Darkness: el día que inicio y finalizó todo

Esperanza.

Nosotros como solo estábamos ahí como oyentes y observadores, no teníamos mucha voz ni voto, solo nos quedamos pendientes en lo que podría acabar todo eso, aunque el General había dicho que no nos podría sacar a todos de ahí ¿a qué se refería? No entendíamos del porque nosotros teníamos que estar en esa situación, era mejor buscar una forma de aprovechar el tiempo que quedaba para salir a buscar un refugio o algo que nos pudiera beneficiar. 
-General- mi voz algo seca llamó la atención tanto Alfred y Elizabeth, tragué saliva y continúe -General, usted dijo que no era capaz de sacarnos a todos de aquí ¿A qué se refería exactamente con eso? Y había más personas allá afuera ¿Por qué nos trajo exclusivamente a nosotros aquí con usted? No me estoy quejando, pero son preguntas que acaban de rondar mi cabeza. 
El General volteo a verme con bastante seriedad. 
-Esperaba que esa pregunta saliera a relucir un poco más tarde, pero les contare lo que está pasando allá afuera mientras nosotros estamos aquí, deduciéndolo, como les acabo de contar de nuestro pequeño amigo, el espécimen raro hallado hace un par de años, pues el gobierno encubrió todo aquel suceso, como lo habrán percatado ya, no hubo noticias, incluso a los investigadores que quisieron vender la nota al mejor postor, fueron asesinados, eso no tenía que saberse por ningún motivo porque causaría caos mundial, desde entonces, sabíamos que la próxima extinción no sería de cualquier otro ser vivo en el planeta, si no que será solo y exclusivo del ser humano, ahora bien, también les dije que hubo colaboradores que habían tocado a aquel ser extraño, pero que se habían recuperado a los tres días, pues lamentablemente, al igual que las ratas, fallecieron tiempo después de un paro cardiaco, su corazón se detuvo abruptamente y no se pudo hacer nada al respecto, pero el punto seria del porque les dije que no podría sacarlos a todos de aquí, esto si no fue prohibido, de hecho se hizo a todas luces, se exhibió como el mayor logro de la humanidad y me refiero a las sondas mandadas a marte y a la luna, en principio en la luna se empezó la construcción de una base. 
-Pero sería una opción, para mi entender, ridícula, en la luna no podría proliferar la vida- interrumpí al General. 
-Precisamente eso pensamos todos, que no daría muchos frutos, pero volteamos a ver a nuestro planeta vecino, el planeta rojo, Marte, por lo cual se empezaron a mandar más vehículos, inclusive se mandó una expedición privada, a cargo de uno de los humanos más ricos de este planeta, el cual ya había mandado más sondas a Marte para su investigación, así que él mismo empezó la construcción de una estación en el vecino rojo para albergar a solo un puñado de personas, desafortunadamente, para solo aquellas que pudieran costear el viaje hasta allá- El General se mostraba algo molesto. 
-Entonces, nosotros unos simples mortales no tendríamos opción ¿Eso trata de decirnos?- La molestia no solo era de El General, sino también mía. 
-Lo siento, no sé qué responder a eso, solo sé que  en días pasados cuando encontramos el primer espécimen, iniciaron con el proyecto “repoblación”, mandando a los primeros seres vivos, los que ya tenían el pase pagado hasta allá, por fortuna, yo como veterano de guerra y General de brigada, tengo el privilegio de ir con ellos y por consiguiente también a los que conforman mí familia, mi hijo y su molesta novia por ser científicos destacados aquí en la tierra- El General giraba a ver a su hijo. 
En esos momentos, Elizabeth y Alfred se mostraban inquietos, de vez en cuando se asomaban por las ventanas hacía donde estaba la carpa, algo les preocupaba, quería saber que pasaba, pero el General dirigió su voz hacia mí. 
-Te diré algo que si te interesa, a mí como General, me consignaron llevar hombres para su capacitación como soldados y tú eres un buen prospecto, te hemos estado vigilando desde que llegaste a la costa, vimos cómo te infiltraste para llegar a las barricadas en las orillas del pueblo y hemos visto sus dotes de investigación y deducción,  que no cualquiera puede tener, entonces les ofrezco esto, a los tres, pero solo a ustedes,  a eso me refería de cuando no podía sacarlos a todos, sé que allá afuera hay algún ser querido esperándolos, pero ya no los volverá a ver, nunca más- El General se nos quedó viendo esperando una respuesta en ese mismo momento. 
Las palabras del General eran frías y cortantes, estábamos felices de que nos dieran esta oportunidad, pero a la vez desilusionados por lo que estaríamos dejando atrás. 
-¿Qué pasara con todas las demás personas? ¿No les darán la misma oportunidad que a nosotros?- Leila preguntó, su voz detonaba rabia, coraje, no podía creer que solo a nosotros tres nos dieran esa oportunidad. 
-Lo lamento pequeña, no puedo hacer más por los demás, no podemos viajar todos, se ha hecho solo un pequeño domo para albergar a unos cuantos, desafortunadamente, las demás personas se quedaran aquí, buscando la forma de sobrevivir a todo el caso que causara la total aniquilación de la raza humana aquí en la tierra- la voz del General era triste, él quería hacer más por su gente, pero no podía hacer mucho. 
-¿No puede hacer algo más General?- pregunté sin esperanzas de tener una buena respuesta. 
-No, lo lamento, si aceptas mi oferta, nos marcharemos antes de que nuestro amigo allá afuera expulse las esporas y empiece a pudrirse y soltar los gases, tenemos un camino abierto hacia la estación espacial, por el momento como no ha llegado hasta aquí todo el caos, los animales están calmados, no hay peligro allá afuera, así que será seguro, según lo que hemos calculado las esporas emergerán en tres días, así que necesito que todos estén preparados para la retirada, porque si nos toca vivir todo lo mencionado, será un infierno- el General salió del remolque y detrás de él Alfred. 
Elizabeth se quedó con nosotros, sacó un teléfono celular y empezó a marcar algunos números, sin contestación algunos de ellos, notamos que había algo extraño, Alfred había salido desconcertado, Keila se asomó por una de las ventanas y pudo observar a Alfred teniendo una charla con el General, al parecer algo acalorada y un poco fuera de sí; mi esposa era muy perceptiva notó que al joven se le saltaban las venas del cuello, al parecer estaba gritando, fue cuando decidí salir a verificar lo que estaba pasando, había información que aún no nos habían dicho y queríamos saber todo al respecto. 
-¡No puedo decirte Alfred, entiende de una vez!- alcancé a escuchar al General gritar -todo quedara resuelto cuando los llevemos allá afuera- ahí acabo de hablar al verme llegar -hijo mío, todo estará bien, te lo aseguro, solo es cuestión de esperar- el General bajo la voz para que yo no escuchara por completo lo que acaba de decir, antes de llegar a donde estaban, se acercó a Alfred y le susurró algo al oído, le dio un abrazo a su hijo, sin ser correspondido y se marchó, le había mencionado algo adicional, algo de lo cual Alfred no estaba convencido y al parecer estaba molesto y se marchó. 
 
 




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