CAPÍTULO II

Veo a un chico, es joven tiene que tener más o menos mi edad, está vistiendo una playera color negro y una chaqueta de mezclilla, la verdad le queda bastante bien.

Me quedo embobada mirandolo que no me percató de que el tambien esta mirandome a mi.

Miro mas arriba y nuestros ojos chocan, tiene una mirada fría, su expresión en general es fria, pero eso no le quita lo bonito que es, de echo creo que hasta se ve más guapo con ese aire misterioso que tiene.

-por que estas pensando en eso sussie, en el único chico lindo en el que debes pensar es en tu hermoso y adorado novio Dylan O'brien. si señor.- me digo internamente.

Apartó la mirada apenada por quedarmelo viendo tan descaradamente, hasta creo que el se asustó.

Genial, ahora va a creer que soy una acosadora y que lo voy a secuestrar en la madrugada cuando el este durmiendo y que le voy a vender los órganos.

Okay tampoco voy a llegar tan lejos.

Aunque pensándolo bien, no esta tan mal la idea, la verdad necesito otro celular urgente porque ya el mío no da para más.

Me dirijo hasta donde está mamá y pongo mi mejor cara de odio.

La miro y le tuerzo los ojos, ella se ríe.
-yo no le veo la risa.- me cruzo de brazos y miro hacia otro lugar. -yo si.- dice para reír más. -¿osea que te avergüenzo verdad?- digo tratando de aguantarme la risa y mantenerme firme en el papel de niña odiosa.
-cuando haces cosas así, si- se ríe más fuerte, por suerte no hay muchas personas aqui o si no nos estuvieran mirando raro.

-uish no que tristeza- arrugo la nariz con fastidio y me siento en la mesa, miro a mi mamá que aprieta los labios para no seguir riendo, no me aguanto más y comienzo a reirme.

-¿quieres la misma pizza de siempre verdad?- pregunta mamá sin apartar la mirada de la carta. -eso ni se pregunta.- ella sabe que siempre pido la misma pizza.

-si ya se, yo pediré unos tacos.- se levanta de la mesa y me imagino que va a buscar a alguien para que nos atiendan.

Mientras vuelve sacó mi celular y me pongo a jugar color switch. Nunca e terminado un nivel completo. Siempre esa bolita choca con otro color que no es.

Mamá llega y se sienta, saca su celular y se pone a teclear, yo sigo tratando de pasar así sea un nivel, pero creo que es imposible, al menos para mi así que le mando un mensaje a mi mamá preguntándole donde está.

La miro esperando a que le llegue el mensaje y ver que me dice. Se echa a reír y me mira -gran boba.- teclea algo y al instante me llaga un mensaje de ella.

MAMA: Estoy en Miami gozando de la playa, y tu ¿donde estas?

-despues dicen que el bobo es uno.-
Ella voltea los ojos. Enseguida le contesto.

Yo pues quien mas:Yo Estoy en narnia y soy la reina de las nieves.

Ella me mira con cara de ¿es enserio? 
Le voy a contestar pero en ese instante mamá recibe una llamada.

Su sonrisa de borra tan rápido que da miedo, su rostro cambia a uno lleno de angustia.

Yo frunzo el entrecejo sin sabes que es lo que está pasando.

-ya vuelvo.- dice sin despegar la mirada de la pantalla del celular, se levanta y va fuera del restaurante.

Yo me quedo mirando fijamente por donde salió, pero no la puedo ver a ella. Tengo un mal presentimiento, no me gustó nada la cara que puso.

Como a los diez minutos llega y se sienta en el mismo lugar, ya no se le nota la misma angustia de hace un rato, pero sigue estando muy sería.

Conozco a mamá y se que si tiene algo que decirme me lo dirá sin necesidad de preguntarle, así que decido quedarme callada mirando a cualquier lugar.

Llego la comida pero mamá tenía la mirada pérdida, la señora deja la comida en la mesa y yo corto mío pizza en dos pedazos.

- Hay que bien, ya me iba a dar anorexia por no comer.- digo tratando de relajar el ambiente, mi mamá me mira y sonríe, pero a leguas se nota que es una sonrisa forzada. -exagerada.- dice y se pone a comer.

Comemos en completo silencio, es un poco incómodo la verdad, pero lo trato de ignorar.
Le doy el último mordisco a mi pizza y voy a agarrar la bebida para pasarme la pizza, pero tengo las manos grasosas y cuando intento agarrar el vaso este se me resbala, toda la bebida me cae encima y el vaso se rompe en pedacitos en el piso provocando que varias de las personas que estaban ahí me miraran.

Mi mamá me mira con los ojos abiertos, pero está vez si se ríe.

-eres bien torpe hija- se levanta a ayudarme a recoger los cristales. Ahora me toca pagar el vaso.- yo me rio, pero como mi torpeza es más grande que yo cuando intento agarrar un trozo de vidrio me corto el dedo y comienzo a sangrar enseguida.

-ay por Dios Sussie ¿no puedes estar sin hacer algún daño?- yo La miro con cara ofendida y después miro mi mano, me arde así que me levanto y voy a pedirle a la señora una servilleta para no marcharme la ropa.

- Hola, ehh ¿me podría regalar una servilleta? Por favor.- ella estaba de espaldas y cuando voltea y ve mi mano que ya está más manchada de sangre abre los ojos y me pasa un pañuelo que tenía en uno de los bolsillos de su delantal.

- Por Dios niña ¿como te cortaste?- 
Yo sonrió para que no se asuste, osea sólo es un corte. No se me van a salir los órganos por hay, ¿o si?

-tranquila, es que se me resbaló el vaso y cuando lo intente recoger me corte.- ella entre cierra los ojos y entra a la cocina, yo me quedo ahí parada, será que va a buscar un palo para pegarme por partir su vaso?

Regresa con un recogedor en la mano y un pequeño cepillo. - vamos- camina en dirección a la mesa y yo voy tras ella. 
Cuando llegamos mi mamá está sentada en la silla mirando los vidrios con cara de mono.

- Hola mami, ya llegue de narnia.- sonrió mostrando todos los dientes y ella entre cierra los ojos y se levanta.

-disculpe a esta torpe, yo le pagaré el vaso no se preocupe.- mamá sonrió y le quito de las manos el recogedor y empezó a recoger ella, me acerqué para ayudarla pero me detuvo con la mano. - no, no quiero que te cortes una mano y me toque mandartela a mojar completa.- me rio -despues dicen que el exagerado es uno.- 
La señora se ríe, mamá le entrega el recogedor y le paga todo incluyendo el vaso.