Cuando entré en el ascensor me quedé paralizada al ver a Calvin entrar detrás, dándole al botón.
- ¿Que haces?. - Le pregunté y él se puso frente a mi.
- Intento entender que estás haciendo. - Me gruñó poniendo una mueca. - Daniela.
- No quiero hablar contigo. - Le contesté y él sonrió con descaro.
- Entiendo que no quieras hablarme pero Liam es mi hija. - Me alegó mirándome. - Tenías que haberme dicho que vendrías a la capital.
- ¿Para que?. - Le pregunté enojada, pensando en lo que ví el día anterior con mis propios ojos. - No tengo ganas de hablar contigo.
- Tendrás que hacerlo aunque no te guste. - Me reclamó parando entonces el ascensor. Quise ponerlo en marcha pero Calvin me agarró del brazo. - Me has estado esquivando todos estos meses. ¿Por qué?.
- Te dije que era lo mejor para los dos. - Le recordé. - Ninguno de los dos íbamos a llegar a ningún lado.
- ¿Y con Taylor si llegarás?. - Preguntó molesto. - ¿De verdad te olvidaste de mi tan pronto?.
- Si. - Mentí soltándome de él.
- No te creo. - Me habló mirándome con esos ojos.
- Lo único que nos une es Liam. - Dije y Calvin dió un paso para mi. - Has tu vida con Nadia y yo haré la mía con quien quiera.
- Eso es lo que te pasa. - Sonrió negando. - Te dije que entre Nadia y yo...
- No me importa. - Lo interrumpí y Calvin se me acercó aún mas. - Solo quiero estar tranquila. - Le dije sintiendo que mi corazón saldría de mi pecho, maldito corazón.
- Si te importa. - Afirmó mirándome a los ojos. Coloqué mi mano en su pecho.
- Detente. - Le pedí pero Calvin agarró mi mano y se inclinó rozando sus labios con los míos. - Eres un maldito. - Calvin sonrió como un cachorro, poniendo una mueca en sus labios.
- ¿Me aparto?. - Me preguntó y dió un paso para tras, deteniéndose al ver que lo agarré de la chaqueta.
- Eres un completo idiota. - Le acusé y derramé unas lágrimas. Calvin se me acercó y sus brazos me rodearon abrazándome. - Calvin...
- Haré lo que quieras. - Habló y su mirada se dirigió a la mía.
- Los dos sabemos que no lo harás. - Respondí soltándome de él. - Y yo no dejaré mi trabajo para ser solo la madre de tu hija.
- Daniela... - Exclamó con su mirada, sabía que le estaba haciendo daño.
- No. - Dije agarrando sus manos. - No nos merecemos esto. - Hablé no queriendo separarme de él... No quería que sufriera. Pero su rostro me decía que ya era tarde, Calvin asintió y unas lágrimas se asomaron por sus ojos.
- Como quieras. - Pronunció soltándose de mi y dándole de nuevo al ascensor, poniéndose en marcha. - Quiero ver a mi hija. - Se dirigió a mi serio.
- Te la llevaré.
- Que lo haga otra persona. - Se abrió la puerta del ascensor. - No quiero verte, no lo aguantaría. - Después se marchó.
- Como quieras... - Dije estando sola y con un nudo en la garganta. Era realmente estúpida, lo sabía, pero no podía ser solo una madre y esposa para él.
Me paré mirando como Hian entrenaba en la pista de baile que tenía en el apartamento. Allí estaba Liam que hacía palmas.
- ¿Que te parezco, bailo bien?. - Le habló Hian que se sentó frente a Liam.
- Es un bebé no te entiende. - Le comuniqué acercándome. Hian se me quedó mirando serio.
- Has llorado. - Gruñó mirándome a los ojos. Cogí a mi pequeña en brazos asintiéndole.
- Me e encontrado con Calvin en el ascensor. - Conté sonriendo con tristeza. - Después de hablar hemos aclarado las cosas.
- ¿De nuevo volverás con él?. - Me preguntó Hian y negué.
- Cada uno hará su vida. - Dije sin poder evitar que unas lágrimas cayeran por mis mejillas. - No lo necesito. - Sonreí secándome las lágrimas y miré a mi hija.
- Dios, ¿como te has enamorado de él?. - Preguntó asqueado Hian. - Taylor es un buen tío. ¿Por que lo has rechazado?. Te quiere desde que te conoció.
- ¿Alguna vez dejarás que cometa mis errores?. - Le pregunté mirándolo.
- Ahora no te enojes conmigo. - Me gruñó dando un suspiro. - Tienes unos padres que son unos cabezones. - Le habló luego a mi niña.
- Mejor sigue ensayando. - Le aconsejé levantándome con mi hija en brazos. Hian se me quedó mirando.
- Piensa, ¿realmente quieres dejarlo ir?. - Me preguntó Hian que se levantó. Me sorprendió su pregunta. - No hagas como hice yo. - Me habló luego y se me quedó mirando. - Te dejé ir, Daniela.
- Hian. - Contesté y él sonrió.
- No te hagas la importante, casarme con Alejandra fue una buena decisión. - Me reconoció. - Nos divertimos mucho juntos y estamos muy satisfechos en la cama.
- Eso sobra. - Indiqué y el sonrió poniendo cara de enterado.
Le pedí a Maria que llevara a Liam al apartamento de Calvin y me preguntaba como se encontraba mi pequeña, aunque sabía que no era la primera vez ni la última que Liam estaría con su padre. Sentada en la cama miraba mi teléfono móvil esperando una llamada o un mensaje de Calvin, diciéndome como se encontraba la bebé.
- ¿Aún esperando?. - Me preguntó Alejandra que entró en mi dormitorio con una taza en las manos.
- Pienso en como estará. - Dije suspirando. - Y si lo llamo. - Manifesté agarrando el teléfono móvil de la cama.
- No lo hagas. - Me soltó Alejandra que se me acercó. La miré confusa. - Es mejor dejarlo, que no note que lo estás controlando.
- Pero quiero saber como se encuentra mi hija. - Hablé deseosa. Pensando entonces en como Calvin se tuvo que sentí al saber que Liam estaba aquí, y no poder verla.