Darksouth: Detrás de la verdad

Capitulo 51

Linda

No me pasa desapercibido que aca todos saben algo que yo, para variar, desconozco. Comienzo a inquietarme cuando todos se tiran la pelota y nadie es capaz de mirarme a los ojos y responder de una maldita vez. Mi madre fulmina a Edward y se sienta a mi lado con pesadez. El padre de Edward la sigue, y mi chico de ojos oscuros resopla mientras se cruza de brazos y posa su mirada en el piso. Alzo las cejas en direccion a mi madre y ella muerde su labio antes de agachar la cabeza. 

—Lo que sucede hija, es que...Will compro el bar—dice posando su mano en el antebrazo del sujeto que posee una cicatriz intimidante en el rostro. Frunzo el ceño sin comprender, pues no entiendo en que me afecta que ese hombre lo haya comprado—Y yo, puse una parte...trabajaremos juntos—y ahi ma cayo la bocha.

—¿Me vas a decir que ustedes son los dueños del bar?—mi madre asiente.—¿Y cuando demonios pensabas contarmelo?—escupo las palabras sin animos de querer explotar, pero la rudeza con las que salen, dejan a todos boquiabiertos.—Y tu lo sabias—digo ahora mirando a Edward— Todo el maldito tiempo, sabias que mi mama y tu papa, no solo estaban juntos, sino tambien que estaban comprando un maldito bar—me pongo de pie en cuanto Edward amaga con tomarme la mano. 

Niego completamnete cansada de estas vueltas. Nadie hace un putisimo esmero por querer ser honesto conmigo. Nadie es capaz de ponerse en mi maldito lugar y pensar un poco en como estas mierdas me afectan. Me siento una completa idiota. Siempre soy la ultima en enterarme de todo. Y ya me canse. ¡Joder! 

—Rizos...

—No me llames Rizos Edward. ¡Basta!—las lagrimas amagan con salir pero no las suelto. Me niego a que me vean llorar.—¿Tanto les cuesta ser sinceros conmigo?—volteo a ver a mi madre que con sus manos tapa su boca y Edward que no es capaz de sostenerme la mirada. 

Niego una vez mas antes de darme la vuelta y correr escaleras arriba para encerrarme en mi habitacion. Le pongo seguro a la puerta una vez que la azoto y me dejo caer en mi cama cansada. No me molesta que sea parte de un bar, me da lo mismo lo que haga en cuanto a su dinero y su trabajo, pero ¿Por que ocultarlo? Me pide que sea sincera con ella, pero ni siquiera es capaz de decirme cosas como estas, no puedo confiar en ella. Es obvio. 

Y Edward...no lo entiendo. No comprendo porque tanto esmero en ocultarme las cosas que tengan que ver con ellos. No me molesta que esten juntos, me molesta que me lo oculten, me molesta que no sean sinceros. Y ahora resulta que el chico al que amo mas que a mi misma, sabe mas de las cosas que hace mi madre de lo que yo sé o podria imaginar. Sabia que algo no iba a salir bien esta noche, pero por una sola vez, desde que estoy en este pueblo, por una vez queria algo sencillo. Algo familiar, algo intimo con las personas que me importan, pero ni siquiera aqui puedo estar en paz. No logro encontrarme, no puedo estar bien en ningun lado. Donde sea que vaya, algo debe ocurrir siempre. Donde esta Edward, siempre habra algun lio. Y lamentablemente, ya estamos demasiado comprometidos el uno con el otro, como para tirar todo a la borda. Ya es tarde.

Un golpeteo en mi puerta hace sobresaltarme y me da un vuelvo al corazon cuando oigo la voz de Edward llamandome y a su vez a mi madre. Ambos pelean sobre quien debe estar golpeando a mi puerta, y aunque en otra circunstancia, posiblemente me habria causado risa, ahora solo me enoja mas.  

—No quiero ver a ninguno de los dos. ¡Asi que vayanse!—grito esto ultimo y tapo con una almohada mi rostro. 

—Hija, cariño abre la puerta. Vamos, asi podremos hablar, te explicare todo—oigo la desesperancion en su voz, pero aquello no es suficiente para abrirle la puerta. 

—¿No crees que tuviste oportunidades de sobra para explicarme todo?—la oigo suspirar y luego otro golpeteo. 

—Rizos, soy yo. Por favor, abre la puerta—aunque tengo ganas de verlo y estar con el. Me niego a ponerme de pie. Sé que Edward está aguantando las ganas de tirar la puerta abajo. 

—No. 

Pasan unos varios segundos en los que no oigo nada. Pasan minutos, y nadie mas llama a la puerta, sin embargo, cuando estoy dispuesta a relajarme un poco, un golpe en mi ventana me obliga a ponerme de pie. Corro la cortina y veo a Edward alli. Suspiro y no me queda mas que abrir la ventana. El entra y el frio de afuera logra calarme los huesos y poner mi piel de gallina. La cierro en cuanto él entra en mi habitacion. Luce agotado como si hubiera corrido. Me siento en mi cama y cruzo mis brazos sobre mi pecho. 

—Rizos, mirame—dice poniendose de cuclillas frente mio—Vamos nena, mirame por favor—susurra mientras pone su mano en mi menton y me obliga a mirarlo. Sus ojos revolotean buscando el contacto con los mios. Quito su mano de mi barbilla y me pongo de pie solo para no caer. 

—Estoy cansada Edward—digo rendida—¿Hasta cuando mas seguira todo esto? ¿Por que me ocultas estas cosas?

—No creo que deba ser yo el que te cuente estas cosas, no me corresponde—dice a la vez que agacha la mirada y puede que tenga algo de razon. Yo en su lugar, posiblemnete hubiera hecho lo mismo, pero aquello no quita el hecho de que me siento como una completa idiota. 

—¿Tienes idea de como me hace sentir eso?—el muerde su labio y me mira apenado. Pero lo cierto, es que no quiero ni puedo estar a enojada con él. 

Me vuelvo a sentar en la cama y me tiro hacia atras llevando mis manos a mi rostro para taparlo. Siento el ruido de sus pasos acercandose a mi, y luego el colchon se unde a mi lado. Destapo mi rostro para verlo, y me incorporo sosteniendome por mis codos. 



#41788 en Novela romántica

En el texto hay: amor, mentiras e intriga, pandillas

Editado: 25.05.2019

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