Luna
Desde el comienzo ella fue maldita, a no poder ser aquella luz que gobernara sobre la oscuridad. Escrito estaba que el mal reinaría sobre la luz, desde que dio a luz a un ser que no pertenecía a este mundo.
Mentiría si le contara que el mundo estaba tal cual como lo deje antes que Rous despertara. Pero no. Ya habían pasado ya dos años desde que Lux mí no hermana gemela (Bruja), se relevara contra la humanidad solo con el deseo de quedarse con mis poderes celestiales.
El mundo se volvió un caos por completo, nadie podía salir a las calles porque si lo hacia los espías de Lux lo capturaba y se lo llevaba al bosques y no lo volvíamos ver. El mundo estaba ardiendo en llamas desde que otras brujas se revelaron al mandato de Lux, se escuchaba muy poca veces los gritos de niños o personas pidiendo ayuda. Iban entrando casa por casa buscándome como si yo fuera su trofeo.
Hace dos años antes que Rous despertara tuve que ocultar la casa con un conjuro que había aprendido gracias a la traición de Cristians, no se me hizo difícil en ese momento pero después tuve que incrementarla cuando comenzaron atacar con toda las fuerzas que hubo un momento que no pude seguir.
Se me hizo difícil abandonar a mi familia y borrarle la memoria a todos desde aquella noche, ya Rous, Star y yo ya no éramos como imanes. Ya tenía todos mis poderes y podía andar por donde quisiera. Las visiones me frecuentaban mucho y a veces brillaba mucho que llamaba la atención de los espías de Lux. Nathan quiso rastrearme una noche pero se lo impedí, y comencé a dejar de usar mis poderes y ser ahora más humana como era antes.
Ahora que estamos en esto me llamo Luna Rubí Hill una chica que creyó que era humana, pero al parecer soy un ángel que la bajaron del cielo con brujería muy poderosa cuando estaba en un deceso a una misión a la tierra. El ciclo se tenía que romper a costar lugar, porque yo tenía que volver a donde pertenecía pero ya eso no se podía, había nacido de carne y mi cuerpo angelical fue borrado desde que la bruja me eligió como su nueva presa para tener vida eterna.
Y ya que estoy huyendo en el pueblo de Treverlin para acabar con Lux y todo este cao que desencadeno solo por tenerme.
Mire el cielo oscuro de esta noche y sabia en lo más profundo de mi corazón que era hora de darle pelea y mostrarle la nueva Luna que tanto ella buscaba. La lluvia caía tan fuerte que a los lejos se veían los rayos que alumbraba el cielo en medio de esta noche. Corrí hasta quedar dentro un establo vacío, no había animales y mucho menos personas. No la sentía en mi cuerpo así que estaba sola otra vez.
—Otra noche a sola Luna.—murmure caminando.
Busque por los alrededor una manta que pudiera secarme y quitarme toda esta ropa que me pesaba por lo mojada que estaba.
No había dado cinco pasos cuando lo sentí, ahí. Mi cuerpo se encendió como hacia todas las noches con una máxima potencia de luz mandándome otra visión.
Estaba dentro de una casa, todo olía a madera remojada. Los truenos eran más fuertes que siempre y escuche un sollozo que me hizo retroceder cuando vi a la pequeña niña en el suelo con sus rodillas al pecho y se balanceaba de adelante hacia atrás y alguien se posaba frente de ella con un cuchillo en mano.
—Pertenece al ejército de la reina Lux o mueres en el intento.—repitió el hombre con el mismo discurso de siempre desde que llevo huyendo.
—No por favor.—rogo ella y vi por la ventana el granero donde estaba.
¡Miércoles!
<<¿Cómo rayos no pude detectarla? >>
Mi luz se apagó y corrí tan rápido que llegue antes de tres segundos alados del tipo. Tenía poderes angelicales que podía traspórtame en un abrir y cerrar de ojos. Apenas lo estaba perfeccionando pero lo iba a logra. Le di unos cuantos golpe al hombre forzudo que tenía el cuchillo que ni se dio cuenta que yo estaba ahí.
La pequeña asustada seguía meciéndose de adelante hacia atrás todavía más asustada, su vestido estaba rasgado y manchado de sangre. Me acerque con la intención de ayudarla pero podía sentir que no era humana. No me dio tiempo a responder cuando se me lanzo encima cambiando de cara y cuerpo.
¡Maldición!
—¡Hermanita, hermanita!—dijo con un tono de burla, luchando conmigo en el suelo.—Me fue difícil encontrarte pero aquí estamos otras vez.
Intente quitármela de encima pero mis reflejo se activaron cuando vi una sombra moverse tras de ella y lo pude reconocer cuando un relámpago ilumino el cielo y la luz entro por la casa.
<<Era Cristians.>>
—¡Loca desquiciada déjame en paz!—le di un cabezazo para quitármela de encima y funciono. Me coloque de pies y comencé a encender mi luz.
—Sabe que eso no nos hará daño ¿verdad?—Cristians todavía con su estúpida sonrisa me miraba con algo en manos que no sabía decir que era.
—Dígalo por ustedes, solo quiero distraerlo como lo hice hace años.—me le burlo saliendo corriendo tan rápido que por un momento me parecí a flash.
—¡No corras tan rápido que te puedes cansar!—me grito Lux con una sonrisita atrás.