Capitulo 48

Edward

No dormi en toda la maldita noche. Ideas loca de un bebe llorando me han atormentado cada maldito segundo que pasaba y cerraba mis ojos. Imágenes de una niña con cabellos rubios y rizados revolotean en mi cabeza. Estoy mal. Estoy exagerando las cosas. Lo se, pero no puedo dejar de imaginar aquello. He pensado tanto en esa mierda que casi me lo estoy creyendo e incluso haciéndome la jodida idea de ser papa, pero en cuanto mas lo pienso me dan nauseas, arcadas y calosfríos. Yo no puedo ser padre. Ni siquiera se que hacer con mi vida ¿Cómo se supone que cuide de un  crio? No tengo trabajo, duermo en una pension, me gano algunos billetes en carreras ilegales y bebo hasta perder el conocimiento. Menudo padre tendría esa criatura. Pero por otro lado me imagino una vida junto a ella, felices, juntos y con nuestra propia familia. Nos iríamos lejos y empezaríamos de cero. Nos amaríamos sin problemas, sin padres conflictivos, sin madres locas, sin bandalimos a nuestro alrededor. Me imagino a mi Rizos, Rizos…cuanto hace que no la llamo asi. Una estúpida sonrisa se me forma en el rostro. La imagino con una gran barriga y enojándose conmigo por haber hecho alguna broma del gusto con respecto a su figura. Le diría que es la gorda mas linda del mundo, y la imagino aventándome cualquier cosa que tenga enfrente. Luego me disculparía y le recordaría que es la mujer mas hermosa que existe, que me hace feliz y le prometería una vida plena. Haría las cosas bien por esa hija. ¿Hija? Ni siquiera me había puesto a pensar en que si preferiría niño o niña, pero ahora que lo pienso, una pequeña pecosa y cabezota como su madre me haría el mas feliz del planeta.

—En serio chico, debes dejar de beber tanto…comienzas asustarme—la maldita voz de Londra hace que la burbuja de mi familia perfecta se fuera a la mierda. La fulmino con la mirada y ella rie.

—Cierra la boca Londra—espeto con brusquedad.—Dame otra cerveza—le exijo pansandole el vaso vacio. Ella niega.

—No. Ni lo sueñes Ice.

Dicho aquello se mete dentro y me deja nuevamente a solas con el par de borrachos que están al fondo. Flexiono mis brazos en la barra y tapo mi rostro con mis manos tirando mi cabello hacia atrás. Trato de perderme nuevamente ene sa fantasia. Una niña de ojos azules como el cielo me sonrie mientras me mira desde el regazo de su madre. Esa niña seria mi hija. Cuanto mas lo imagino, mas me entusiasmo. Quizás no seria tan mal padre.

Siento a lo lejos una voz familiar. Pero estoy tan metido en mi propia burbuja que hago todo lo posible por no distraerme, sin embargo, en cuanto siento un golpe en mi cabeza me obligo a destapar mi rostro y mirar a la persona que se atrevió a golpearme. Londra esta frente mio y me percato que me golpeo con un horrible paño. Este esta mas limpio debido a que le escondi el anterior.

—¡¿Que demonios…!?

—Edward..—dejo la frase a la mitad y volteo a ver a la dueña de aquella voz. Mis ojos van directo a su abdomen plano y la realidad me golpea con fuerza.

—¿Que haces aquí?—pregunto mirando a mi alrededor, en especial al borracho que no le quita los ojos de encima.

—Yo..vine hablar contigo. Te estaba buscando—dice con voz suave sentándose a mi lado.

Por instinto me alejo un poco y veo la confusión reflejada en su mirada. Paso mi mano por mi rostro y miro a Londra quien nos mira de hito a hito como si estuviera uniendo cabos. Gruño logrando que me mire y le hago una seña de que desaparezca. Ella solo se sonrie y se marcha dejándonos “solos” ni siquiera me animo a verla a la cara. Siento vergüenza por mi estúpida fantasia de una familia feliz. Que idiota soy. Ni siquiera se si de verdad este embarazada. Y si no lo esta, me sentiría mas patético de lo que ya me siento.

—Edward, por favor mirame—muerdo mi labio y pese a que mi cabeza dice que la mire y hable con ella, termino haciendo cualquier otra porquería.

Saco unos billetes, los dejo en la barra y cojo mi gorro que esta a un lado antes de salir huyendo del lugar con el llamado de Linda a mis espaldas.