“Cuando el misterio es demasiado impresionante, es imposible desobedecer.”
-Antoine de Saint-Exupéry
Ni la noche más fría soportaba lo que se vendría de a partir de ahora, en el aire se podía sentir la tensión y no se necesitaría ver el futuro para saber lo que vendría.
La rabia seguía viva y latente por todo lo que han pasado todo esto años sin medir las consecuencias que se formaba a cada nada, la gente le gustaba jugar con el destino, pero no median lo que pasaba después.
Todavía se puede ver en la iglesia abandonada bajo tierra después de Cristo en un lugar muy aparte, el lugar sagrado que la tierra se tragó para ocultar la verdadera profecía que todos ignoraban.
Porque todos querían a Leuksna pero nadie sabía verdadera razón porque era un Ángel sin jerarquía, ni siquiera los que tuvieron el honor de verla y hablar por unos segundos.
Nadie sabía quién era el que daba la vida y quien la quitaba, solo sabían lo poco por lo que hablaba el libro sagrado de los cristianos que era el creador del todo aquello. Pero a veces el creador dice lo que solo debemos saber, hay cosas que el ser humano no debe saber que existe y muchos tener contacto con eso.
Por eso la tierra en algún lugar del desierto oculta aquella iglesia en ruina un pergamino donde habla de ella, tallada por letra de un desconocido que nadie sabe y jamás sabrá.
El viento se levanta con la llegada de la esfera donde oculta en un cristal muy peligroso enterrando a la creatura que debía ser contenía por el bien de la humanidad, dejando ver como dos querubines custodiaban a su hermana hasta que pasara la luna roja.
Desactivaron todo lo que tuviera que ver con ella, ocultando cualquier rastro para que todo pensara que fue desaparecida de la faz de la tierra.
Más allá de la tierra de los muertos entrando a la tierra de los vivo se podían ver como los humanos sufrían a cada segundo que pasaba, la cacería apenas comenzaba y los Nefilim llevaban el mando.
Derek disfrutaba al ver como la familia de Luna le ponía mucha resistencia, no era para nada fácil encontrarlos. Porque no había rastros de magia de ninguna clase y eso que ellos eran expertos en olerla a quilómetros. Solo encontraron algunos humanos que se habían escapado pero volvieron a su poder porque era difícil para ellos ocultarse de gente diferente a ellos.
— Donde siempre se ocultaban no están jefe. —uno de los soldados de Derek le comento dejando aquellas dos casas vacías que no había rastro de ninguna.
—Aunque descubrimos el lugar donde se hizo el hechizo y fue en la casa de las hermanas. —recordaba que todavía se podía oler la magia oscura ligada con la blanca en el aire en esa sala.
Derek miraba los edificios que se alzaban a él buscando algún rastro que le dijeran que están ahí, pero no podía sentir nada.
De repente de un salto alguien cayó a su lado con las manos en los bolsillos mirando también el lugar que el miraba y otros pares de ojos se le sumaron.
— No hay rastro de mi hermano y dudo que estén con ellos.—hablo la tercera persona interrumpiendo los pensamientos de Derek y Nathan.
Todd odiaba a su hermano en muchas cosas y la principal era porque su padre se había metido con una humana y de ahí había nacido Finn alguien con la sangre contaminada no era un principado como el que su madre era una de los de los demonios de guerra y su padre de la hambruna. Finn era un Nefilim más con la sangre contaminada.
Pero lo único que quería de él era Star que estaba con él.
— Y la familia Hill deben estar buscando medicinas para la vieja.—contesto Nathan con la idea en la cabeza sin saber que ya la señora susie estaba más que curada y dispuesta de darle pelea.
—Quien diría que unos humanos inservible nos estarían dando guerra. —Derek aparto la mirada del edificio cuando sintió ese olor y sonrió para despistar a los demás.
— La culpa la tiene Cristians que le revelo secretos que no debía a Luna.—Todd se cruzó de brazos molesto pensando en el plan que el chico había dado.
—Y no solo es de él, la culpa la tiene Luna porque ella repartió sus poderes en tres partes inconsciente. —dijo Nathan pensándolo molesto.
— Ósea que el ángel que lleva por dentro lo hizo para que todos nuestros planes se fueran a la mierda.—llego al grano Derek pensando y los otros dos asintieron.—Bueno si lo pensamos así la culpa la tienen todos. —rio este cuando el olor se hizo más e hizo un silbido que los demás de sus soldados asintieron para retirarse. —Fue lindo charla con ustedes pero debemos seguir con la búsqueda, espero que ustedes tenga buena suerte. —se despidió dejándolos a los dos con la palabra en la boca.
Nathan se desapareció como un vampiro moviéndose por la oscuridad entre los edificios a ver si encontraba lo que buscaba, y Todd fue también a buscar a su chica pensando que estaba vez tendría suerte.
Derek en cambio al ver que todos se habían ido y percatarse que no había nadie, siguió el rastro de olor que llegaba a él y sonrió más con una sonrisa un poco macabra al pensar en la rubia ojos grises.
En el edifico maldito todavía se podía escuchar los gritos de terror y suplica, mientras que las hermanas worthy seguían esperando afuera que al menos pasara cinco horas de tortura para poder interrogarlos. Bueno ya habían pasando quince horas pero ellas solo querían darle un poco más porque lo que ellos habían hecho era peor de lo que ellas le hacían.