Eleta se encuentra en un espacio en blanco, no sabe dónde está, no recuerda que paso ni como llego a ese lugar. Sin embargo, aquel blanco lugar se torna Gris, del piso, brotan manos con espinas, tratan de capturar a Eleta, ella muy asustada, aunque Eleta había visto muchas cosas espeluznantes, eso que estaba pasando era otro nivel, desde el fondo de su alma sentía que no podía dejar atraparse. La rodean, pero entonces unas colas blancas destruyen esas manos y el lugar gris pasa a ser blanco.
— Pequeña Rosa, no creí encontrar algo así en tu subconsciente, no es ni negro ni blanco, es un tono gris que si no tienes cuidado puede devorarte — Emperatriz
Eleta observa aquella bella zorra con forma humana, lo cual la confunde aún más.
— Acaso esto es una visión — Eleta
— No, estamos en algún lugar de tu conciencia o alma, como prefieras decirlo, tome tu cuerpo prestado, no te preocupes, me iré rápido, solo vine porque Espina me invoco — Emperatriz
De momento aquel espacio cambia de color a amarillo dorado, se forma un mar de oro, el cual traga a Eleta y a la Emperatriz. Llegan a un campo de arroz y se puede apreciar un pequeño pueblo muy rústico, parecía el antiguo Edo o Japón antiguo.
—Acaso puede ser posible, tu curiosidad nos trajo aquí pequeña rosa — Emperatriz
— ¿Qué quieres decir? — Eleta
— Supongo que te da curiosidad de donde conozco a Espina, inconscientemente te adentraste en mi conciencia ... Pero ya que estamos observemos donde fue que inicio todo en el viejo Edo hace más de 400 años ya — Emperatriz
En medio del sembrado de arroz hay un extraño hombre con kimono negro y bufanda, dormía placenteramente sin darse cuenta, un pequeño zorro se le acerca, trata de robarle algo, era un poco de comida que dejo, pero cuando se le acercó aquel hombre aparto las sobras observaba al pequeño ladrón.
Eleta lo reconoce, es Espina, sin embargo, no sabe por qué, pero se siente más oscuro que de costumbre.
— Pequeña zorra, si no eres lo suficientemente rápida, no trates de robar comida, aunque sean sobras, no tengo por qué dártelas — Espina se burla de ella y entonces le da la comida
— Esta vez te la doy, pero sabes si no te haces fuerte, terminarás siendo el trozo de carne de otro — Espina lo mira con lástima
— Hay fue cuando conocí a Espina, fue breve, pero sus palabras se grabaron en mi corazón — Emperatriz
De momento el sol se oculta y se sale cientos de veces muy rápido. El tiempo pasó, la zorra ya tiene forma humana, solo tiene una cola, pero aun así empezó a ser temida por los humanos y los yokai, una banda formo con Yuki-Onna
— Eran épocas oscuras en Asia, una guerra empezaba, el emperador shenlong llevaba 50 años sin salir del palacio, se cría muerto sino muy debilitado y nosotras solo queríamos poder, ser respetadas, los hombres yokai son muy machistas — Emperatriz
Yuki-Onna y Kitsune se dirigen al castillo, los guardias tratan de detenerlas, pero son congelados por Yuki-Onna y derrotados con la espada corta de Kitsune. Siguen avanzando y un rayo blanco cae Baihu hace su entrada.
— Hasta aquí llegaron mocosas, yo Baihu les enseñaré modales — Baihu en su forma de tigre blanco gigante
— Es todo tuyo Yuki-Onna, ya el emperador está allí, si lo mato, nuestros sueños se harán realidad — Kitsune
Una barrera de hielo separa a Yuki-Onna y Baihu de Kitsune.
Cuando Kitsune avanza ve una puerta gigante, supone que ahí se encuentre el emperador. Abre aquellas grandes puertas y lo que ve allí son Bonsáis??, y un hombre regándolas.
— Supongo que debes ser el jardinero? Es peligroso, si te quedas aquí deberías irte — Kitsune
— Sin mis Bonsáis ni loco, me costó muchos años tenerlos tan perfectos como están, tengo noventa y nueve bonsáis, los atiendo yo solo, tienes idea lo difícil que es mantenerlos así — Jardinero
— Es una lástima, tienes razón, no comprendo bien, pero ellos son importante para ti, pues protégelo con tu vida, trataré de que este lugar no sea comprometido— Kitsune
— Eres muy amable, gracias por entender — Jardinero
La kitsune sale del lugar, corre por un pasillo, de momento siente una presencia detrás de ella, el piso tiembla, rápidamente se da cuenta de que Shenlong está detrás de ella. Se voltea y los ve, es el jardinero camina hacia ella, la presión se hace más grande. Él la mira y sus ojos de dragón hacen temblar las piernas de la Kitsune.
La presión es tanto que se desmaya, en ese momento va llegando Baihu con Yuki-onna también fue derrotada con facilidad.
— Ni siquiera tienen un nombre y osan atacarlo — Baihu
— Sácalas del castillo, no hace falta matarlas, los débiles no me preocupan — Shenlong
Eleta y la Emperatriz observan, pero Eleta se ve confundida
— ¿Acaso los nombres tienen algo que ver? — Eleta
— Cuando un Yokai recibe nombre propio, su fuerza se multiplica por diez; sin embargo, solo grandes magos y poderosos Yokai pueden nombrar a otros — Emperatriz
La escena se distorsiona y ya están en otro lugar, se ve la Kitsune derrotada y una sombra llega a ese lugar, una oscuridad empieza a rodearla y de pronto se dispersan. Llega Espina, aquella zorra se queda embobada con aquel hombre tan oscuro y perfecto a la vez.
— Pequeña zorra llevo un tiempo observándote, se me dio la tarea de vigilar a Asia veraz, su gobierno es prácticamente nulo, muchos yokai se alimentan de los humanos, tarde o temprano el equilibrio se romperá, al menos eso creen esos viejos estúpidos por mi parte creo que deberían destruirse no hay mejor forma de mejorar que empezar de cero — Espina
— Que quieres de mí, no soy la indefensa zorra que vistes hace 2 años — Kitsune
— En solo dos años lograste ser una yokai hecha y derecha, tu poder mágico es muy alto para ser tan joven, no solo eso también tienes un don peculiar y muy raro — Espina
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Editado: 11.05.2023