¿Alguna vez han sentido como todo su mundo se comienza a venir abajo por una cosa tan insignificante? Bueno básicamente mi mundo se está desmoronando pero por una cosa bastante grande.
El caso aquí es que no tengo ni idea de qué cosa es esa o más bien de quién se trata eso que está provocando el colapso de todas mis ideas y pensamientos. Mi madre está exasperada. Completamente ida de sus cinco sentidos, los cuales ahorita, probablemente estén hundidos en el fondo del precipicio que abarca el pánico. Sí, seguramente está maquinando a full su cerebro intentando descubrir que pasa.
Mientras tanto yo... Bueno yo soy otra historia, no estoy inundada en pánico, básicamente porque mis fusibles se acaban de chamuscar intentando pensar con claridad. Sinceramente siento que me veo estúpida pues desde que volví a casa anoche, no he quitado esa cara de pensativa.
No he dejado de pensar en esa foto y todo me lleva a esa nota de "te estamos observando" y la llamada que repetía exactamente lo mismo. Me están observando y eso ya lo tengo muy claro gracias a esa estúpida foto.
Charlotte no ha dejado de preguntar que me ocurre pero las únicas palabras que he sido capaz de pronunciar desde que volví son:
—Pero...
—A la...
—¿Qué?
Sí, bastante mal.
Pareces retrasada.
Incluso mi conciencia ha estado más estúpida de lo normal. De la nada se pone a pensar estupideces que ni al caso.
A
Literalmente en el trabajo el día de hoy, no pude hablar con nadie, parecía que estaba trabajando pero mi archivo estaba en blanco al final del día. Eso lo tendré que arreglar después.
Pero ahora lo más loco de todo esto, aunque no creo que sea lo más loco pero para mí si lo es, fue que Amanda, si Amanda, me envió un mensaje diciendo que organizáramos una salida de "chicas". Vamos, esa chica ni en sus sueños tiene buenas intenciones, algo me quiere hacer, seguro y me humilla frente a todos.
Me va a lanzar un smoothie en la cabeza y me voy a ir llorando mientras todos se burlan de mí.
Nah.
Seguro y le lanzo el vaso a la cara "sin querer" solo para que se le quite lo molesta y amargada.
—¿Pero estás segura de que no es alguien que te quiere robar el dinero o algo así? —preguntó Megan con incredulidad.
En cuanto ese mensaje, todo raro, de Amanda me llegó no dudé un segundo en contárselo. Por dos simples cosas:
Una, es mi mejor amiga.
Segunda, no voy a ir sola a donde la loca quiere verme.
—Créeme que fue lo primero que pensé—admití—y la verdad es que si es ella...
—Wow—dijo en sorpresa.
—No es nada bueno te lo aseguro.
Ambas estábamos en el sofá viendo atentamente la pantalla del móvil como si fuese a explotar en cualquier segundo o algo así.
Me puse a pensar en todas las teorías posibles para descubrir que trama la chica, después de decir puras babosadas, finalmente creo que en verdad llegué a la conclusión más lógica. Amanda no quiere verme, eso está claro, lo que ella o ellos quieren es tenerme cerca y no lo han logrado muy bien hasta ahora.
Necesitan tenerme vigilada...
¿Y sí...?
¿Crees?
No lo sé, parece bastante obvio.
Podrían ser ellos los que están observándome, suena bastante lógico después de haber visto que tenían toda una colección mía en ese lugar creepy. Seguramente están planeando algo y estoy ligeramente involucrada.
Aunque ya no me parece que tenga sentido que lo oculten si es que Aarón sabe que yo sé todo o al menos la gran mayoría, lo cual es extraño porque según yo lo he ocultado bastante bien.
Espera un segundo...
¡Exacto!
Aarón sabe que yo sé. Por eso quiere mantenerme vigilada, sabe que no confío en él y por eso envió a Amanda, aunque es pésima estrategia, Amanda me es insoportable. Dios tantas cosas que pensar me están revolviendo hasta el estómago.
Miré a Megan con una cara que solo ella sabe interpretar, lo sé porque su rostro se inundó de pánico al instante y negó con la cabeza repetidas veces, una más y se disloca el cuello.
