Danny Phantom Lotus

Intervención

El próximo baile de la escuela Casper será dentro de un mes o dos, bueno, ese era el menor de mis problemas.

Desde el accidente me he vuelto más sensible a las presencia de los fantasmas, la comida no tiene sabor y por más agua que beba siempre estoy sediento, quisiera decir que eso es lo peor que me ha pasando si no fuera por lo de la noche anterior.

Esto me está arruinando la vida y lo peor es que mis padres a penas notaron que el portal por fin logró encender; mi madre piensa que papá hizo algo y con lo distraído que es, él asegura que fue así.

Podría decirse que no estoy en problemas y anhelo que por lo menos hoy pueda disfrutar el sabor del panqué de moras.

—Oigan, hoy en la mañana me sucedió algo.—Dijo Tucker, apenas había puesto la charola de su almuerzo en la mesa. — Está mañana cuando quité el empaño del espejo no pude verme, hasta que me asusté y pude hacerlo, prácticamente me volví invisible por un momento.

Sam y yo nos miramos incrédulos, pero Tucker asegura que fue verdad.

—Les hubiera dicho desde antes pero las primeras tres horas no estamos juntos.— Llevándose un bocado a la boca, Tucker lo dijo como si se tratara de cualquier cosa.

— Yo he dormido tranquilamente.— Dijo Sam, y preferiría que no bromearamos más al respecto. Estamos vivos y Danny no está en problemas.

Sam empujó la charola de Tucker para poner su plato de avena donde solía estar antes de que llegara Tucker.

Estaba a punto de decirles lo que pasó, una parte de mí sabía que Tucker no mentia pero de él, solo han salido tres chistes al respecto desde el accidente y como una bomba, un plato de avena cocida fue estampado en la cabeza de Tucker.

—¿Quien habrá sido?, Cómo si no lo supiera.— Levantándose de la mesa dijo Tucker mientras se frotaba la nuca.

El único pensamiento que pasó por mi mente fue la risa de Dash antes de aventarle el plato a Tucker.

Efectivamente, era Dash junto a Kwan y el equipo se fútbol reían de Tucker junto a todos los que estaban en el comedor de la escuela.

—Oye, Phantonto hoy tendremos un partido amistoso,  no llegues tarde.— Me gritó Dash.

—"Déjalo en paz"— Le gritó Sam, pero el equipo se levantó y se fueron del comedor. Sin preocuparse por lo que le habían echo a Tucker.

Antes de que pudiera decir algo, Sam estaba revisando si Tucker estaba bien. Yo sólo limpié lo que se había caído al suelo.

—Deberias salirte del equipo o también te harán algo.—  Me advirtió Sam.

—Estoy bien Sam, mejor iré a lavar mi gorra y quitarme el resto de avena al baño.— Dijo Tucker muy molesto y tomó su mochila aún siendo acosado por las indiscretas risas de los demás en el comedor.

Tal vez, les diré en otra ocasión... Y no estoy siendo apático con Tucker, es que ahora nada puede convencerme de que no está pasando algo con nosotros.

—Voy a mi casillero.— Le dije a Sam sin darle oportunidad de decirme otra cosa.

No hubo novedad el resto del día, más que la nueva fragancia de frutos rojos y avena de Tucker.
Cuando llegué a casa, quería ir directo a la cama pero encontré a mi padre comiendo sólo en la cocina; mamá había preparado lasaña, y por si fuera poco, era obvio que papá no esperó a nadie para la cena.

—Mira hijo, por fin logré reparar el termo Phantom—

—Ah si, es genial papá ¿Y qué tal tu espalda?— Pregunté a mi padre para cambiarle el tema y no hacer más tiempo del debido.

— Está mejor Danny pero si quieres que tu propia hija te rompa una escoba en la espalda es mejor que no la ataques pensando que es un fantasma. — Papá volvió a servirse un poco más e inmediatamente bajo al laboratorio con su plato, tal vez sea buen momento para quedarme dormido el resto de la tarde.

El partido amistoso de Casper y la secundaria Polk sería hasta esa noche, supongo que tengo tiempo de sobra.


—32, 15, 26, Hut!— Eran 9:45 pm el marcador de inclina por la secundaria Polk y toda Casper High debía estar unida en las preliminares.

—¿DÓNDE ESTÁ PHANTOM?— Grita Dash desde las gradas ya que ni el, el entrenador o las porristas lo encuentran.

Mientras tanto, Sam veía el juego con binoculares en mano. También se preocupó por Danny. — Si no aparece Danny, Dash lo asesinará— Dijo Sam buscando a Danny entre la gente.

—Si no llega Danny lo asesinare, oye estrella, llévale esto a Tucker.— Dash le entrega la botarga del cuervo a Estrella para llevárselo a Tucker, mientras tanto Dash regresa al campo para seguir con el partido.

Tucker aún seguía molesto por lo de la mañana, y no le importaba que Danny no apareciera. —Hasta dónde me concierne, prefiero que la escuela pierda, no importa si Danny está o no, ¿Por qué deberíamos apoyar a nuestro equipo si lo único que hacen es encerrarme en mi casillero en lugar de estar entrenando?— Llevándose un bocado de hot-dog.

—Tal vez porque Danny es nuestro amigo, y por eso estamos aquí.— Le responde Sam.

—¿Ah si? Bueno, ¿dónde está Danny?— claro que para ese entonces nadie sabía.

Me desperté muy acelerado, y empapado de sudor; cómo si mi mente hiciera un esfuerzo por recordar que tenía algo que hacer.
9:58 pm y el partido tenía media hora de haber comenzado.

—Que me saquen del equipo me da igual, voy a dormir una hora más.— Fue lo primero que pensé, e intente volver a dormir pero el sudor ahora no me deja estar cómodo.

Así que mejor tome un baño caliente y si me daba la gana podría bajar a cenar algo. Ahora lo que me acomplejaba desde ayer, ya no me importó.

Mientras tanto en el partido.

—¿Qué?, no lo haré, dile a Dash que se consiga a otro.— Le dijo Tucker a Estrella con la botarga de cuervo en las manos.

—Dash dijo que Danny es tu amigo y si el no viene, su amigo debe tomar su lugar o si no lo pateara después del partido.— Estrella le aventó la botarga y Sam le dijo que mejor se vayan a otra parte pero Tucker dijo que lo hará solo está vez, por Danny y no por el equipo.




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