Dark Hill - La leyenda del Doppelgänger

Capitulo 1

La carretera serpenteaba como una cicatriz gris entre las montañas. Lena Jones ajustó el retrovisor, observando cómo la niebla comenzaba a tragarse el paisaje detrás de su auto. Había algo casi simbólico en ello, pensó. El pasado desapareciendo en un velo de sombras mientras se dirigía hacia un futuro incierto.

El regreso a Dark Hill no había sido una decisión fácil. Había pasado más de diez años desde que dejó el pueblo, jurando no volver. Pero la propuesta de restaurar el mural en la iglesia local, una obra del siglo XVIII que llevaba décadas deteriorándose, era demasiado tentadora. No solo por lo profesional: era una oportunidad de redención, aunque aún no podía admitirlo del todo.

La primera vista del pueblo fue más deprimente de lo que recordaba. Casas de adobe con techos vencidos, tiendas cerradas, calles desiertas a pesar de la luz del día. La decadencia del lugar parecía reflejarse en los rostros de las pocas personas que se aventuraban fuera de sus hogares. Miradas furtivas, cabezas agachadas, como si todos compartieran un secreto demasiado oscuro para ser nombrado.

Cuando Lena estacionó frente a la posada, un anciano en el porche la observó detenidamente. Sus ojos, pequeños y hundidos, la siguieron mientras bajaba del auto.

_ Llegas tarde. _ Dijo sin saludar.

Lena frunció el ceño. _ ¿Perdón?

El hombre se rasco la barbilla cubierta de una barba irregular. _ Esta mañana te vi pasar por la plaza, no te detuviste. Ahora estas aquí como si nada.

La confusión de Lena se mezclo con una ligera incomodidad. _ Debe estar confundido. Acabo de llegar.

El anciano ladeo la cabeza, escéptico, pero no respondió. Simplemente se dio la vuelta y desapareció dentro de la posada.

El aire enrarecido del pueblo la acompaño hasta la iglesia, donde el padre Luke Bennett, un hombre de rostro cansado y voz grave, esperaba junto a la puerta principal.

_ Gracias por venir, señorita Jones. _ Le estrecho la mano con una fuerza inesperada.

Lena sonrió con cortesía. _ Es un placer. He oído que esta obra es única en su tipo.

El sacerdote asintió, pero había algo en su mirada que no coincidía con el entusiasmo. Parecía estar midiendo cada palabra, como si temiera revelar demasiado. _ Es única, si. Aunque algunos desearían que permaneciera oculta.

Lena no supo cómo responder a eso. Dentro de la iglesia, el aire era fresco y húmedo, impregnado del olor a madera vieja y cera. El mural ocupaba casi toda la pared del altar. Era una escena impresionante pero desgastada por el tiempo: una figura central, de rostro borroso, se alzaba entre un grupo de hombres y mujeres que parecían atrapados en posturas de agonía. En los bordes, símbolos y formas que Lena no reconocía parecían entrelazarse con las figuras humanas.

_ Es… peculiar. _ Lena se acercó, inclinándose para observar mejor.

El padre Luke cruzo los brazos, quedándose unos pasos atrás. _ Peculiar es una forma amable de describirlo. En este pueblo, hay quienes creen que representa algo mas que arte.

Lena se giro, intrigada. _ ¿Algo más? ¿Cómo qué?

_ Sombras. _ El sacerdote dudo un momento antes de continuar. _ El mural es mas antiguo que esta iglesia. Hay quienes creen que representa la llegada de algo que nunca debió quedarse aquí.

Antes de que Lena pudiera responder, el sonido de la puerta principal abriéndose resonó por toda la nave. Giró la cabeza rápidamente, pero no había nadie allí. Solo un eco que se desvanecía.

_ El viento _ Dijo el sacerdote, aunque su tono no sonaba del todo convincente. Lena notó cómo sus manos se tensaban sobre el rosario que llevaba colgando del cinturón.

_ Claro _ Respondió, aunque una sensación de inquietud se instaló en su pecho.

Se volvió hacia el mural, intentando concentrarse en su trabajo. Sacó una linterna pequeña de su bolso y la encendió, iluminando las grietas y los detalles desvaídos de la pintura. Algo en la composición le resultaba extrañamente familiar, aunque estaba segura de no haberlo visto antes. Las figuras en las esquinas parecían más nítidas que el resto, como si alguien hubiera intentado reforzar esos trazos deliberadamente en algún momento. Pero lo más inquietante era el rostro borroso de la figura central: no parecía un deterioro natural, sino una ausencia deliberada, como si alguien lo hubiera borrado intencionalmente.

_ ¿Hay registros sobre quién pintó esto? _ Preguntó Lena, sin apartar la mirada de los detalles.

_ El artista original es desconocido _Respondió el padre Luke. _ Pero según la tradición oral, el mural fue terminado en una sola noche, lo cual no tiene sentido, claro. Lo extraño es que las descripciones del rostro central siempre han sido distintas, dependiendo de quién lo mirara.

Lena sintió un escalofrío recorrerle la espalda. No creía en supersticiones, pero había algo profundamente inquietante en esa idea.

_ ¿Distintas? _ Repitió.

_ Algunos decían que era el rostro de un santo, otros que era alguien del pueblo. Incluso hubo quienes afirmaron verse reflejados ahí.

El sacerdote hizo una pausa, como si dudara en continuar, pero finalmente lo hizo:
_ Y luego están los que dijeron que no era un rostro en absoluto, sino una sombra tomando forma.




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