🥀 Capítulo 6 🥀
Un corazón roto
David
Caminaba de prisa, de seguro Daphne ya me debe estar esperando.
Le compré un ramo de rosas, no sabía cuáles eran sus favoritas, pero me dijo que el rojo era su color favorito, así que le compré rosas rojas.
Daphne y James hablan, me oculto detrás de un árbol para observarlos.
Entonces ella lo besa.
Al inicio pensé que él se apartaría, pero no.
Le correspondió.
Soy masoquista, me quedé un rato observando, viendo como mi mejor amigo besa a la chica que me gusta y él lo sabía. Eso es lo que más me duele.
Con mi poca dignidad, tiró las flores al piso, doy la media vuelta y caminó hacia mí casa. Iba con el corazón en la mano y regresó con el corazón roto.
Tiro mi mochila al piso, me aviento a la cama boca abajo, cierro los ojos. Mi mente me hace sufrir recordando lo sucedido hace unos minutos.
Acercó una almohada, la que ella utilizó esa noche, inhaló su olor a frutos rojos, recordando los pocos recuerdos agradables que tengo con ella.
Debería odiarla por usar me para acercarse a James, pero no puedo hacerlo, mi amor por ella es más grande que mi odio que no quiero odiarla.
Me volteo boca arriba, vuelvo a cerrar los ojos, un nudo en la garganta se me forma, saco mi celular de mi bolsillo del pantalón, ningún mensaje de alguno de los dos. Ni siquiera de Daphne para decirme que voy tarde. Me imagino lo que deben estar haciendo.
Creo que es mi karma por lo que he hecho en el pasado, jugar con las chicas, solo querer las para una noche, ilusionarlos. Pero ahora llegó el turno de que yo viviera lo que ellas pasaron.
Me levanté, no quería que esto me afectará. Me cambié de ropa, agarré mis cosas y salí de casa.
Se veía nublado, de seguro llovería, hacía viento. Caminé hacia casa de un amigo, era capitán del equipo de Football de la universidad e iban a festejar un triunfo.
Llegué y saludé a algunas personas que conocía. Fui a la barra de bebidas, empecé tomando algo fuerte como el Tequila. Quería olvidarme de Daphne.
Varias porristas me coqueteaban y sonreían, yo hacía lo mismo, pero claro, mi mente solo recordaba a Daphne.
Volví a tomar otro shot de tequila. Si tomaba tequila cada vez que Daphne venía a mi mente, terminaría borracho en una hora.
El ambiente estaba muy animado, la música que estaba de moda se escuchaba.
Creí ver a James en la fiesta o quizás era el alcohol, me fui de dónde estaba hacia dentro de la casa donde era la fiesta.
Dejé mi vaso en una mesa y busqué donde divertirme.
Me acerqué a una chica rubia, parecía no ser de la universidad, se veía aburrida.
—¿Por qué estás tan sola? —Use un tono seductor.
—Me invitaron, pero no soy muy de fiestas.
—¿Y si nos vamos a un lugar con menos ruido?
Me miró de arriba abajo, yo hice lo mismo. Tomo mi mano y nos adentramos a la casa.
La pegué a una pared, la empecé a besar desesperadamente, ella tomó mi rostro con su mano clavándome un poco sus uñas postizas.
Me separé para tomar aire, hubiera jurado que a la que estaba besando era a Daphne, me sonreía con malicia, parpadeó bien y si era la chica cuyo nombre no sabía.
Me aleje de ella dejándola con las ganas, Daphne estaba en mi mente y no podía hacer otra cosa más que pensar en ella.
Me había arruinado la noche.
Si no que también la vida.
Me dolía la cabeza, sentía que me iba a estallar.
Huí de la fiesta después de lo sucedido con la chica, seguí tomando en otra fiesta, apenas sé cómo llegué a mi casa.
Me di una ducha para que se me quitará un poco la resaca y almorcé con mi madre, me encerré en mi habitación. No quería hablar con nadie.
James no ha tenido el valor de hablar conmigo y decirme lo de Daphne. Estoy seguro de que, si no lo hubiera visto, quizás ni me enteraría de lo sucedido.
Me volteé hacia un lado, abracé la almohada de nuevo. Me siento mal, traicionado, usado. Ella solo me utilizo para llegar a James, nunca se fijó en mí. Siempre fue James.
Me seguía doliendo la cabeza, quise salir a despejarme.
Tome mi chaqueta, acababa de llover, corría el aire fresco, se veían algunas nubes negras cargadas de lluvia.
Pase por el parque donde había pasado lo sucedido, seguían las rosas que tire ayer, estaban mojadas. Tome una del piso y la lleve conmigo.
Había algunos niños jugando en los juegos y en el pasto mojado. Había una banca que no estaba mojada, me senté ahí. Pasó una pareja de enamorados, se veían felices, mi ánimo decayó. Baje mi mirada a la rosa, le quite los pétalos uno en uno diciendo: me quiere, no me quiere.
—Me quiere —quité un pétalo— no me quiere, me quiere...no me quiere —solté el último pétalo y el tallo.
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Editado: 12.09.2025