Dolor y lágrimas, era lo que rodeaba en el reino de Dark Kingdom. Su reina había desaparecido, sin dejar rastro.
"Cree en mí, como yo creo en ti. Vive por mí, como yo viviré por ti. Beberás de mi copa con mi sangre, seré leal a ti mi rey hasta la eternidad sin dudar. No te olvides de mí querido, seré tu pesadilla y tu sueño a la vez"
-Tu amada, Amberly(Alouqua).
El rey Drácula devastado llora de rodillas a lado de la cuna de su hija recién nacida y a lado su hijo pequeño también llorando a mares.
—No esperare por ti, traidora —exclama con dolor el rey.
Al pasar los años, los frutos de su amor se convirtieron en dos niños hermosos; hijos del vampiro más temido del reino y un ángel caído.
Saori fue enviada por su padre a Italia a una academia para poder controlar sus poderes inestables, con solo 111 años no sabía porque no podía ver a su padre ni a su hermano o visitarlos al reino tan seguido. Ella luchaba cada día para ser fuerte y poder controlar sus poderes para volver a su reino.
—Papá ¿Cuándo puedo regresar a nuestro hogar? — solloza la niña.
—Pronto mi niña, pronto — la abraza para calmarla.
Esa niña, creció rodeada de frialdad y sin tener a alguien a su lado para desahogarse, tenia rencor hacia su madre, ya que se echaba la culpa por ser un monstruo que ella había engredado.
—Mi niña es hora — le tiende la mano su padre.
La toma con delicadeza era de regresar a su hogar. Afrontar sus obstáculos y vivir o eso lo que ella esperaba.
—¿Crees que tu caos terminara aquí, pequeña? —sonríe con diversión.
"Ella es la estrella que siempre quisiera complementar en el cielo"