—¿Pero que has hecho? Tienes peor aspecto que cuando me marché— me dice mi amable hermana— ¿Has descansado?
—Ummmm— Me estiro en la cama, no quiero salir de aquí, los recuerdos de Tere todavía resuenan en mi mente y no sé si voy a poder aguantar la pena en mi interior, sé que tengo que hacerlo, no puedo demostrar mis sentimientos, no en la fiesta en la que voy a conocer formalmente a mi prometido.
— Si no te importa, hoy te arreglaré yo y así podremos estar juntas— estira su mano y agarra la mía, me tira de ella y me levanta— empezaremos por el pelo, luego el maquillaje y por último el vestido. No tenemos mucho tiempo, te he dejado dormir un poco más para que estuvieras más descansada.
Me siento delante del tocador sin rechistar, después de tanto tiempo sin verla quiero que sea feliz. Mientras desenreda y peina mi pelo, me explica los últimos acontecimientos para ponerme el día.
— Ya han llegado casi todos los invitados, los clanes principales también, están acampados en las afueras del castillo en sus tiendas, no han querido hospedarse en el palacio. Todos los arreglos de la boda están listos, el traje lo traerán el día de la boda, lo ha escogido tu prometido. No entiendo porqué tantas prisas, si todavía ni siquiera lo has conocido ni te ha cortejado, he hablado con papá y lo único que he conseguido es que se enfade conmigo, la boda se celebrará en tres semanas— lanza un bufido poco femenino.
Sigue hablando y desconecto. Es extraño que los Clanes vengan a esta boda, no suelen interactuar con los otros países ¿Porqué están aquí?¿Qué les ha hecho salir de su territorio? Darknessys hace mucho que se separó de los clanes y aunque mantienen buena relación es muy raro que hayan venido desde tan lejos para asistir a nuestro enlace.
— Lady Star, ha causado un revuelo con su compromiso— ese nombre me hace volver a la realidad.
—¿Que pasa con ella?— la curiosidad puede conmigo.
— Ha anunciado su boda con su cuñado, Lord Jamik, el hermano pequeño de su difunto esposo, todos están espantados, es más joven que ella, es un niño— hace una mueca de desagrado.
— ¿Tú la visitaste en tu viaje de vuelta? ¿Que te pareció?¿Estaba Lord Jamik allí?— mi hermana parece estar muy interesada en ese Lord.
— ¿Lo conoces Suari?
— Ha visitado el palacio durante varios meses para visitar a padre, es un joven muy atento— se ruboriza.
—No estaba allí, yo desde luego no lo vi— ¡si supiera quien estaba! Pobre Lord Jamick.
—¿Y ella es tan guapa como dicen?—me quedo pensativa ¿Es guapa? No sé si puedo ser objetiva, desde el primer momento en que nos vimos, no me cayó bien y después de lo que vi, nunca será mi amiga, es altanera, soberbia, nada respetuosa, ambiciosa, la amante de mi futuro marido, pero...
—Si, Suari, es muy bella, pero tú lo eres más.
La cara de mi hermana es un poema, me parece que está enamorada de él.
— El no la ama— dice de repente— lo hace por su familia, Lady Star es muy poderosa, no quieren que salga de la familia, política— zanja la conversación cruzándose de brazos.
— Señora— nos interrumpe la doncella— de parte de vuestro padre— me da un estuche alargado con una nota.
— ¡Ábrelo, ábrelo!— insiste mi hermana emocionada.
Abro la caja y ante mis ojos aparece una pulsera con esmeraldas en forma de hojas de hiedra, en el centro un enorme zafiro violeta en forma de lirio lleva grabada la W de nuestra casa en sus hojas. La tomo con delicadeza y Suari la cierra ilusionada en mi muñeca. Desdoblo la nota y aparece la elegante letra de mi padre:
Espero que te comportes como es tu deber.
Nada más, ni un estoy feliz de que hayas llegado o te he echado de menos, sólo que haga bien mi papel. Contengo las ganas de salir corriendo y restregarle la nota y pedirle explicaciones de por qué me abandonó en esa horrible fortaleza pero si he aprendido algo en ese sitio es a controlar mis sentimientos, así que me trago la rabia y actúo con normalidad.
Suari saca el vestido del armario, ¡Que horror! el traje es feísimo, no es la forma, no es que esté cerrado hasta el cuello, es el color, es verde, pero no un verde bosque u hoja, o cualquier tono de verde, es verde vómito.
—¿A qué es precioso? Lo he elegido yo, es el color de moda, combina perfectamente con tus ojos.
Definitivamente mi hermana tiene un gusto pésimo respecto a los colores pero supongo que ella entenderá más de moda que yo, ya que yo no he tenido tiempo para estas nimiedades. Cuando termina de arreglarme me mira, asiente aprobando lo que ve y por último da toquecitos para poner el vestido en su sitio.
—¿Has abierto ya el regalo de Lord Darky?— Suari es muy curiosa.
Recojo la caja del tocador, es de madera, parece muy antigua, su superficie está gastada, unos extraños dibujos cubren la tapa, ya casi no se ven. Suari y yo nos miramos, que caja más rara, pensamos, la abro con cuidado, parece tan frágil. Dentro de ella, hay un collar, es....
— No te pondrás eso, antes lo tiro por la ventana ¿En que estaría pensado al darte esto por tu compromiso?— mi hermana está escandalizada.
Lo observo extrañada, no es un collar con joyas cómo es lo habitual, es un cordón negro de cuero trenzado, se ve que está usado aunque bien cuidado, el colgante es una gran lágrima negra, sin ningún adorno.
— Si pregunta le diremos que lo hemos perdido, eso no es digno de una dama, es un abalorio que se encuentra en cualquier mercadillo— casi me río imaginándola diciéndoselo al Lord.
Toco el colgante, está frío, la superficie es suave, gastada por el paso de los años. Lo coloco en mi cuello con cuidado y nada más rozar la piel, la cabeza comienza a darme vueltas, me cuesta trabajo respirar, un sudor frío me recorre la nuca a la vez que cientos de voces me susurran palabras incomprensibles.
— Suari, ¿Lo escuchas? ¿Oyes las voces?
De repente, pierdo la visión, todo está oscuro, las voces me llaman, me quieren decir algo, no puedo oírlas todas a la vez, no puedo respirar, el suelo se tambalea, me voy a caer.