Las cosas simplemente no marchaban bien, durante el ataque de los rebeldes la nave pirata el Bandersnatch había irrumpido en el palacio y el capitán de dicha nave se había secuestrado al príncipe Bee Adelsreich. La princesa Lambdadelta estaba enfadada, ordeno de inmediato la búsqueda del príncipe, envió un comunicado a todos los planetas y las galaxias sobre lo sucedido y una recompensa a quien encontrara a Darren Shotguns y a Bee.
Pero el que más sufría posiblemente, seria Bee.
Al despertar el joven se encontraba encadenado de manos y sus pies apenas y tocaban el frio y húmedo metal, abrió los ojos con pesadez sus anteojos no estaban y realmente eso no le preocupaba, escucho el chirrido de aquella puerta metálica y reparo en donde se encontraba, lo último que recordaba era a ese hombre y sus dos hermanos, un disparo y luego despertó descalzo y atado a cadenas en las muñecas, escuchaba el goteo sobre el metal y lo helado que se sentía aquel sitio, alguien se había detenido allí frente a él, pero no tenía la fuerza para levantar la cabeza.
-así que ya despertaste, realmente creí que te había asesinado –
La voz, esa voz no la había escuchado jamás, era grabe y suave, pero fuerte, era un hombre.
-no me gusta repetir las cosas dos veces así que levanta la cabeza –
-no…no tiene caso…solo has lo…lo que quieras y ya –
El hombre le tomo del cabello lo enderezo, sacándole un leve grito, cerró los ojos, no quería ver al tipo.
-por tu bien será mejor que te comportes, no suelo tener piedad con mis enemigos –
-entonces…mátame –
Darren frunció el ceño eh hizo que el chico abriera los ojos tirando más de su cabello. Bee se dio por vencido y abrió los ojos, y vio a aquel hombre, sin embargo solo le dio una mirada de reproche.
-que, ahora no piensas verme con asombro como antes, si quieres sobrevivir harás lo que yo diga –
Bee sonrió burlón, sabía que tenía pocas probabilidades de vivir después de lo que estaba a punto de hacer y es que simplemente no quería estar allí, era poco ético, pero la ética y los modales ya no le interesaban a esas alturas de la vida, lo vio y le escupió en la cara, ahogando una risa que Darren logro percibir, aquel hombre furioso se limpió la cara y con la misma mano le dejo ir una sonora cachetada, tan fuerte que si no hubiese sido por las cadenas que detenían a Bee, probablemente este habría caído lejos de el con gran fuerza.
-te crees muy listo, niño estúpido –
Pero de igual forma no recibió respuesta, y eso estaba irritando a Darren como nunca, no iba a tolerar su jueguito tonto, lo volvió a tomar del cabello y se congelo un poco al ver aquella escena.
Los ojos de Bee parecían perdidos, sangraba del labio y de la nariz, su mejilla estaba completamente roja y parecía que el golpe había sido fuerte pues ya comenzaba a ponerse morado, pero lo que más le impacto a Darren fue ver que aunque no producía ruido alguno las lágrimas caían en cantidades de sus ojos, por un momento pensó que aquel acto había sido demasiado bajo, lo soltó y la cabeza de Bee volvió a inclinarse, mientras sus lágrimas caían por sus mejillas mezclándose con la sangre y terminaban en el frio metal.
-no importa el estado mediocre en el que te encuentras ahora, aquí no estás en casa, no está tu hermanita para protegerte, no tienes escapatoria…basura –
-ha…no, no importa…porque al final, mi familia no…no perderá tiempo en buscar algo que no sirve…has, has lo que quieras –
Darren frunció el ceño, deberás que apenas y hablaba y eso que ni siquiera levanto el rostro, Bee estaba dolido, y sabía que ya no importaba si su familia lo buscaba o no, al final el creía que no servía para nada. Darren sintió algo que le comprimió el pecho y decidió dejarlo allí, dio la vuelta y salió de aquella celda, mientas Bee ahogaba su llanto en silencio, y pensó que esa no era la forma de la cual había deseado salir de Delta, el cuento de hadas no era como lo pensé y por un momento rio irónico, y se sumergió dolido en sus pensamientos, ya ni sentía los brazos.
Tres días había pasado desde aquel acontecimiento, el palacio imperial era un caos, Lambdadelta estaba frustrada y maldiciéndose así misma por no haber podido evitar aquello, sin embargo no creyó jamás que Darren al cual habría enfrentado muchas veces fuera capaz de hacer algo así, pensó que para que quería el a Bee, sabía que no era un rebelde, no era el estilo de él, entonces porque, ¿venganza quizás? Esperaba que al menos estuviera bien.
-era justo lo que no deseaba que sucediera – dijo el emperador.
-padre hemos movilizado a casi todos los soldados de la flota imperial, pero el planeta Saber a solicitado el apoyo del imperio, parece que fueron atacado por los rebeldes y…los Darkness – hablo Abelard, sabiendo la preocupación de su padre por Bee, él también estaba preocupado por su hermanito.
-si no hacemos algo pronto Silvermask encontrara a Bee tarde o temprano allá fuera –