—Estás loca si crees que vamos a ir—dijo de antemano.
—Vamos—insistí—No siempre te invita la loca de la calle maple a una reunión.
—No hagas referencias ahora—protestó—ni aunque me pagues voy a donde esa loca.
—No entiendo porque ustedes dos se llevan tan mal—confesé—sí, es insoportable pero no he visto que ella te haya hecho algo a ti.
—Es solo porque es tan engreída—después se quedó en silencio mirándome como si quisiera matarme.
Puedo ser bastante convincente cuando quiero y esta vez no va a ser la excepción. En mi celular le mostré el vídeo que tengo de ella borracha y le dije que si no venía lo publicaría, obviamente no soy tan mala pero sirve para convencerla.
—Bien—accedió finalmente—pero si de la nada tengo un cuchillo en el pecho, que quede en tu conciencia que fue tu culpa—me apuntó con el dedo acusador.
Sonreí triunfante y le respondí a Amanda accediendo a su pequeña reunión de "chicas". No tardó bastante en responder, dijo que ya estaba todo organizado y que mandaría un Uber a por mí. Omití el detalle de que no iré sola pero es mi factor sorpresa.
Si me quiere matar va a haber testigos.
O Megan se acobarda y te deja a que mueras sola.
Es una opción, triste y desafortunada opción.
Ya después de unas horas el Uber llegó por nosotras, la verdad es que no saber a dónde vas simplemente no te da ventaja sobre que llevar por lo que opté por la vieja confiable. Unos jeans rotos con una chaqueta, un top negro y unos Converse. Sin duda me siento cómoda y me veo genial.
Quisieras.
Déjame alagarme un rato ¿quieres? No siempre me veo bien y si nadie me lo dice me lo digo yo.
Amanecí muy preguntona, eh.
Maldita conciencia.
—Te recuerdo por milésima vez que es secuestro—habló Megan—estoy yendo contra mi propia voluntad.
—Sí, claro, por eso te llevo con una bolsa en la cabeza y las manos atadas—ironicé
—Vale, también quiero ir—admitió—luego no cuentas todo completo y una debe arriesgarse para no quedarse a medias.
Negué con la cabeza y bufé. Megan es la chismosa más chismosa del mundo de los chismosos, si hubiera un premio para la más chismosa del mundo sin duda sería para ella. O le cuentas bien el chisme o ella va al chisme.
Si, por eso son amigas.
Vale, yo seguramente voy detrás de ella ocupando el segundo lugar, pero ella me gana de todas formas, por eso en su trabajo le tienen miedo, siempre se entera de todo antes de que le cuentes.
—Disculpé—le hablé al conductor—¿A dónde vamos?
—Por alguna extraña razón me dijeron que era sorpresa—respondió—así que ya se enterará señorita.
Suspiré y me quedé viendo en la ventana mientras escuchaba a Megan discutir con George por el teléfono, sinceramente no entiendo por qué se están peleando ahora. Solo sé que Megan está estresada y ahora tiene más ganas de que a dónde nos dirigimos sea un bar, para poder quedar a tope de alcohol.
Al momento de bajar del auto casi salgo corriendo de ahí como loca de no haber sido por Megan, quien se veía bastante confundida. Me miró en busca de alguna respuesta pero solo me encogí de hombros, le conté lo que pasó con Jace, aunque omití el detalle de que había sido aquí.
Si ahora ella ya ama al chico de ojos esmeraldas y le contase que ya me salvó dos veces, lo adorará como una madre adora a su crío.
—¿Un casino? —pregunto anonada—¿Es que es súper normal una salida de "chicas" en un casino? —hizo énfasis en la palabra
—Ya verás—dije con simplicidad.
Entramos y no había nadie en el casino, estaba cerrado pero aun así escuchabas la música a medida que te acercabas a esa parte, donde hay dos grandes y fuertes guardias. Uno me miró como analizando quien rayos era y me dejó entrar al igual que a Megan.
