Narrador Omnisciente
“Quizá la más grande lección de la historia es que nadie aprendió las lecciones de la historia.”
-Aldous Huxley
El cielo deja caer sus primeras gotas acidas, el aire frio de la noche se mezcla con algunos sufrimientos de las personas que corren buscando refugio de la lluvia acida. El temor, la desesperación son alimentos para las creaturas que fueron soltadas.
Creaturas que salen de noche, que su aullido es tan silencio que lo puedes confundir con el maullido de un gato. Tan bajo que nadie pueda pensar que tiene una competencia para cazar a su presa, presa que no tiene escapatoria.
La lluvia deja a muchos resguardándose en los más profundos de los edificios o casa abandonada, algo que hacen en el pueblo de Treverlin. Rous, Finn y las demás personas del barco tratan más de lo que puede en tapar las ventanas cuando la lluvia acida entra por los fuertes vientos.
—¡Aaaah!—grita personas cuando el agua acida toca su cuerpo provocándole en segundo quemaduras de tercer grados.
—¡Rous, ¿Qué haces?! ¡Quítate de ahí! —la empuja Finn cuando ella solo se queda viendo la ventana.
El cielo oscuro dejando caer gotas de lluvias acida, color que mancha el suelo como si fuera un matadero el lugar afuera.
—Si rezas por lluvia, tienes que lidiar con el barro también. —murmura Rous dejando a Finn desconcertador porque estaba citando a Denzel Washington.
—Rous déjate de juegos, si quiere volver a ver a tu hermana primero tienes que vivir. Y no me estás haciendo la tarea fácil. —le dice sosteniéndola por los hombros atrayendo su mirada.
Rous se queda mirando y se da cuenta que tiene días que no sabe de su hermana, y eso la preocupa. Porque si fueron a buscarla a los muelles debieron encontrarse que ahí no hay nada y puede a ver más personas.
—Yo, yo…
—Tu nada, cúbrete, que cuando la tormenta pase. Nos vamos.—le avisa Finn.
Ya dándose cuenta que si unas de las señales se están cumpliendo eso quiere decir que el tiempo se agota y no queda mucho para reunir a las hermanas antes de que Luna despierte.
Mientras que en el edificio todos buscan refugio, Star y las chicas con los chicos luchan por echarse agua limpia para quitarse las pequeñas quemaduras que provoco la lluvia afuera.
—Este ungüento es muy bueno, lo usaba para las quemaduras del sol cuando los chicos venían de la playa.—dice Susy mientras que le va repartiendo la pequeña crema que guardaba en su bolso, para que todos se echaran en la quemadura.
—Gracia. —murmuraron algunos.
—¿Qué rayos está pasando afuera?
Es una pregunta que es muy difícil contestar cuando nadie tenía idea que pasaba, Star podía contestar pero ella no sabía muy bien que estaba pasando y se aseguraba que si Luna también estuviera con ellas. Diría lo mismo.
Todos estaban concentrado echándose la crema, que no se dieron cuenta que faltaba dos personas ahí. Si no que Star después del rato se dio cuenta que faltaban los hermanos raros.
—¿Y los hermanos? —pregunto a Lara pero esta se encogió de hombros como si no supiera.
—No te preocupes Star, deben estar arriba. —le dijo John para no preocuparla. Pero ella sabía perfectamente que no estaban arriba, porque ellos estaban con ellas abajo cuando comenzó a llover.
Subió no haciéndoles casos y sospecho lo que creía, no estaban en la casa.
<< ¿A dónde irían?>>
Fue lo que pensó mientras se asomaba por la ventana y miraba afuera, la lluvia de sangre no dejaba ver nada afuera y sería un suicidio si salía a buscarlos.
***
Hay secreto donde miren, hay secreto en la oscuridad, hay secreto donde nadie puede imaginarse. Siempre abra secretos, todo lugar guarda su secreto, bien sea pequeños o bien sea horrible, siempre guardara su secreto.
Mientras que Damian y Demon permanecen en una pequeña casa abandonada, solo ignoran el ardo en su cuerpo, se quitan la pulsera que aquel Ángel le coloco. Dejando mostrar la monstruosidad que son, el ardo pasa.
— Espero que tenga algo importante para mí, para venir en medio de este caos.—el Ángel salió de entre las sombras, Damian y Demon se pusieron en alerta poniendo sus miradas oscura en él.
— No tenemos nada, Leuksna no sale de su escondite y las amigas o familiar sabe algo de ella.—habla Demon calmado.
Es algo que el Ángel se lo pensaba, tenía semanas, días que no percibía un rastro de ella. Por lo que coloco la mirada en Damian y este se colocó nervioso.
—Saben, hay una historia que nadie sabe. —dice paseándose por la sala sucia y desordenada, pero se detiene mirando un cuadro viejo de una familia feliz antes de hablar. —Una historia que se ha mantenido oculta, lejos de los profetas, lejos de los demonios, lejos de todo lo que alguna vez ustedes pudieran escuchar o ver.
—Si vas a contar la historia de Leuksna, ya nos la sabemos. —dice Demon interrumpiendo al Ángel, este respira hondo antes de dejar el cuadro en su sitio para colocarlo en otra fotografía.