Capitulo 5

Selene había llegado extremadamente tarde, literalmente luego de llegar a la casa cayo dormida en su cama, y levantarse a las 8 de la mañana solo para ir a un mugroso instituto no mejora las cosas.

~Mia~

Una melodía tranquila comenzó a escucharse en mi habitación, me removí un poco para seguir durmiendo, la dulce melodía se convierte en un asqueroso ruido irritante, intente ignorarlo pero el fastidioso ruido no dejaba de escucharse y para peor su volumen aumentaba haciendo imposible dejar de escucharlo, salí de la cama directo hacia la puerta ya que el irritante sonido se escuchaba por todo el lugar. Abrí la puerta mirando hacia ambos lados, encontrándome con Mikaela y Deisy recostadas en el marco de las puertas de sus habitaciones con caras totalmente adormiladas.

— ¡¿Podrían apagar ese maldito ruido?! — salio Selene gritando de su habitación, para después cerrar de un portazo.

— Alguien no esta de buen humor — habló Mikaela.

¨Nadie se la aguantará hoy¨ Pensó Deisy y vaya que tenia razón.

Frote mis ojos, tomé algo para secarme y corrí al baño mas cercano, hoy seria un día muy ocupado y no se si esta idea de estudiar en un instituto después de lo que ha pasado sea la mejor idea.

Escuché que tocaban la puerta y me apresuré a bañarme rápido. Sera un día ajitado y jadeante.

— ¿Podrías salir ya? Necesito entrar — escuché a Deisy al otro lado de la puerta, envolví una toalla alrededor de mi y salí.

Se estaba haciendo algo tarde, así que busqué mi ropa interior y lo que usaría hoy, una camiseta negra con algunas manchas blancas en la espalda, unos pantalones negros, mis botines favoritos de cuero negro y mi sombrero, me apresure a buscar una camisa algo holgada de cuadros negros.

— Mia — me llamó Mikaela, mostrando su rostro en la puerta y colocando su manos en la puerta — ¿Has visto mi gorro? —

— ¿Cual de todos? — Pregunté con burla.

Hizo una mueca y rodeo los ojos — El gris — susurró acomodando un mechón de cabello en su oreja.

— Creo que lo vi en el sofá — dije acomodando mi cabello frente al espejo, cerró la puerta y salí tras ella bajando las escaleras.

- Bajen ya - gritó Deisy desde la cocina - ¡Mierda! -

Mikaela y yo, ya estábamos listas, al igual que Deisy quien estaba haciendo el desayuno intentando no quemarse.

Mikaela traía su camiseta favorita de su banda favorita de Metal (Cannibal corpse) , pantalones negros, unos botines algo diferentes que los míos y una sudadera negra amarrada a la cintura. Deisy llevaba una camiseta verde oscura que la hacia resaltar por su cabello, unos pantalones negros y unas vans grises.

Deisy cocinó con algo de ayuda unos waffles, lo gracioso fue cuando intentó protegerse del fuego con una tapa de sarten en la mano, Selene estaba bajando las escalera (podíamos escuchar como se quejaba de su cabello). Llegó a la cocina con su cabello todo desordenado, con ojeras y con una cara de muerta.

— Necesito una aspirina — dijo recostada a la pared — ¡¡Denme una jodida aspirina!! — gritó tomando su cabeza entre sus manos.

Mikaela tomó las aspirinas que se encontraban en la parte superior del refrigerador, la colocó en la mesa señalando las píldoras a Selene, ella movió el cabello de su cara, Mikaela lanzó fuertemente la pequeña caja hacia el rostro de Selene, con la mente.

— ¡¿Que carajos?! — miró a Mikaela enojada.

— Querías una aspirina ¿o no? — respondió Mikaela sonriendo, Deisy y yo no pudimos evitar reír, mientras Selene nos insultaba mentalmente.

Comimos rápido después de eso, busqué mi pequeño sombrero (que siempre llevaba a todas partes) mi bolso y salimos.

El frió agobiador de Londres nos rodeó apenas salmos, teníamos 7 minutos de retraso, optamos por llamar a un taxi que nos llevara al instituto Colet Cour, Deisy iba en la parte delantera y nosotras mirando por la ventana desde atrás. A pesar de que según yo habíamos llegado tarde, era todo lo contrario, algunos alumnos supongo apenas y entraban. Cuando el taxi nos dejo en el estacionamiento, todos miraban en nuestra dirección, era asqueroso y muy incomodo.

¨¿Quien murió?¨ Escuche lo que pensó una chica que bajaba de un auto con un chico.

Caminamos hacia la entrada bajo la mirada de todos los que estaban en los pasillos de afuera, esto era algo de lo que me arrepentía a veces, no entendía que estaba mal con nosotras.

— ¿Donde esta la oficina del director? — hablo Selene, mirando a todas direcciones acomodando su camisa.

¨¿Porque visten de negro?¨