Al bajar las escaleras, volví a ese lugar con ambiente erótico, las luces cambiaban entre azul o rojo, los sofás seguían siendo un lugar para cuchichear, la gente bailando estaba un cuanto más loca de lo normal. Ahí vi a la chica de cabello rubio y deslumbrante robándose la pista con paso extremadamente seductores junto a otras chicas a su lado animándole.
Al verme, una extraña y terrorífica sonrisa se implantó en sus labios, se acercó a mí con un entusiasmo bastante grande, como si fuéramos amigas del alma me abrazó y me llevó a la pista. Megan me siguió, bastante confundida pero en cuanto en sus manos reposaba un vaso con alguna bebida extraña se puso extrañamente alegre.
—¡No creí que vinieras! —me gritó Amanda
—¿Qué tramas? —sin filtro mostré mi desconfianza.
—¿No puedo invitarte porque sí?
La miré como si la respuesta fuera obvia y resopló.
—Quería hacer las paces—confesó—somos compañeras en el trabajo y evitarte cada que te encuentro comienza a estresarme, así que es mejor llevarnos bien.
Aún no confío, es demasiado buena para ser ella.
—Anda, ¡que mejor para hacer las paces que una salida a un bar con las chicas!
No me quedó de otra que aceptar esa respuesta y fingir que todo estaba bien aunque no lo esté. Por más que quiera engañarme con una "amistad" no me la creo ni por un segundo pero me conviene que ella crea que sí.
Después de unas canciones terminaron derrotadas y fueron a los sofás, yo solo había bailado una canción y me rendí. Bailar sin duda no es lo mío y mucho menos esos todos raros donde solo saltas como un loco.
Estaba en la barra del bar, charlando con el amigable tipo que atendía, la verdad se veía bastante amable desde que pedí la primer bebida. No llevo demasiadas, aunque ya comienzo a sentirme algo mareada, sin embargo me distrae un poco del lío que es mi cabeza.
—¿Entonces no eres de aquí? —me preguntó mientras secaba con una toalla un vaso.
—Nop—di un sorbo a mi bebida.
—¿Y qué haces aquí? —preguntó curioso.
—Mucho sobre mí, cuéntame de ti chico del bar—sonreí.
Soltó una sonrisa y habló—Pues trabajo de noche para ayudar a mi familia.
—Un hombre que ve por su familia, ¡genial! —dije con un entusiasmo increíble—Me gusta.
Hice un puchero al ver que mi vaso ya no estaba lleno y me le quedé viendo como niña a punto de llorar y hacer un berrinche.
—Toma—me entregó un vaso con otra bebida extraña—cortesía de la casa.
—¿Qué es? —pregunté mirándola con extrañeza.
—Una mezcla rara pero característica de aquí—enseñó el letrero detrás de él—Lo ves. ¡Se siente como el paraíso!
Tomé un trago de la bebida e hice una mueca de disgusto que se transformó en una de sorpresa. Al principio tiene una sensación extraña pero después sabe extrañamente dulce. El resto lo tomé como si fuese agua de tan rico que sabía.
—¡Esto es maravilloso! —grité aunque parecía que hablé normal por el alto volumen de la música
—Creo que te buscan—señaló detrás de mí.
Me giré en mi asiento, no contaba con que esa persona estuviera justo detrás de mí, choqué contra su pecho, alcé la mirada para tener una mejor vista de su cara y no de la camisa que llevaba. Aunque hubiera preferido no haberme dado la vuelta.
—¿Qué haces tú aquí? —me preguntó con cierto desprecio.
—No lo sé—me encogí de hombros—No es importante.
—Y estás borracha—negó con la cabeza—claro.
—No estoy borracha, estoy contenta, eso es todo—protesté—además no es tu problema.
Puso los ojos en blanco y pidió una bebida. Me quedé ahí, como estúpida, viendo como esperaba su bebida, por alguna razón este ser que tengo en frente me odia y no tengo idea del por qué.
—Bueno adiós chico del bar—me despedí—¡me encantas chico!
—Adiós chica del bar—me sonrió.
