Episodio 28

Desde Paul ⬖

—¿Tú crees en… lo irreal?
—¿Y qué es lo “real”? —se ríe Bob.
—No lo sé… Lo que vemos, oímos, sentimos.
—Tonterías. Vivimos en una época en la que ya está más que claro: todo esto es solo un holograma. Creo que incluso hay una teoría científica sobre eso...

Bob prepara hamburguesas —se acercan nuevos clientes. La vida nocturna de Darkcity es pausada y cautelosa. A la calle salen distintos frikis, la gente que trabaja por internet va a su descanso nocturno para almorzar, taxistas excéntricos se detienen frente al puesto de comida rápida para recargar energías.

Por supuesto, también existe el otro lado de esta vida, pero yo no me meto ahí.

—¿Dos cheeseburgers, papas y una cola? —pregunta Bob a sus clientes habituales, y ellos asienten satisfechos.

A la gente le encanta cuando recuerdan lo que suele pedir. A todos nos gusta que nos traten de manera personal. Incluso si siempre pedimos solo un espresso.

—Últimamente, mi vida dio un giro brusco —le confieso a Bob, cuando los clientes se alejan unos metros—. Y ayer... se subió Johnny Depp a mi coche.

—¡¿Johnny?! —se alegra Bob—. ¿Y por qué no pasó por aquí? ¿Hace mucho que está en la ciudad?

—¿Cómo voy a saberlo? —me encojo de hombros, desconcertado—. Dijo que era su primera vez aquí.

—¡Ajá! ¡Siempre dice eso! Incluso cuando llega al set de rodaje: “Chicos, es mi primera vez aquí. ¿Qué hago?” “Chicos, nunca me han grabado antes. ¿No debo mirar a cámara, verdad?” ¡Qué pícaro! ¿Y cómo estaba?

—Se veía espectacular... Hablaba cosas raras.

—Eso es normal en él. Siempre parece como si hubiera caído de la luna —Bob hace un gesto con la mano y vuelve a su “cocina”.

—La verdad, pensaba que exagerabas un poco con lo de los actores... No creía que vinieran Jim Carrey o DiCaprio...

—DiCaprio no viene. Él se disfraza. Llega algún pajero con barba y sombrero... ¡Por eso te digo! ¿Qué es la realidad? ¿Es real que el universo es infinito? ¿Es real que el tiempo fluye distinto aquí y en la órbita terrestre? ¿Es real que los humanos construyeron las pirámides? Todo eso es simplemente asombroso. Todo es asombroso.

Tal vez tienes razón... Los humanos no solemos creer en los milagros. Pero cuando de pronto ocurren en nuestra rutina diaria, hacemos todo lo posible por explicarlos. Para no romper el orden. Para mantenerlo todo dentro de los límites de... ¿la lógica? ¿De qué? ¿Por qué nos asusta tanto lo asombroso?

—Bob, he estado pensando en irme de esta ciudad.

—¿Con la chica? —se alegró mi amigo.

—Sí.

—Eso está bien. Un hombre que no pasa tiempo con su familia nunca será verdadero. ¡Necesitas tu propia familia! Entonces sentirás la conexión.

—¿Qué conexión?

—¡La conexión con todo! Sentirás cómo todo está unido.

—Me alegra que apruebes mi decisión.

Bob resopló como diciendo “por supuesto” y se sentó. Mi mirada cayó sobre el libro que siempre tenía Bob a la vista.

—¿Qué es lo que siempre estás leyendo?

—¿Esto? —levantó el libro—. Bardo Thödol.

—¿Qué? —entrecerré los ojos y miré la portada con atención.

—El Libro tibetano de los muertos. Bardo Thödol.

—¿Y para qué sirve?

—Bueno... ayuda a la persona que ha muerto a orientarse después de eso.

En ese momento, sonó mi teléfono.

—Disculpa —dije y me alejé unos pasos—. ¿Sí?

—¿Paul?

Mi nombre sonó como si viniera del más allá. Un escalofrío me recorrió el cuerpo.

—¿Sí? ¿Quién habla?

Pausa. Una respiración pesada y ronca.

—Ragnar.

El miedo aumentó. Pronunció ese nombre como si fuera el de un monstruo.

—Paul, necesito un coche. A la calle...

Me dio una dirección. No respondí. Quería soltar el teléfono. Parecía que de él salía un horror denso. Un horror incomprensible, ilógico.

—¿Paul?

—¿Sí?

—¿Vendrás?