Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 32

Edward

Nunca crei sentirme tan miserable. Ando perdido con todo lo que ha pasado y ha sido una semana de mierda. He hablado en el instituto para dar los últimos exámenes libres y por suerte me han hecho caso. No pretendo volver mas al instituto, a excepción de hoy. Fui solo porque sabia que ella estaría y tendría la ultima clase con ella. Sin embargo, fue una gran equivocación haber ido. Rogaba por que me mirara, y cuando lo hizo me destrozo aun mas por dentro. Nunca imagine ver el desprecio de la persona que mas te importa en sus ojos, fue aun mas doloroso que verla huir de mi. ¿Dónde estaba esa mirada dulce que siempre me regalaba? Necesitaba esos ojos, no estos que están llenos de dolor, decepcion y odio. Esta no es mi Linda. He vivido un infierno estos días y es precisamente por no poder verla, no saber que hace, ni con quien esta ni nada por el estilo. Solo logro verla cada noche, cuando sé que ya esta dormida, logro colarme en su habitación que para mi suerte aun no ha cerrado. Quizás lo ha olvidado, pero no puedo dejar de pensar que lo hace por mi.

La primera noche casi hecho abajo su escritorio. Había bebido y se me dio por ir a verla como antes, pero no contaba con la idea de que haya cambiado sus cosas de lugar. Una parte mia le dolio pensar que puso el escritorio para obstruir mi paso si es que se me daba por ir a verla, pero aquello no me lo iba a impedir. Esa noche me quede sentado en la ventana con mis pies colgando hacia afuera, estaba dormida de espaldas a mi, tapada hasta su cabeza. Me partia la cabeza no poder ir y acurrucarme a su lado. Quería abrazarla, y hacerle sentir todo de mi para que entendiera cuan arrepentido estaba. He ido cada noche desde que todo esto sucedió. Me quedo en mi auto a esperar que ella apague la luz de su habitación y espero alrededor de una hora para ir a verla en caso de que no pueda conciliar el sueño.

La segunda noche preferí no beber para no romper nada. Subi a su habitación y la ventana estaba abierta también. Esquive su escritorio y cai al piso tratando de hacer el menor ruido posible. Me quede sentado ahí mismo mientras la veía dormir. Esta vez estaba justo frente mio. Su ceño se fruncia como si hubiera tenido un mal sueño. Me acerque despacio y me arrodille para estar a su altura. Acaricie su frente para deshacer las arrugas que se le formaban debido al gesto que estaba haciendo y aquello pareció tranquilzarla. Incluso la vi sonreir entre sueños.

La tercera noche, había bebido un par de cervezas, por lo que casi rompo la lámpara que estaba en una esquina. Antes no estaba allí. Ella estaba totalmente despatapa, y con apuntes y libros a su alrededor. Supuse que había estudiado hasta quedarse dormida. Recuerdo que me apresure a taparla con una manta y acarice su cabello cuando lo hice. Me sente en el piso justo frente suyo y la observe dormir. Cualquiera diría que soy un maldito psicópata pero ¿Qué  importa? Me fui cuando comencé a sentir mis parpados pesados.

La cuarta noche es la que mas recuerdo. Entre sin beber nada. Esquive casi como un experto su escritorio y me pare a un lado de la cama. La habitacion estaba hecha un desastre. Su ropa estaba tirada, era como si hubiera tirado todo en busca de algo. Se había acostado con la ropa puesta, y debajo de ella había un colchon de ropa. Algo llamo mi atención en sus manos, era una camiseta. Una camiseta que reconoci en seguida. Era la mia. Me  pregunte si ella había hecho todo ese lio para encontrar esa vieja camiseta. Algo dentro mio se revolvió con emoción, quizás después de todo…aun hay esperanza para nosotros. Me sente mientras la veía dormir. Tape su cuerpo con un abrigo grande que había tirado puesto que las sabanas estaban debajo de ella. Flexione mis rodillas y escondi mi cabeza en ella, estaba quedándome dormido cuando oi su voz.

—Edward,.—maldije en voz baja y levante lentamente la cabeza, ya veía venir el escándalo y no quería asustarla. Sin embargo, ella seguía dormida. Decía mi nombre entre sueños.

Gatee hasta llegar a ella donde me arrodille quedando a su altura.

—Edward…

—Shh. Aquí estoy amor—susurre apretando con suavidad su mano. Su ceño se frunció y su rostro se contorciono mientras unas lagrimas silenciosas caian por su mejilla.

—¿Por qué lo hiciste?—susurro y aquello me dejo helado. No supe que decir. Solte su mano y retocedi con miedo a que se despertara y me viera allí—¿Por que?—repitio. No sabia que estaba llorando hasta que comence a sentir esa humedad que se desprendía de mi nariz. Supe que ya era hora de irme.

 

Hoy viene siendo la quinta noche. Después de haberme ido del instituto fui al remolque de mi padre en busca de alguna nueva información sobre Pinzas. Hacia eso todos los días, ya era algo casi habitual. Solo iba a verlo por si sabia alguna información, sin embargo, no había nada nuevo, por lo que me daba la vueta y pasaba al bar que había por ahí cerca donde la mayoría de los Darksouth van a menudo. Reconoci enseguida a Nikki y Leah en el grupo de siempre. Me hicieron señas para acercarme pero decidi sentarme en la barra. Me gustaría algun dia administrar un bar, tener mi propio negocio. Seria…cool. Mientras pensaba en aquellas cosas que se que nunca voy a tener, Londra, la cantera me ofreció un trago. Me encogi de hombros y ella dejo un vaso con whisky en su interior.



#41784 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

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