Escuché al chico bufar, en eso, por alguna razón me sentí algo enojada por su extraña actitud así que me puse de pie justo a un lado de él, cruzada de brazos. Sinceramente la imagen se veía mejor en mi cabeza, porque así solo parezco una niña enojada a lado de una estatua gigante.
—¿Qué? —me preguntó a secas
—¿Es que tú tienes cambios de humor o qué? —pregunté de la nada—Un día andas todo horny y al otro me dejas hablando con el árbol.
—No veo de dónde eso es mi problema.
—Pues que al menos deberías tratar de ser amable—dije con obviedad—Digo, me salvas de mi abusivo ex y después me tratas como una extraña.
—¿Y?
—Oh dios es que eres bipolar o ¿qué?
Sonrió.
—¿Qué te parece gracioso? —enfurecida pregunté.
—Tú.
—Pues tu a mí me pareces...repulsivo
Un aplauso para el mejor insulto que han escuchado en sus miserables vidas.
—Qué bueno que te pregunté.
Fruncí el ceño y resoplé.
—¿No podemos ser personas normales que se hablan con amabilidad?
—No, gracias, así estoy bien.
—Pero al menos podrías intentar...
—A ver princesa—comenzó—No somos amigos, así que mejor no te hagas ideas ¿quieres?
No dije nada pero eso no fue problema para él, solo sonrió y tomó su bebida para regresarse al lugar de donde vino.
—Creo que tú y tu novio deben hablar—confesó el chico del bar.
—¡No es mi novio!
—Bueno...yo...
—Agh
Me alejé furiosa al sofá donde estaban las chicas y Amanda y Megan estaban hablando muy...bueno sin odio. Extraño pero cierto.
—¡Blake! —Megan se levantó y me di cuenta de que estaba bastante ebria—¡Mi vida del alma! Ven que te hacen falta tragos.
—Mhm
—¡Mira que Amanda consigue bebidas gratis! —dijo entusiasmada—Así que no hay que preocuparnos.
—¡Anda Blake! —me dijo Amanda—¡casi ni has tomado nada!
Sospechoso.
Accedí a un trago o dos pero aún me parece bastante raro todo esto, por lo que decidí no tomar más de lo que mi organismo puede soportar.
Después de unas cuantas charlas bastante raras me dieron ganas de ir al baño y como nadie me estaba prestando atención me fui hacia este. En el momento en el que salí de ahí me di cuenta de que mi celular no estaba en mi bolso, comencé a buscarlo como loca, justo como si Megan supiera que algo pasaba, entró al baño con una sonrisa que se borró en el instante en que la puerta se cerró.
—No sé por qué pero nada me da buena espina—admitió
—¿No estabas ebria? —confundida pregunté.
—No, sabes que tengo resistencia de titanio, cariño—sonrió—pero necesitaba que creyeran que en realidad caímos en su trampa, ¿no?
Sonreí con complicidad, es que Megan es toda una genio, ni siquiera tuve que decirle nada y solita supo lo que tramaba.
—Si bueno, tenemos un problema—confesé—Mi móvil se ha perdido.
—¿Cómo dices? —puso su cara de shock total—¡pero si ese móvil es carísimo!
Si, toda una genio nuestra querida Megan.
Bueno, suele ser inteligente cuando quiere.
—¡No es ese el punto, Megan! —reclamé—¡en mi celular están unas fotos que tomé de algunas cosas que no debería saber!
—Mierda...
—¿Cómo cuánto llevamos aquí? —pregunté
Sacó su móvil y revisó la hora—Hora y media.
Bien, recuerdo que al menos hace media hora yo seguía completamente en mis cinco sentidos por lo que en ese transcurso debí haberlo perdido. Ahora, no es mucho tiempo pero puede ser el suficiente para lograr desbloquearlo.
—¿Recuerdas que George nos dio no sé qué cosa para bloquear nuestro celular? —pregunté
—Sí, lo actualiza cada mes como voy a olvidarlo
—Bueno la vez pasada que me lo actualizó, dijo algo sobre una nueva versión y un montón de cosas de cerebritos que ahora no puedo recordar, solo recuerdo algo acerca de que duraba más de una hora en ser desactivado o cuarenta minutos si eras bueno.
