BAJO LA LUZ OSCURA
El sol ya se oculta, la luna yace en su propio umbral, los pájaros se refugian entre su solaz descanso, los árboles dan forma decora bajo la luz de la luna a sus sombras mortíferas y el esbelto fervor de la noche oscura. Mientras el viento me acompaña susurrando tras el aire con vehemente devoción la más remota decrepitud que cada noche pasa tan caótica pero al mismo tiempo macilenta de cada eterna erudición. Aquella misma que alimenta por siglos la sagacidad de la luz oscura en su cada vez más perentorio y ostentoso horror... Qué ni la luz de la luna pueda iluminar, puesto al misterio que aguarda cada noche esa bella y, sin embargo, mortuoria sensación, el de habitar aquel ambiente observando la luna y las estrellas, así mismo como la oscuridad habita cada noche en tu habitación entre almas y espectros que velan por ti, tras su estentórea pasión, así mismo se trata de entender más allá de toda conjetura que bajo la luz oscura entre soledad y paz se vive la mejor compañía a cambio de la pasión y ambición que penetra el alma la cual en ella siempre perdura.
CONJETURA DE LA VIDA
El prestigio de la noche
que nace para descansar,
crea la subjetividad del desvelo
en el que un alma en pena
pretende reposar.
El corazón es preso
de su propia voluntad
y agobio a lo que su deseo
presta su libertad.
Mientras la vida conjetura
una falsa felicidad,
el alma se ahoga
en la mera adversidad
de la cual jamás pudo escapar.
Miedo a la soledad que
transmuta a la complicidad
de desestimar la compañía,
cuando lo que añora es
la ventura de su corazón que
a su vez, el mismo agravia.
EL ARBOL DE LA VIDA
En la vida muchas veces
nos llenan de ilusiones,
pero detrás de aquellas siempre encontraras
esa mirada que dirá:
Te lo dije.
Sin embargo pocos diran:
Felicitaciones.
Como ave en un pajar
voy construyendo mi propio nido;
como goleros en el aire aquellos
se alimentan de mis fracasos.
Es Dios quien sostiene en sus manos el hilo,
es mi vida en su regazo:
Oportunidades al descubierto,
en el desierto miles de ocasos.
Con alas semejantes a
las de cualquier ave recién nacida,
no podía volar a
todo lugar donde yo pretendía.
Tenia límites a los que debía y
debo regirme y, aunque
a veces incumplía,
mi meta siempre fue crecer
como espiga.
Y aún parecido a la misma víbora,
como aquella vengo de abajo
y trepo de árbol en árbol
sin importar hacia donde el mundo gira.
Mi amor al alba, al cielo, el sol, la luna y las estrellas,
a la ciencia cierta del universo,
en mí cada vez más crecía.
Saber que la diferencia es el resultado
de una resta y la resta la suma de unos valores
divisibles por números enteros que
multiplicados por cero
son simplemente, nada.
Era así como muchas veces me sentía;
elevado a la potencia de mis problemas y
multiplicado por el vacío,
resultado provocado por el exponente
que ni siquiera conocía
lo que en mí producía.
Nunca fue lo mismo
25 grados centígrados que
25 grados Fahrenheit.
... Es menos preocupante saber
que puedes atravesar una situación sin esfuerzo,
que tener que luchar
por salir al otro lado de un obstáculo sólido;
sin rumbo y sin dirección.
Miro al espejo y veo
una persona distinta a los demás,
frágil por dentro y
superficial a éste mundo arbitral.
Aunque con casi
los mismos errores he podido notar,
diferente a los demás, pero
no lo convierte en una persona mejor
ni tampoco especial.
He tenido pocos amigos,
mi casa era un aislamiento al mundo real,
salir a la terraza de niño,
era lo que puede ser para un hombre
un viaje a la luna.
El nido en el que vivo
no es más que un hábitat
al que mis alas buscan refugio
para descansar.
Crecí en el mismo árbol
en el que ahora mi alma habita,
sea por refugio y
poco amor fraternal.
He recogido frutos del suelo,
aquellos que otros pájaros no han podido aprovechar,
sin embargo
por no haber aspirado a aquellos de
la punta de los árboles,
he tenido que alimentarme de frutos secos,
llenos de parásitos,
dando un giro de 360° que me vuelve
al mismo lugar,
tocando el mismo suelo y
dejando desde arriba una gran oportunidad.
Hoy me encuentro en el árbol de la vida,
alimentándome de frutos jugosos,
de almas ávidas,
nuevas oportunidades para mejorar cada día y,
por fin poder volar lejos a
un horizonte pasando
del umbral a dar solaz
a ésta alma pérdida.
AMOR DESHOJADO
El clavel perdió a la Rosa y la Rosa no sabe en quién creer.
El clavel poco a poco se marchita sin esperar su Rosa y el sol para antes renacer.
DE LA TIERRA AL CIELO
Las flores crecen, la lluvia cae, el amor permanece aunque ya no estas.
Hoy frente a la aurora los pájaros refunfuñan tras el recuerdo, las aves revolotean en el cielo anunciando el ciclo de un año cumplido de tu partida. Primos y hermanos, hijos y nietos, conmemoramos el día de tu huida al cielo. Además de los amigos que desde mucho tiempo llevan en sí el gran aprecio.
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Editado: 15.11.2024