o mucho peor porque es Louis.
La máscara me cubre la mitad de la cara y mi cabello suelto me oculta un poco, en cuanto a mis ojos, son claros y bastante comunes, podría ser cualquiera. 
—En realidad yo no lo conozco...—ladeó su cabeza analizándolo—Pero, hay que ver quién es. 
Sonrió y se acercó al chico caminando seductoramente. ¡Por dios es solo una niña! 
Vaya, ahora me siento vieja. 
Una vez llegó hasta él, le sonrió dulcemente tocando su hombro. Él la recorrió de pies a cabeza e hizo esa sonrisa torcida, aunque está vez parecía bastante retorcida. 
No podía escuchar nada pero puedo hacerme una idea de lo que se están hablando por sus caras. 
De pronto la chica pareció algo decepcionada y le dijo algo, a lo que él asintió. Después de hablar un rato, Jasmine volvió solo para volver a irse con las otras dos chicas, dejándome con Charlotte. 
Pero Charlotte no dejaba de ver a Louis... 
—¿Por qué no te acercas? —le pregunté. 
—¿Eh? ¿Yo? No...no es lo que crees—intentó excusarse. 
—Soy tu hermana, estúpida. Sé cómo actúas cuando ves a alguien atractivo—señalé con la cabeza al hombre—Es Louis, uno de los chicos sospechosos. 
—¿En serio? Rayos, me tenía que gustar el malo—musitó, cruzándose de brazos. 
Mostré una pequeña sonrisita y le di un suave golpe con el codo, incitándola a ir. No fue difícil de convencer así que se acercó a él con esa sonrisa de ángel suya e hizo su movida. 
¡TADA! Acaba de hechizarlo con su sonrisa y él cayó, más fácil que la tabla del uno. 
Ahora yo me he quedado sola, me encanta quedarme sola, al cabo ya estoy acostumbrada. Me quedé sentada un buen rato solo viendo el mantel de la mesa con la mirada perdida hasta que desperté y me di lástima yo misma. 
Me puse de pie, me fui a una esquina solo para poder observar mucho mejor todo. Charlotte estaba hablando con Louis pero otra chica llegó y los interrumpió. 
Por lo visto a Charlotte no le gustó algo y se vino directo hacia mí con una expresión algo molesta. Reprimí una sonrisa burlona y enarqué una ceja en cambio. 
—¿Ahora qué? —le pregunté cómo si fuese normal ver esa expresión. 
—Es que ya es la tercera vez que una chica se le acerca diciéndole si todavía sigue en pie lo que hablaron—se cruzó de brazos—No soy estúpida, sé de qué hablan. 
—¿Y? No es como que sean pareja o algo por el estilo—me encogí de hombros. 
Esta maldita máscara comenzaba a darme comezón. Son unos cuantos los que ya no la llevan puesta pero la mayoría aun la trae. 
—Ya lo sé. Solo es irritante. 
Asentí entendiéndola. 
—Pues no sé qué decirte, bicho—dije con una sonrisa—Solo diviértete. 
—Deberías intentarlo tú también. La idea que tenía de ti en una fiesta era completamente distinta a esta miserable chica sexy que veo ahorita—sonrió. 
Puse los ojos en blanco y suspiré—Al menos me veo sexy, ¿no? Ya es más que suficiente. 
Estuvo a punto de decir algo cuando alguien se paró detrás de ella y llamó su atención. Era Louis con esa cara seria pero no amargada. 
—¿Me concede este baile? —preguntó, algo divertido. 
Charlotte era buena ocultando cosas cuando le convenía. Esta vez estaba irritada pero sabe usar algo a su favor, así como Louis puede que pretenda usarla, ella le dará la vuelta a la jugada. La conozco. 
Y bueno, su cara en este momento me lo dice todo. 
Ella asintió dulcemente con esa sonrisa pero una mirada provocadora que la acompañaba. 
—Vamos. 
La llevó a la pista mientras yo tomaba una copa de champagne de una de las bandejas que llevaba una mesera. De pronto sentí una presencia a mi lado y lo miré por el rabillo de mis ojos. 
—¿Son amigas? 
—¿Me hablas a mí? —me hice la desentendida.
Vi de reojo como sonrió de lado y asintió. Si llega a saber que soy yo, todo se irá al carajo. 
—Podría decirse que somos amigas—técnicamente no mentí, Charlotte es como mi mejor amiga—¿Y tú eres? 
Tardó unos segundos en hablar—Mark Parker—finalmente respondió. 
Vaya, vaya. 
Qué raro, Mark y Aarón la verdad es que no combinan en nada, ni parecidos son. 
Mentiroso. 
Pues una santa tampoco eres.
—Un gusto Mark Parker—sonreí esperando que creyera que en verdad me trague esa estúpida mentira. 
—¿Por qué una chica como tú está tan sola en una fiesta así? —sonó curioso. 
—No estoy sola, vine con ella—señalé a Charlotte en la pista. 
Parecen todos acaramelados si los ves por un segundo pero ya que los detallas te das cuenta de que le está susurrando algo en el oído y ella se sonroja. 
Ay dios por favor que sepan lo que es un condón. 
—Sabes a lo que me refiero—suspiró. 
—No necesito de un hombre para venir a una fiesta—respondí normal y el asintió. 
Sentí su mirada clavada en mi pero no lo miré en ningún momento. No necesito que sepa que soy yo, tal vez me tendría vigilada o que se yo, incluso tal vez y ya sepa que estoy aquí. 
Aun así debo dejarle creer que no lo reconozco. Si él ya sabe que soy yo seguro y solo me está jodiendo, además ahora tengo la ventaja, creo. 



#19452 en Novela romántica
#12367 en Otros
#2007 en Acción

En el texto hay: mafia, romance, acción

Editado: 01.03.2022

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.