Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 34

Edward

Me desperté gracias a las inmensas ganas de mear que tenia. No debi haberme bebido el pack de las seis latas de cerveza. Ahora estoy pasando la cuenta con el dolor de cabeza que crece con cada jodido movimiento y con mi vejiga a punto de estallar. Me apresuro a ir al baño para orinar y lavarme los dientes. No me he duchado desde hace dos días. Mi cabello esta graciento y podría jurar que esta tieso por la suciedad. Ni siquiera me he molestado en quitarme la camiseta, la misma que he llevado en estos días sin haberme aseado. Esta sucia y mal olienta. Definitivamente apesto. Decido regresar a mi habitación en busca de una toalla y meterme a la ducha. Me quedo un largo rato bajo el agua caliente dejando que mis musculos se relajen tratando de no pensar en ella, pero cada momento que estoy solo es lo único que puedo hacer. Ella viene a mi cabeza. Se instala en ella sin molestarse en salir de ahí. Veo cada una de sus facetas, cuando esta molesta, feliz, triste, de malas, insoportable y tan pero tan cabezota. Me encuentro riendo recordando cuantas veces me burle de ella cuando se ponía nerviosa porque me quedaba como idiota mirándola mientras hacia ejercicios. Nuestras peleas y luchas en ese viejo gimnasio sobre ese ring son lo que mas añoro. Ahora, en este momento, siento que hubieran pasado años. Una vida quizás.

Cierro el grifo de agua caliente que cae sobre mi cuerpo y cojo la toalla para secar mi cabello y para luego atarla en mi cintura. Tomo mi ropa sucia en un bollo y salgo del baño. Sin embargo, me quedo a un metro de distancia cuando reparo en la persona que esta parada mirándome apenada. Pongo los ojos en blanco mientras decido avanzar y abrir la puerta, ella aun esta parada.

—¿Que haces aquí?—espeto mientras abro a puerta de mi closet y saco una camiseta negra para colocármela.

Ella avanza con pasos inseguros. ¿Acaso le he dicho que entre? Le lanzo una mirada severa pero no digo nada cuando se instala en el umbral de la puerta.

—Si vas a entrar, entra y cierra la puerta—le digo. Tomo otra toalla para secar mi cabello que cae sobre mi frente. Joder. Debo cortarlo. No, no debo. A ella le gusta largo.

La noto incomoda en cuanto la veo mirar mi habitación con disimulo. Me siento en la cama y alzo mis cejas en su dirección para indicarle que hable. Sin embargo, ella esta muy preocupada mirando una foto sobre mi mesa de noche, en cuanto me percato de ello, tomo la foto y la guardo en el primer cajón.

—¿Viniste a pispear mi habitación o que?— se sobresalta y me mira con sus ojos apenados. Casi siento pena por ella. Recuerdo lo rudo que fui con ella en el motel y por un momento soy yo quien se siente avergonzado—¿Y bien?—pregunto un poco mas calmado.

—Lo siento—murmura y desvia sus ojos de los mios. Suspiro tirando mi cabello hacia atrás y paso una de mis manos por el rostro. Las latas de cervezas están esparcidas por todo el suelo y me dispongo a observarlas como si ellas solas se fueran a botar a la basura. También reparo algunas envolturas de comida chatarra y una caja de pizza vacia que esta debajo de una silla. Es un chiquero.

—Sigo esperando..—canturreo de mala manera y ella larga un suspiro. Me indica con la mirada si puede sentarse y yo me encojo de homrbos. Ella lo toma como un si—No se que haces aquí Sandy, si vienes a soltar mas mierda te digo que…

—No Edward—me frena y frunzo ligeramente el ceño antes de asentir lentamnete—Yo…me siento fatal por lo que ho¿ice—pongo los ojos en blacos y me dejo caer hacia atrás sosteniendo mi cuerpo con mis codos—Es en serio.

—Bien—digo y no se que mas decir—Si eso es todo..—amago con ponerme de pie pero ella se apresura a detenerme.

—Si vine a verte es por Linda—me quedo en mi sitio y la miro con el ceño fruncido. Ella continua antes de dejarme continuar—Vengo de su casa.

—¿Que?¿Que hciiste? ¿Quele dijiste?

—Nada. Solo fui a verla, necesitaba disculparme—se apresura a decir. Y ahí recien caigo en la cuenta de que son hermanas. Menuda mierda.

—No tienes porque ir a verla. Es suficiente lo que hiciste—le espeto con brusquedad y ella agacha la cabeza—¿Que tedijo?—pregunto al cabo de un rato incapaz de no aguantar la curiosidad. Ella hace algo parecido a una sonrisa.

—Nada en especifico. Le dije que tu y yo nunca tuvimos nada pero no quiso hablar del tema—dice algo avergonzada.

Asentí sin decir nada y le di una patada a una de las latas que rodo hasta mis pies. Claro que ella no querra saber nada mi. Detesto todo. La detesto a ella por no querer hablar. Detesto a Sandy por haberse metido. Y me detesto a mi por destestar todo.

—Si ya dijiste todo, estonces vete—le espeto sin mirarla. Sin embargo, ella no se levanta ni hace nada por el estilo—¿Que esperas? Vete Sandy, no quiero verte.

—¿Es necesario de que continues siendo tan imbécil?—alzo la vista y veo su rostro contorsionado por las lagrimas—Si estoy aquí sabiendo que me vas a mandar a la mierda, es porque realmente quiero arreglar esto. Actue muy mal y no quiero perder tu amistad Edward. Hemos estado juntos desde niños, y yo...

—Es cierto, por ende me conoces muy bien—digo poniéndome de pie mientras continuo pateando las latas para juntarlas bajo mi cama—Y deberías saber como me pongo cuando lastiman a los mios y sobre todo…me traicionan—la miro fijamente. Sin embargo, ella no es capaz de sostener mi mirada—Crei que eras alguien…en quien podia confiar. Pero se que no es asi.



#41761 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

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