—¿Entonces tenemos cuánto para encontrarlo?
—Diez minutos.
Con la aplicación de "Rastrea mi móvil" intentamos buscarlo pero seguramente ya desactivaron la ubicación. No tengo tiempo y el único que puede hacer esto más rápido que flash es...
George.
Marcamos a su número y contábamos con que no respondiera por la hora pero no son ni dos veces cuando contestó.
—¿Megan? ¿Por qué aún no estás en casa? —habló enseguida—Yo sé que me porté mal hace rato...
—Ahora no George—lo interrumpí—digamos que mi móvil desapareció y necesito que todo lo que hay ahí desaparezca antes de que logren entrar a eso que me pusiste.
—¿En serio? Tienes suerte que sea tu amigo por qué esto te saldría muy caro...
No necesité insistir, de pronto se escucharon unas teclas y sonido de computadora, no sé cuánto tardó, de la nada dijo que todo estaba listo y que les debía una cena elegante a los dos por el sacrificio.
George ha sido un geek desde que lo conozco, también un aficionado por los videojuegos y películas de acción. Son como su vida entera y dice que debemos estar prevenidos por si pasan situaciones como esta. Ha intentado enseñarme algunas cosas, además de las que aprendí en un curso, pero la tecnología y yo no congeniamos.
—Oh no...
—¿Qué?
—Funcionó pero lograron ver algo...no sé qué es—dijo—está dentro de una carpeta, "P" se llama.
Oh por dios.
Esa carpeta no...
Estás más jodida que un pollo a punto de ser rostizado.
—Mierda, ¿no puedes hacer algo? —entré en pánico
—Desde aquí no, y seguro que ya la vieron—respondió—¿Qué tenías ahí?
—Fotos de algo que vi en la oficina de papá—me exalté tanto que casi se me va el aire—si se lo dicen...y si él se entera...
Yo...no puede enterarse.
No puede...
No debe enterarse...
—Hey—Megan me sacó de mi trance—¿Todo bien?
—No, Meg, mi padre no puede enterarse que se sobre eso...—confesé con tono asustado—No puede...
—Tranquila...no creo que se entere...
—Chicas creo que deben irse de ahí—dijo George con un tono alarmante—están intentando borrar el virus pero no sé qué harán si no lo logran.
Asentimos y colgó al instante. Salimos del baño como si solo hubiéramos hecho una mensada en el baño, riendo a carcajadas para que pareciera que estamos totalmente ebrias. Puede que yo si lo esté un poco pero al menos Megan se contiene.
—¿Ya se van? —preguntó Amanda haciendo un puchero.
—¡Sí! —gritó Megan—Mi novio me ha regañado
—¡Hombres! ¡No le hagas caso! —respondió ella
—¡Tengo que acompañar a mi hermana mañana a no sé que cosa temprano! —agregué—yo si me tengo que ir.
—Ugh—Amanda rodó los ojos—Que amargadas, bueno váyanse ya pues.
Y así de sencillo salimos de ahí, claro que yo sin mi celular, eso me va a doler más tarde. Me costó mucho comprármelo, mi padre decía que eran basura y no me lo quiso regalar así que trabajé en un fast food para comprarlo. Y ahora me lo han llenado con un virus y lo han robado.
Amo tu suerte.
Sí, igual yo. Noten el sarcasmo.
Ahora lo que más me preocupa es que eso que vieron lo vayan a usar en mi contra o algo así, Aarón me odia, él estaba ahí, Amanda me invitó, todo tiene sentido ahora que uno las piezas. Me necesitaban alegre y relajada para que no me diera cuenta de que robaban información de mi celular, así que como Aarón me odia sería capaz de contarle a mi padre, sin duda se conocen, eso ya lo he tenido claro desde que los escuché hablar en aquel café.
No quiero que se entere... No sé cuán importante era aquello, solo recuerdo haber visto unas cuantas notas, aunque conociendo a mi padre, cualquier cosa; por más mínima que sea, podría desatar el caos.
No quiero que vuelva a suceder lo mismo que hace seis años...
Editado: 01.03.2022