Mi cuerpo se estremece al sentir un líquido tibio envolviéndome que me saca de la inconsciencia, siento cómo me sumerjen y aguanto la respiración en un gesto automático, intento sacar la cabeza, algo me lo impide, su agarre es firme y a la vez delicado, no sé cómo explicarlo pero sé que no debo resistirme, hago un amago de sonrisa, debo haber perdido la razón, ¿Esto es la muerte? Abro los ojos con esfuerzo y los rayos del sol que se cuelan a través del agua me hacen daño, noto movimiento a mi lado, lánguidamente giro la cabeza y me suelto de la mano que me está sujetando bruscamente para salir al exterior al ver a Argem mirándome con sus horrorosos ojos. Estoy viva, es lo primero que pienso, la sangre contiene agua, pude traer al hada con ella para que nos ayudara.
— ¡Suéltame!— Pego un fuerte codazo en las costillas a Erick para que me suelte, me tiene sujeta contra su pecho abrazándome, no quiero que me toque ni siquiera que me roce.
— Tus deseos son órdenes— me suelta sin avisar y desprevenida me hundo tragando agua. Salgo tomando aire intentando mantenerme a flote mirando a mi alrededor observando dónde estoy, Erick nada hacia la orilla de la poza rodeada de piedras, en ella están sentados Gustav y Catrina secándose al sol charlando tranquilamente.
— ¿Necesitas ayuda?— la Ondina emerge de las profundidades, su pie escamoso me roza y un escalofrío me golpea, es tan fuerte que duele, la miro y cierro los ojos volviéndolos a abrir al instante al no creer lo que veo delante de mí, dónde debería estar el hada hay la mujer más hermosa que he visto en mi vida, el pelo del color del cielo al igual que sus ojos relucen como diamantes, su generosa boca sonríe dulcemente, su curvilíneo cuerpo está cubierto con una túnica de agua en movimiento que evita que se vea su desnudez, tiende su mano ofreciéndome ayuda y sin dudar le tiendo la mía tal es su expresión de tristeza, al tocarla me sorprendo al notar su delicada piel, áspera, con extrañas protuberancias, levanto la mirada y estoy agarrada a Argem que me observa con una mirada entre asombrada y aterrada— Tú— no dice nada más y desaparece.
— ¿Lo habéis visto? La Ondina se ha transformado en una mujer— Los tres me miran sin saber de lo que estoy hablando sin hacerme mucho caso, Erick y Gustav conversan sobre a dónde dirigirnos. Salgo del agua descansada cómo si los días pasados no hubieran sucedido, no me duelen los golpes ni arañazos, levanto mis brazos y dónde debería haber cicatrices, no queda nada, toco mi piel sorprendiéndome de que esté suave y tersa.
— Son aguas sanadoras— parece cómo si Catrina hubiera rejuvenecido unos cuantos años, miro detenidamente a los dos hombres, tampoco ellos tienen heridas ni moretones y parecen más lozanos— Muchos matarían por encontrarlas— me lleva detrás de unos árboles para ponerme ropa seca.
— Muchos lo han hecho— la voz de Kathy nos sobresalta, su imagen brilla tanto que es difícil mirarla, parece que también se ha recuperado— Es un arma negra— señala las rocas y descubrimos en ellas vetas de color negro, el fondo de la poza que se ve a través del agua cristalina es de la misma piedra que mi báculo— Reinos se ha levantado y caído por encontrar la fuente de la vida. Argem os ha concedido el gran honor de bañaros en ella, y ahora...— hace un gesto con su mano a la vez que dice unas palabras con gesto triste. No ocurre nada, la miro intentando averiguar que ha querido hacer pero todo sigue igual.
— Ya hemos esperado bastante a que se cure— Erick se pone rígido y me lanza una mirada de desagrado— ya podríamos haber llegado a Darknessys.
— Estaba muy débil, si hubiéramos continuado hubiera muerto— Catrina le contesta airada, espero por su bien que aguante su genio, ahora su enfado va dirigido a mí— ¿Por qué te has bañado? Todavía estás convaleciente, aunque tus heridas estén sanadas no puedes desaparecer y hacer lo que quieras.
— ¿Qué? ¿Pero si me acabas de decir que me han curado las aguas de la fuente de la vida?
— ¿La fuente de la vida? ¡El cerebro debe de habérsete congelado al meterte en el lago helado!— pone su mano en la frente para tomarme la temperatura.
— ¡Déjate de bromas! ¡Si el agua de la poza estaba caliente!— me giro y me encuentro la pequeña laguna casi entera congelada al igual que las piedras que la rodean.
— Si, caliente cómo tu imaginación— me envuelve en una gruesa capa.
— No seas dura con ella— Kathy aparece junto a ella— todavía está confundida después de estar al borde de la muerte, dale el remedio para las fiebres, la veo un poco acalorada, Mariah debes de ser más cuidadosa— me sonríe— todavía no estamos a salvo— intenta tocarme con su insustancial mano y veo mover sus labios, está repitiendo las mismas palabras de antes.
— ¿Pero, qué...?—
— ¡En marcha!— vocifera Erick— si vamos a buen paso dormiremos esta noche en casa.
El camino es largo y dificultoso, la nieve he empezado a derretirse y es difícil no resbalar o hundirse en el barro. Sin embargo una inusitada energía hace que sea cómo un paseo, seguimos un ritmo frenético y no estamos cansados en absoluto.
Catrina me ha contado que he estado inconsciente unos días, no sabe cuántos, que Argem venció al mago negro, que esa mañana desaparecí y me encontraron nadando en las frías aguas del lago a punto de congelarme. Kathy no ha parado de vigilarme hasta que al final ha decidido volver a meterse en el colgante, ¿Por qué les ha hecho olvidar la fuente de la vida? ¿Por qué yo lo recuerdo? Estoy cansada de preguntas sin respuestas y de respuestas que no alcanzo a comprender.
— ¡Ohhh!— Catrina no ha podido contener su sorpresa al ver la entrada a Darknessys, Erick sonríe satisfecho y orgulloso viendo su morada mientras Gustav se acerca con las manos en alto a la lisa muralla de piedra negra situada entre dos altísimas montañas, no hay puerta de entrada o no puede verse y no hay ningún resquicio en la superficie para poder escalar, para poder ver su altura hay que inclinar la cabeza, en toda la anchura del muro soldados apuntan con arcos y ballestas, calderos de aceite ardiendo prenden de los filos esperando ser volcados con un simple empujón, la catapultas están preparadas con enormes piedras, es una fortaleza inexpugnable.