Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 49

Linda

Edward se aleja de mi como si estar cerca mio se le hiciera insoportable. Aquello provoco una dolorosa puntada en mi pecho, lo siento tan distante. Londra desaparece y se que lo hizo  después de que el le lanzara una mirada asesina. El bar no es tan grande, pero no es tan horrendo como lo imagine. La iluminación es tenue y esta casi vacio a excepción de dos hombres, uno de ellos comienza a ponerme nerviosa. Miro nuevamente al hombre que muerde su labio como si se estuviera conteniendo de algo.

—Edward, por favor mirame—suplico sintiendo un terrible nudo en mi garganta.

Londra aparece justo cuando el deja unos billetes en la barra y se marcha huyendo de mi. Lo llamo poniéndome de pie pero vuelvo a sentarme en cuanto el piso comienza a moverse debajo mio. Al parecer me pare muy rápido. Tomo mi cabeza con mi mano y suelto un resoplido sin saber muy bien hacer.

—Asi que eres tu—la voz de la mujer es grave y me sobresalto al oírla. La miro frunciendo el ceño y ella me sonrie. Tiene una linda sonrisa—He visto a ese muchcaho venir a diario aquí, se sienta siempre ahí, bebe y luego se pierde en su cabeza…al final, siempre ocurre dos cosas, o termina sonriendo o llorando—dice con una sonrisa amigable, pese a su gran tamaño y apariencia amenazante.—....aunque el nunca lo admitiría.

—¿Edward ha llorado?—pregunto con un hilo de voz.

—No se que pasara entre ustedes, pero es un buen chico...—Londra apoya sus codos en la barra y me mira. 

—Lo se—digo—Es que a veces…—comienzo, pero ella me deja con la palabra en la boca.

.—Ve por el—me incita—Anda.

Asiento ante esta mujer y me pongo de pie antes de correr. El frio me golpea en el rostro justo cuando veo a Edward sentado en la vereda frente al bar con sus manos en la cabeza. Pero en cuanto me quedo quieta, esa misma sensación de mareo regresa a mi. Esta vez, mis piernas flaquean y no hay nada para sostenerme a los lados. Voy a caerme.

—Edward..—susurro. Quiero gritar. Trato de dar unos pasos pero tengo una necesidad insaciable de estar senatda. Mis piernas no aguantan.

Me quedo allí mirándolo incapaz de hacer un movimiento. Comienzo a ver doble y borroso. Noto que el me mira y frunce el ceño. Pero cuando abro la boca para llamarlo, solo veo como se pone de pie y corre en mi direccion. Lo siguiente que sucede son sus brazos a mi alrrededor y todo lo demás negro.

Despierto sobre un par de sillas completamente incomoda. Quiero voltearme pero mi cuerpo choca con el respaldo de madera de las sillas y ahí recaigo que fue una mala idea hacerlo. Sin embargo, cuando desisto y presto mi atencion a mi alrededor, me doy cuenta que estoy en el bar y este esta totalmente vacio, y justo por una pequeña puerta entra mi chico de ojos oscuros con aspecto preocupante, se apresura a acercarse a mi y toma mi mano cuando se pone de cuclillas. Sus ojos revolotean buscando los mios, quizás algun indiscio de que algo ande mal, pero solo soy capaz de sonreir. Acaricio su rostro palido y asustado y logro sentir como sus musculos se relajan y sus facciones se suavizan. ¡Dios! Cuanto lo amo.

—¿Estas bien?—pregunta en voz baja. Asiento y me  incorporo ignorando el dolor de cabeza.—¿Por que demonios has vuelto a desmayarte?—pregunta con su ceño fruncido y preocupado. 

—Es que aun no he comido, seguro fue por eso. Ya me hice los examenes, asi que...todo estara bien—le sonrio cuando noto como su expresion cambio a una cara de panico. Y ya me imagino el porque.

Acuno mis manos en su rostro y lo acerco al mio para besarlo. Sus labios están partidos por el frio, pero no me importa, ni siquiera me incomoda. El suspira con alivio sobre mis labios y nos fundimos en un necesitado, largo y exquisito beso. Nos separamos cuando oímos a alguien entrar y Londra trata de ocultar su sonrisa cuando Edward se separa de mi con torpeza y tumba una silla destras suyo. Suelto una pequeña risa y miro a la mujer que se acerca a mi con una sonrisa.

—¿Como estas?—pregunta llegando a mi.

—Bien—digo y miro a Edward que tiene la atención en sus pies—¿Que hora es?—pregunto. De seguro mi madre debe estar vuelta loca.

—Las siete—anuncia Edward y me levanto como resorte. Es tarde.—Hable con tu mama.—dice rapido para evitar que me levante de la cama improvisada que me hicieron.

—¿Que  tu que?—espeto mirando atónita. Una pequeña sonrisa curva su rostro antes de mirarme.

—Tranquila, solo le dije que te sentías un poco mal y que despues te llevaría—se encoge de hombros y levanta la silla que tiro y se sienta.

—Oh—digo.—Yo…ya debería irme. Hoy es noche buena y…

—Esta bien. Vamos entonces—dice poniéndose de pie, pero me quedo sentada—¿Que pasa?

—La razón por la que vine fue, es que…quiero que vengas conmigo…a mi casa…a cenar—digo lentamente tanteando el camino. El frunce el ceño como si no entendiera.

—¿Por que?—pregunta extrañado y con Londra reimos.

—Porque quiero pasarla contigo…¿Qué tiene de malo?

—Yo no celebro estas mierdas…—dice con el ceño fruncido y arrugando su nariz.

—Edward…

—No. Ahora vamos, te llevare antes que la loca de tu madre haga un escándalo—camina hacia la puerta y me espera ahí. Miro a Londra quien se encoge de hombros y después decido levantarme.



#41788 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.