“Su nombre significa muchas cosas, ninguna da con el significado correcto. Unos dicen que significa vigilante, otros brillantes. Pero depende del concepto igual su nombre lo representa.
Pues es él es Argus, mi pequeño vigilante brillante”
-Holy Malave
El niño de apenas tres años con pelo rubio ceniza platinado y ojos verdosos con algunas notas grises piel tan blanca, miraba a su abuela con tanta alegría y a la vez tristeza.
<<Quien dirían que era tan idéntico a su padre, como madre.>>
Él quería a su madre con él, que fuera ella la que lo arropara todas las noches y que fuera ella que lo besara antes de dormir y le contara cuento. Pero no, ahí estaba con sus abuelos en medio del polo norte viviendo en unas cuevas viejas que su madre había encontrado cuando él nació.
Solo la veía poca veces y eran en sueños cuando su madre se lo permitía, los dos estaban tan conectado que se sentía la emociones de cada quien.
—Vamos Argus, abuelo necesita ayuda.—Ava miro a su nieto tan igual a sus padres que no supo si ese niño iba ser la salvación o la condenación.
<<Pero lo que fuera él, había sido procreado con amor.>>
Ajusto el abrigo del niño porque ahí si hacía mucho frio y miro que él se sentía muy triste. Todas las noches lo escuchaba hablar solo y no sabía si era que estaba hablando con amigos imaginario por su edad.
<<Bueno, era algo normal a su edad.>>
Lo que ella no sabía que el niño era mitad ángel y mitad humano como su madre, solo que él no era caído y tampoco ángel por completo. Sus poderes se basaban más como los de su madre despertándose cada día al mismo ritmo que sentía que ella misma ya no podía más con ese poder. Solo eran minutos de diferencia pero sabía que su madre había despertado otro más de sus poderes y sabía que este era muy peligroso, porque con solo una mirada y ella veía todo lo que había en el interior de esa persona solo tenía el poder de arrancarle la vida si veía algún pecado.
—Abu ¿Cuándo viene mamá?—pregunto cabizbajo cuando vio los pensamiento de su madre y padre a la vez.
Tenía miedo de mirar a su abuela y matarla, porque eso lo que el experimentaba era como el ángel de la muerte con mente propia.
<<¿Por qué él era el único así?>>
Era lo que se preguntaba todos los días y no entendía, porque los demás niños de su edad no eran igual a él. Y eso lo ponía muy mal a veces.
—Solo está arreglando unas cosas y después volverá con nosotros… no te preocupes cariño, vamos a jugar y ayudar a tu abuelo.—ella no sabía cómo decirle que la última vez que vio a su madre, ella le había dicho que no iba a volver, que Hero iba a encontrarlos con mis otras hijas. Que nuestros deber era mantenerlo a él con vida hasta que la luna roja pasara.
<<Solo faltaban tres meses para que eso pasara y después podría ver a mis niños y que mi bebe conozca por fin a su hijo.>>
Cuando ellos estaban en áfrica y surgió el terremoto de la nada, Luna apareció como si nada y los salvo. Solo pasaban meses y notábamos cada días más que la barriga de ella crecía y el mundo cada día más se ponía feo, cuando por fin encontramos un lugar donde quedar, Argus decido nace ahí.
Ella le extendió la mano para que él la siguiera pero negó dudoso.
—Ahorita los alcanzo.—contesto dándose la vuelta y volvió a entrar a la pequeña cueva brillante y revisar bajo la cama.
Sonrió feliz antes de cerrar los ojos y solo pensó en ellos.
La vio antes de que ella abriera los ojos y lo mirara también con aquella sonrisa que lo llenaba de alegría, miro a su alrededor y noto el piso manchado de sangre antes de mirarla a ella y formo en su boca aquellas palabras que le daban aliento a cada uno de los dos.
—Te amo.—susurro él mirando sus ojos grises que estaba rojo de tanto llorar y después miro a su padre que dormía a lado de su madre.—Los amos a los dos.
—Nosotros también cariño.—susurro ella antes de volver a cerrar los ojos y que la visión se cortara.
El pequeño Argus se limpió las lágrimas que corrían por su mejilla y se preparó para seguir a sus abuelos.
***
Ya había amanecido y Rous estaba furiosa porque Cole se había vuelto a ir, Star decido darse una ducha antes de dormir y pensar en el chico que estaba abajo descansando también.
Los dos habían hecho clic con una sola mirada y no se sabe muy bien si eso lo que los dos sentía era algo bueno o malo. Ella se pasó las manos por su cara borrando todo rastro de suciedad mientras que el agua caía sobre ella, Star siempre fue una chica soñadora y pensó que su mundo se había completado al conocer a John. Sus padres habían dejado un gran vacío en ella a medida que pasaban los años por los viajes, que jamás pensó que al enamorarse de un chico mayor que ella, jamás iba a sufrir.
<<Que tonta fui.>>
Pensó, mientras lloraba y dejaba que el dolor que sentía se ligara con el agua. Porque era lo único que podía hacer, llorar porque ya era libre, pero aún se sentía sucia y contaminada.