Entré en la sala mirando a Hian que aún seguía en la entrevista.
— ¿Y es cierto lo que se dice, que son pareja? — Preguntó la periodista y Alejandra se rió agarrándose al brazo de Hian.
— Tal vez. — Respondió Alejandra dándole un beso a Hian en la cara. Me quedé mirando a Hian, no parecía estar a gusto en aquella tesitura.
Cuando se acercó una persona hasta la periodista diciéndole algo al oído, que hizo a esta sonreír.
— Nos tomaremos un descanso. — Anunció la periodista mirando a los actores, que asintieron viéndola ponerse en pie y alejarse.
— Mía. — Llamé entonces a la maquilladora que estaba al servicio de Hian.
Mía se dirigió rápidamente hasta Hian, quien se levantó pasando de la actriz Alejandra y dejando a la maquilladora Mía también plantada cuando caminó hasta mí.
— ¿Podemos hablar? — Me exigió Hian, agarrándome del brazo y haciéndome caminar con él hasta sacarme del estudio donde se estaba realizando la entrevista.
— ¿Qué te ocurre? — Le pregunté una vez me soltó del brazo y se volvió para mirarme.
— Te recuerdo que trabajas para mí. — Me habló molesto, todos sus músculos estaban tensos.
— Sé que trabajo para ti. — Respondí chistosa, aunque sabía perfectamente a qué se refería.
— ¿Entonces por qué le haces caso a mi madre? —Me recriminó y no supe como contestar.
— Verás, tu madre... — Solo alcancé a decirle, ya que Hian hizo un gesto con su mano para que me callara.
— Déjalo. No quiero ni escucharlo. Pero no se hace una trampa como ésta. — Masculló dando un suspiro de molestia.
— Su madre solo quiere que tenga una novia. — Respondí en defensa de Fernanda, su madre. Hian negó caminando hacia la sala.
Como mujer, no me gustaría verlo con pareja, pero como su asistente creía que debería salir con algunas chicas.
Caminé detrás de Hian y nada más entrar en la sala sonó mi teléfono móvil, así que lo saqué del bolsillo de la chaqueta que llevaba y observé que era un mensaje de Calvin.
«¿De verdad estás embarazada?».
¿Cómo se habría enterado de mi estado? Su pregunta me dejó sin palabras y terriblemente preocupada, ya que por nada del mundo quería que Hian lo supiera, al menos no que le pudiera llegar la noticia de una tercera persona.
Accedí al chat para dejar su mensaje en visto y me volví a guardar el teléfono en el bolsillo de la chaqueta.
Observé entonces como Mía retocaba el rostro de Hian y a su lado, una pobre chica intentaba hacer lo mismo con Alejandra.
— Perdone. — Me dirigí a la periodista, que cuchicheaba con otros miembros de la redacción, comprobando la hora en mi reloj de muñeca y ella se me acercó.
— ¿Sí? — Se interesó y bajé la mano.
— No nos podemos retrasar más. — La avisé con una corta sonrisa.
— Lo siento, terminaremos pronto. — Me confirmó la mujer que regresó a donde estaba antes, para avisar de que debían retomar la entrevista. Observé a Hian que me fulminaba con la mirada, no pudiendo hacer otra cosa que sonreírle.
— Parece que está muy enfadado. — Me comentó Mía, que se acercó con su pesado maletín de estilista que dejó sobre una mesa y le asentí con pesar.
— Un poco. — Respondí y Mía gruñó estresada.
— No lo enfades. — Rogó sabiendo que Hian se ponía irascible, resultando agotador tratar con él en aquel estado.
Tras finalizar la entrevista nos dirigimos al aparcamiento donde estaba el vehículo.
Hian caminaba callado, sin dirigirme la palabra, como había hecho desde nuestra conversación y nos detuvimos al pararse Alejandra frente a nosotros.
— Hola, Alejandra. — La saludé sonriente e Hian me fulminó de nuevo con la mirada, pese a llevar puestas sus gafas de sol.
— Hola. — Me devolvió Alejandra el saludo y centró en Hian su atención, dando un paso hacia él. — Hian, ¿te importa qué vayamos juntos a la prueba de vestuario? — Le pidió.
— A Hian no le importa. — Intervine ya que él se quedó callado y eso provocó que Hian se quitara las gafas, pudiendo ver que se había molestado aún más.
— No te metas. — Me ordenó Hian dirigiéndose después a Alejandra. — ¿Acaso no tienes vehículo?
— Sí, sí que lo tengo... — Le respondió la chica. — Pero quería que fuéramos juntos. Ya sabes... Para dar propaganda al drama.
— Alejandra. — La llamó Hian, mientras que nosotros, su equipo, nos fuimos alejando a excepción de Martín, su guardaespalda más fiel que era como su sombra. — ¿A dónde crees qué vas? — Hian me agarró de la muñeca para evitar que me fuese y Alejandra se me quedó mirando.
— Tengo que hacer unas llamadas importantes. — Respondí queriendo soltarme de él, pero me agarraba tan firmemente que resultó imposible hacerlo.
— Eso puede esperar. — Contestó y me quedé ahí, mirando a la pareja.
— Hian. — Pronunció Alejandra su nombre sin saber que pasaría a continuación, lo mismo que me pasaba a mí.
— No quiero ser grosero pero... — Habló Hian con su rostro serio.
— Hian no va directamente para el estudio. — Interrumpí, evitando que él la rechazara por completo y cuando los dos me miraron, Hian me soltó de la muñeca. Alejandra mostró entonces una sonrisa en el rostro.
— ¿Es solo eso? — Preguntó Alejandra, mirándolo con la cara de una chica ilusionada.
— Sí. Eso mismo. — Mintió Hian, que de seguro querría matarme nada más pudiera y me dedicó una mirada, a la que yo solo sonreí.
Lo que hice, era necesario para que no hubiera conflictos entre ambos.