Danny Phantom Lotus

Híbrido

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¿Que si creo en los fantasmas?


Por favor, es Amity Park una de las ciudades más aburridas de todo el mundo, si no fuera por que los cuervos de la escuela Casper ganaran las nacionales, mi vida estaría arruinada.

¿Y por qué me interesa que los cuervos hayan ganado?


Porque estoy en el equipo, si, como la mascota del equipo pero al menos es mejor que Tucker intentando salir con las porristas cada cinco minutos.

Miraba por la ventana, hasta que escuché del frente del autobús.

—"Largo de aquí Foli"— Grita una de las animadoras y obviamente Sam, tomó los cinco dólares de mi billetera ya que ganó la apuesta de que Tucker sería rechazado.

—Despues de cinco rechazos sabes cuándo parar
— Irritable menciona Tucker. —Oye Danny, toma tu estúpido traje de la mascota del equipo, no me sirvió para nada.—

Dejándolo caer sobre mis piernas, perdí la noción del tiempo cuando Sam me puso la cabeza de Cuervo.

—Pero oigan, estoy en el equipo!—

—Que vamos hacer en tu cumpleaños Danny, me preguntó Tucker.—

He estado pensando en ir a motocross o a ese concierto de Amber, ya que volverá a Amity Park y estrenará su nuevo disco.

Tucker interrumpiendo se mete entre los asientos de Sam y el mío, para decirnos que tenía pensado ir a jugar golf miniatura ya que Hamburguesas asquerosas darán la segunda a mitad de precio.

Pero Sam dice que podrían ir a una clase de Yoga en la reserva del bosque de Amity Park dónde cuidan a los animales de ser comidos

Pero ambos chicos la miraron con una expresión de aburrimiento

Pero Sam ya tenía esto presente.

 

El autobús me había dejado un par de cuadras antes de llegar a casa, estaba muy cansado para caminar.

Y cómo es costumbre al abrir la puerta, mi padre me atrapó con una pesada red.

—Lo siento Danny, pensábamos que eras Jazz—

Con esfuerzo pase la red por encima de mi cabeza —Descuida papá, yo suelo caer siempre en trampas.— y le puse la red en su mano.

Mi madre llegó a disculparse también, diciendo que Jack estaba exagerando con el hecho de que Jazz era un fantasma.

A lo que esté recalca una vez más, mientras me abraza por el hombro. —Es verdad Danny, tu hermana es un fantasma, ¿Acaso no es extraño que siempre esté al pendiente del pago de nuestros impuestos?, ¿que siempre corte las orillas de sus sandwiches?—

Mi padre estiró la red y la volvió a colocar en su lugar para cargar una vez más la trampa.

—Y lo más importante... ¿No crees que es extraño que guarde el dinero de su mesada para cubrir su universidad?, eso no es normal en una chica de su edad.—

Mientras asomada por la ventana para ver si Jazz, mi madre dice que quizás ambos no deberían juzgar a su propia hija.

—No lo sé papá, tal vez y sea muy... Meticulosa con su futuro.—

Y con una mirada llena de intriga mira hacia arriba donde está su habitación— O tal vez sea un fantasma—
Hablar con mis padres era tedioso, así que mi habitación era el sitio más seguro por ahora pero antes de irme mi padre me dijo que limpiara el laboratorio del sótano.

—Toma cinco dólares y no le digas a tu madre que limpiaras el laboratorio, tenía que hacerlo yo pero esto te enseñará a tener responsabilidades.—


Que otra opción tenía, era Viernes por la noche y no tenía planes... Bueno Sam y Tucker también estaban lidiando con lo cansado que fue el partido de la escuela.

Aún que la fiesta en casa de Dash sonaba divertida, no podría asistir si Jazz estuviera allí pero a esta hora ya debería regresar a casa.

—¡MADDY SUJETALA Y QUE NO ESCAPE!— La casa comenzó a llenarse de gritos por mi padre y una asustadiza hermana, y sí, Jazz había llegado a casa.

Me alegra que mi familia pase tiempo juntos, al menos tienen que limpiar el laboratorio.

Terminaba de barrer el piso y levantar la última bolsa de basura, cuando toqué pared contra el portal phantom, me quedé contemplando lo enorme que era. Quien sabe que cosas asombrosas puede haber al otro lado pero mi padre dice que no sirve.

Por último apague las luces y antes de subir por la escalera una fuerte briza helada corrió por mi espalda, mis rodillas temblaron y una escopaestesia inundó mi miedo.

—¡¿Hay alguien allí?!,— grité pero claro, nada ni nadie respondería, solo era yo, tubos de ectoplasma y un portal que se veía a lo lejos de la oscuridad.
Ahora sí me preguntan ¿que si creo en los fantasmas?

Comienzo a creer que sí...




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